30 diciembre 2012

Letras del 12.


Lo podría haber subtitulado "Un balance", así, con artículo indeterminado, para estar in. De las letras universales, me quedo con el Emperador y galileo de Ibsen, por el talento con que aborda temas eternos y actuales. De no ficción, destaco el Escritores conversos de Pearce, un monumental trabajo de investigación biográfica, y El enigma best-seller de David Viñas, estupenda radiografía del fenómeno de la actual literatura de masas. En letras españolas, Un hombre que se parecía a Orestes: Cunqueiro siempre igual, pero qué bien. Lo mismo digo de Azorín y su Salvadora de Olbena. El olvidado Secretum de Antonio Prieto, complejo pero sugestivo. Y una agradable sorpresa, Música blanca, el homenaje filial de Cristina Cerezales a Carmen Laforet, que nos acercó un poco más a una figura más bien enigmática.

Como de costumbre, cierro hasta Reyes. Ustedes tengan feliz salida y entrada.

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28 diciembre 2012

Tsk, tsk, Unamuno...

Unamuno se hizo amigo de mis abuelos y gran admirador de mi abuela Concha. Decía, con el sexismo típico suyo, que Concha tenía "cabeza de hombre", como si la inteligencia no se pudiera dar en las mujeres.

Carmen de Zulueta, Compañeros de paseo.

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26 diciembre 2012

Un truquillo

para las relaciones sociales.

Le habían legado también la costumbre de repetir lo que le decían, para que pareciese que se interesaba y que quería formar juicio de las cosas. Si decían de un pintor que sus cuadros eran bonitos o que tenía una linda casa, Albertina exclamaba: "¡Ah!, ¿con que sus cuadros son bonitos? ¿Con que tiene una linda casa?"

En Marcel Proust, A la sombra de las muchachas en flor.  

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24 diciembre 2012

The power of love

Pero ningún espíritu humano puede comprender que Dios entre desde la eternidad en lo finito pasajero, que dé un paso para atravesar la "frontera" hacia lo histórico... Sin embargo, aquí está en juego la más íntima esencia de lo cristiano. En este campo, el pensamiento por sí solo no llega más allá. Un amigo me dijo una vez unas palabras con las que he llegado a comprender mucho más que con el mero "pensamiento". Estábamos hablando de esa clase de cuestiones, y me dijo: "¡El amor tiene esas cosas!". Esas palabras me han ayudado siempre. No es que hayan aclarado mucho la inteligencia, sino que apelan al corazón y permiten presentir el misterio de Dios. El misterio no se comprende nunca, pero se hace más cercano, y el peligro de "escándalo" desaparece. 

Romano Guardini, El Señor 




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22 diciembre 2012

Ni + ni --

El hombre desobedece el segundo mandamiento cuando desprecia formalmente el nombre de Dios en la blasfemia y cuando nombra a Dios sin que haya necesidad de ello. Bajo esta segunda forma de desobediencia cae una teología presuntuosa y verborreica, en el fondo no consciente ya de quién está hablando. Como asimismo se oponen al segundo mandamiento esas celebraciones litúrgicas que han confundido la simplicidad con la desaliñada banalidad de gestos y lugares en los que el Nombre de Dios no puede ya ser nombrado ni invocado más que indignamente. 

Carlo Caffarra, Vida en Cristo 

21 diciembre 2012

Estos mayas no están tan majaretas

Aún no hemos terminado con el mundo, pero estamos en ello. La natalidad cero aún tardará unos años. De todos modos, casi lo clavan, estos indios.

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18 diciembre 2012

En el universo comunista,


como en el seno de toda filosofía dialéctica, la persona se diluye en el todo, la clase, el absoluto, o como quiera llamarse. El alma, la conciencia, no son más que una ilusión, o, como lo plantea el narrador de Nosotros, de Zamiatin, una enfermedad.

Seguía marcando el paso con ellos, y, sin embargo, estaba aislado de los demás. Todavía temblaba por el último incidente como un puente sobre el que acabara de pasar un antiguo ferrocarril. Tenía conciencia de mi propio "yo". Pero sólo tienen esa conciencia el ojo en que acaba de entrar una mota de polvo, un dedo lastimado, una muela enferma. El ojo, el dedo y la muela no existen cuando están sanos. ¿Acaso no es entonces evidente que la conciencia personal no es más que una enfermedad?

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16 diciembre 2012

Knox: fina caridad de intelectual



Cuenta Joseph Pearce que Ronald Knox, católico, y Arnold Lunn, increyente, mantuvieron una polémica epistolar que luego se publicó con el título de Dificultades. Según Pearce, Knox mantuvo un llamativo perfil bajo que hizo que muchos dieran por ganador a Lunn. A pesar de lo cual, este se convirtió al catolicismo al poco tiempo.


Las cartas de Lunn son rotundas y contundentes y exponen su defensa con enorme energía. Las de Knox, sin embargo, más breves y algo superficiales, transparentan [un] espíritu de cortés comedimiento... El coronel C. A. de Linde, descrito por Lunn como "un buen protestante y amigo mío", se inclinaba por la victoria de este, y se quedó atónito al enterarse de su conversión: "No puedo comprender cómo te has hecho católico después del repaso que le diste a Knox". Y la línea que dividía aquellas opiniones no era sectaria. Después de que Lunn fuera recibido en la Iglesia, un católico comentó con ironía que "la única persona que piensa que ha ganado Knox es Lunn"; y, en cuanto a este, al parecer compartía el parecer de su amigo el vizconde Knebworth: "Te anotaste un punto tras otro", decía, "pero lo extraño es que no causaste la más mínima impresión. Y en las cartas de Knox hay una extraña reserva de fortaleza que sí impresiona".



Lunn tenía su propia teoría acerca del aparente vapuleo a Knox, pues sospechaba que su oponente se había lanzado a la batalla sólo para ofrecerle una pírrica victoria: "Sé que Ronald podría haber escrito cartas más eficaces para el público lector, pero su objetivo no era el de una sonada victoria dialéctica, que quizá me hubiese hecho intentar mejorar mis armas ofensivas, sino el de mi conversión".




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14 diciembre 2012

Miscelánea


Dicen en el ABC que los nacionalistas dedican gravísimos insultos a Wert, como por ejemplo franquista. ¿Insulto? Más bien un elogio desmesurado. Dudo que su tímida reformita coloque la educación española en los niveles de 1970.

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Aquilino Duque nunca recibirá el premio Cervantes, por lo que él mismo sabe: le falta ese mínimo de corrección política. Pero tiene el don de profecía. Sólo por ser amigo suyo, tal vez me dé por leer algo de Caballero Bonald.

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La publicación de Tomás Moro hace más apasionante la literatura y la historia de Inglaterra. Me pregunto, ¿cuántos Tomás Moro esperan su García-Máiquez? No sólo en Inglaterra.

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A veces pienso que los escándalos idiotas como el provocado por el presidente del Congreso al felicitar la Navidad con un motivo navideño (y no gilinavideño) no merecen un solo comentario. A ver cuándo aprendemos de Dante. Este personal no merece ni el "míralos y pasa", sino simplemente el "pasa".

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12 diciembre 2012

Prohibir

El gran principio destacado del mundo materialista moderno ha sido la prohibición, en abstracto. Donde nosotros decimos que un elemento social es peligroso o dudoso, que hay que vigilarlo, que tal vez, en alguna ocasión, haya que reprimirlo, aquello que se llamaba mente moderna siempre gritó, con voz de trueno, que había que prohibirlo. El partidario de la ley seca declara que no debe haber vino; el pacifista, que no debe haber guerra; el comunista, que no debe haber propiedad privada; el partidario del secularismo, que no debe haber práctica religiosa. El fracaso de la ley seca en el único país en que era aplaudida, en que era tan popular como puede serlo algo tan inhumano, significó el hundimiento de todo el concepto de eliminar por completo las tentaciones del hombre y las pruebas de la vida mortal.

G. K. Chesterton, "El pozo y los charcos", en La cosa y otros artículos de fe.

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08 diciembre 2012

Hipócritas



Pasó por delante de una iglesia cualquiera y se detuvo. Un edificio feo, anodino, detrás de una pequeña reja... No había vuelto a la iglesia después de su excursión al mar... Sólo los domingos, desde que llegó Miguel, para acompañar al niño... Hipócrita ya, como tantos, como aquellos de los que se reía en sus tiempos de "pagana libre y pura", pero a los que ahora creía comprender... "Al menos, intentan que otros tengan lo que ellos saben que es verdad y no tienen el valor de vivir..."

Carmen Laforet, La mujer nueva

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06 diciembre 2012

Antes del invierno


Una más de Carlos Pujol. De tan agradable lectura como las demás, claro. Está presente ese escepticismo ante las cosas que los hombres sacralizan, ese humor británico de tan sutil, esa parodia de los tópicos policíacos, esos personajes apenas esbozados de los que uno diría que lo más interesante es lo que no se muestra. Aquí se nos insinúa una trama de espionaje en la inmediata posguerra española, con ingleses y alemanes utilizando a España como una pieza importante de su partida de ajedrez. Hay un señor maduro que vuelve a España, desde Inglaterra, para volver a ver a su hijo, y al que quieren reclutar como espía. El hijo es un poeta falangista que ha conseguido situarse en el régimen. La madre es una descocada que se ha largado con un british. Hay algo de melancolía y de tributo al amor paternofilial por encima de las circunstancias, que proporciona un final si no feliz al menos satisfactorio desde un punto de vista humano. Pujol no es un ingenuo, pero tampoco un nihilista.

Raros serán los libros en que el dramatis personae sea lo mejor. Este es uno de ellos. La nómina final de personajes incluye hasta a los personajes históricos citados y con sus definiciones se pueden pasar unos cinco minutos deliciosos. 

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02 diciembre 2012

El lobby laicista


Gracioso el titular de Religión en Libertad: El lobby laicista consigue que la Generalitat valenciana prohíba la Misa en los colegios públicos.

Qué afán por salvar la cara a quien no hace lo mínimo por merecerlo. No, amigos, la noticia es: La Generalitat valenciana prohíbe la Misa en los colegios públicos. Si al PP le faltan convicciones, no carece en cambio de responsabilidad en sus actos. Y si tuviera convicciones, no habría lobby laicista que le obligara a cometer el atropello.

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30 noviembre 2012

18 de julio


... Nadie había querido una guerra, sino sus resultados, sus consecuencias. Los sublevados, la destrucción de la república, el establecimiento de un régimen bastante vago, pero que ya se iría perfilando. Los partidos del Frente Popular y los sindicatos, la gran ocasión para acabar con la República "burguesa" --aunque se conservara el sustantivo--, con las libertades "formales", para realizar la ansiada "revolución social". Un detalle mínimo, pero significativo, es que la calle del Príncipe de Vergara, en Madrid, se rebautizó durante la guerra (acaso creían que se trataba de un príncipe "de la sangre" y no de Espartero, el ídolo de los liberales del siglo XIX, el vencedor de los carlistas, que ahora estaban del otro lado); pero lo interesante es que se llamó "Avenida del 18 de julio", es decir, que esta fecha siniestra se celebraba también en el campo republicano.

Julián Marías, Una vida presente. Memorias I.

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27 noviembre 2012

Rajoy es masón:


Asunto concluido. Por fin sabemos por qué el PP nos está decepcionando. Como todo el mundo sabe, el Partido Popular es la longa manus del Vaticano en España, pero ¡ah!, se han infiltrado agentes de Caos (o de Spectra, si les parece). Todo es cuestión de echarles y poner a los buenos.

Me hace gracia este modo de discurrir de cierta derecha sociológica, que creí enterrado en el Valle de los Caídos. Y que conste que Franco me cae muy bien. (Hay muchos que se creen en la obligación de disculparse cuando tienen que hablar más o menos bien de Franco. Yo hago lo contrario, por amor al disenso y odio a la corrección política). ¿Por qué Zapatero hace tales y cuales tropelías? Es masón. ¿Por qué Rajoy no hace lo contrario? También pertenece a la Venerable Orden.

Es un modo de discurrir que entraña cierta pereza, porque te libra de hacer análisis sociopoliticoculturales y porque permite sacudirse responsabilidades, digamos, por ejemplo, hasta qué punto el que los cristianos nos hayamos estado rascando el vello púbico ha permitido que los laicistas escalaran más y más posiciones de poder.

No necesitamos masonerías para explicarnos que los políticos del PP no son más que una muestra de la sociedad española; una sociedad que ha sido moldeada, como la occidental en general, conforme a unos patrones que tienen poco que ver con lo que dispuso el Concilio de Trento, ni siquiera el Vaticano II. Que lo que digirieron del SEU y de la OJE se reduce a unas consignas vacías que sirvieron más que nada para hacer gracietas. Invocad a mayo del 68 en lugar de a la masonería y quedaréis mejor, siempre que entendamos que mayo del 68 no es más que el precipitado de una compleja red de fenómenos culturales cuya última expresión, y la más deleznable, son esas otras consignas del "nosotras parimos nosotras decidimos" y "si se quieren por qué no van a casarse". La Venerable Orden pudo tener algo que ver, pero sería solo una anécdota en esa historia. O sea, un poco de seriedad, que ya somos unos hombrecitos.

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25 noviembre 2012

Lecturas españolas


Este es uno de los libros más famosos de Azorín, supongo que porque es uno de los que más han contribuido a forjar el mito (o la realidad) de la Generación del 98. En esas lecturas los nombres más citados son los de Cadalso, Larra y Joaquín Costa, es decir, los que hicieron una crítica global de la supuesta o real decadencia española, los que con mayor agudeza fustigaron sus vicios y vivieron intensamente el afán por regenerar el país. Y también los que con mayor frecuencia se citan como antecedentes de la famosa generación. Está también muy presente Gracián, cuyo pensamiento ha sido con frecuencia comparado con el de Nietzsche, uno de los grandes inspiradores de Azorín y sus coetáneos. Y Saavedra Fajardo, el gran pensador político de la España del Barroco. Junto a ellos, figuras menores como fray Antonio de Guevara, cuyo Menosprecio de corte y alabanza de aldea tenía que ser por fuerza muy apreciado por Azorín, tan fascinado siempre por los encantos de la existencia sencilla; y José Mor de Fuentes, autor de una autobiografía hoy olvidada y protagonista del capítulo más largo de esta serie.

Hay algunos cuadros que nada tienen que ver con alguna lectura, sino que son de hecho breves relatos, protagonizados por pequeños filósofos, melancólicos amantes de una naturaleza que fluye en eterno retorno. Las meditaciones sobre el paisaje español y el gusto por el vocabulario tradicional terminan de dar a esta obra su fisonomía noventayochista. 

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24 noviembre 2012

Semillas del Reich

... hay un tercera cosa que me gusta incluso menos que las otras dos. No es el comunista, al atacar a la familia, ni el capitalista, al traicionarla; es la vasta y asombrosa visión del hitleriano al defender a la familia. Hitler defiende la independencia de la familia haciendo que toda familia dependa de él y de su Estado semi-socialista; y preserva la autoridad de los padres dictando autoritariamente a los padres lo que tienen que hacer. Su idea de mantener sagrada la dignidad de la vida doméstica es emitiendo órdenes perentorias al efecto de que el abuelo se levante a las cinco para hacer ejercicios con mancuernas, o que la abuela camine veinte millas hasta un campamento donde le darán una bandera con la cruz gamada. O sea que interfiere en la familia mucho más que los bolcheviques, y lo hace en nombre de la sacralidad de la familia. No anima más que las otras dos manifestaciones sociales, pero por lo menos es más entretenido. 

G. K. Chesterton, "Tres enemigos de la familia", en La cosa y otros artículos de fe 

Sin mancuernas, sin cruces gamadas y sin apelaciones a la sacralidad de la familia, pero me suena.

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22 noviembre 2012

Desahucios visibles


Un escocés iba a examinarse para policía y le preguntaron cómo disolvería una manifestación. "Bueno -dijo-, en mi tierra al menos lo hacemos así: anunciamos una colecta y apenas hemos empezado a pasar la hucha, ya no queda nadie."

Es curioso, pero, en plena sociedad de la información, hay lacras que parece que no existen hasta que no se organiza una manifestación de protesta. Los desahucios, por ejemplo: llevan produciéndose desde que la crisis enseñó los dientes y vimos que no era una ocurrencia de economistas. Lo que es de ahora son las manifestaciones. Una vez más se cumple el oráculo de Mingote: "Los trabajadores empezamos a estar hartos y, en cuanto haya un gobierno de derechas, nos van a oír".

Me pregunto qué pasaría si, en una de estas manifestaciones contra los desahucios, alguien tuviera la ocurrencia de proponer una colecta para contribuir a sufragar la deuda del afectado, cuyo producto se le entregaría in situ. Si sucedería lo de Escocia o si se vería aquilatada esa solidaridad que es tan fácil llevarse a la boca.

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20 noviembre 2012

Sangre sabia


Nunca me había topado una galería de personajes tan grotescos y patéticos. Ni en Valle-Inclán, porque los de este tienen mucho más de grotescos que de patéticos, si damos a esta palabra su sentido original de "que mueve a compasión". Están como cencerros, es lo primero que piensas. Pero después imaginé que tal vez la autora había querido mostrar el aspecto que ofrecemos los seres humanos ante Dios cuando no nos movemos a impulsos de la gracia. Quizá sea porque sé que Flannery O´Connor era católica y quería escribir novelas católicas. Patético y monstruoso es como ve un santo a un pecador, empezando por él mismo, claro; y con esto no quiero canonizar a Flannery O´Connor, sino alabarla como artista. Está pintando almas, almas irredentas, es cierto, para utilizar el concepto (la redención) que obsesiona a Hazel Motes, un curioso predicador de una Iglesia sin Cristo. Irredentas o víctimas del pecado de otros, como el universo entero. Contemplándo a Hazel Motes, no puedo por menos de pensar en Dawkins o en Hitchens, esos predicadores tan militantes que se dirían, en efecto, apóstoles de su iglesia atea. Patéticos.

Para O´Connor, esta era una novela cómica. Lo es también, y en particular uno sonríe con ciertas metáforas casi surrealistas (¿habían oído alguna vez hablar de color rata para definir el de un coche?). Pero humor negro, por supuesto, donde la risa se codea con el estremecimiento. Lo grotesco y lo patético no escamotean el horror, pero del mismo horror veremos surgir la salvación.


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18 noviembre 2012

Religión, política, guerra


Rüdiger Safranski explica la Historia de la Guerra de los Treinta Años de Schiller.

Con la Guerra de los Treinta Años una nueva pasión entra en el escenario de la política: el entusiasmo religioso... Con ello cambia fundamentalmente la relación normal de las masas con la política. Hasta ese momento la política les resultaba indiferente y temible. La acataban como un poder natural, mayormente como sacrificio y como un objeto. Ahora la política se convierte en un asunto del corazón, precisamente porque ha pasado a ser un asunto religioso. Sin embargo, eso no es así para los príncipes, que siguen considerando la religión como un medio manipulable, sino para el pueblo.

Y ahora, Schiller:

En aras del Estado, en aras del interés de los príncipes se habrían armado voluntariamente unos pocos pobres; a favor de la religión tomaron las armas con alegría el comerciante, el artista, el labrador. Si se tratara del Estado o del príncipe, todo el mundo habría procurado eludir la más pequeña contribución extraordinaria; al servicio de la religión se sacrificaron los bienes y la sangre, todas las esperanzas terrenales.

Tanto el Papa como los ateos encuentran deplorable que se tomen las armas por la religión: y lo es, pero sólo después de Cristo: hasta Él, sería difícil encontrar otra religión que considerase inviolable toda vida humana.

Ahora bien, si es deplorable, no es incomprensible. Se mata por dinero, por amor, por honor, por odio. Cuanto más nos importe una cosa más comprensible es que se mate por ella, así como que se dé la vida por ella. Quizá nada importe más que la cuestión de nuestro destino eterno, de nuestra razón de existir. Quien mata por Cristo, pues, actúa de un modo natural; natural, pero no cristiano, no sobrenatural. Puede matar por Cristo, pero no desde o en Cristo.

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16 noviembre 2012

Recortes


"Orden... por la que se regula el procedimiento para garantizar el derecho del alumnado ... a que su dedicación, esfuerzo y rendimiento sean valorados y reconocidos con objetividad".

Así se llama la ley que regula la reclamación de notas en Bachillerato: o sea, cómo conseguir en los despachos lo que al esforzado alumno le han negado desde la cátedra. Y dirán ustedes: eso de la "dedicación, esfuerzo y rendimiento" ¿no es más propio de un acto de imposición de medallas que de un texto legislativo? ¿No sería más propio decir simplemente "su trabajo" o "sus exámenes"?

Bien, no hace falta ser un lince para deducir, de tan rimbombante enunciado: a) que la "dedicación, esfuerzo y rendimiento" se le suponen al alumno, como el valor en la mili; mientras que b) del profesor sólo cabe esperar una tendencia a la parcialidad y la mala uva; y que c) la objetividad reside más arriba, en la bendita Administración, en los ángeles guardianes de la juventud. Un tipo detrás de una mesa es capaz de juzgar con más objetividad que quien ha preparado y desarrollado las clases y ha seguido la evolución del alumno día a día. Dónde va a parar.

Pero el problema de la enseñanza en España son los recortes. 

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15 noviembre 2012

La sonata a Kreutzer


Esta novelita de Tolstoi transcurre toda en un tren, pero no es Asesinato en el Orient Express. Eso sí, hay un asesinato. Tolstoi es muy hábil en el arranque, con unos tipos hablando de otro tipo que ha asesinado a su mujer y ha salido en los periódicos. Luego resulta que el asesino estaba en la conversación. Pero no se trata de un caso policiaco. Al contrario, es una novela de tesis. Este marco le sirve al autor para exponer sus peregrinas ideas sobre el matrimonio, a través del propio asesino. La mayor parte de la novela es un largo flashback sobre las vivencias del pobre esposo.

Sí, es el mismo Tolstoi que escribió Ana Karenina, el mismo que tan bien nos mostró la diferencia entre la manera correcta y la incorrecta de afrontar la vida matrimonial. Parece que acabó pensando como vivía, y era tan buen novelista como pésimo marido. Podnysev critica el romanticismo de su mujer, que se casó convencida de que lo hacía con un ángel. Pero él mismo no logra superar el defecto contrario: el de estimarse basura y pensar que eso le hace irredimible, indigno de cualquier esposa: "Se vende una virgen a un libertino y esa venta se verifica con la apariencia de las cosas más puras, embelleciéndola con los detalles más ideales". Con esa amargura en el fondo -no del todo infundada, por supuesto-, las dificultades más nimias de la vida matrimonial se le hacen insoportables. Tolstoi desahoga su propia experiencia, sin duda. Pero no dejan de poder espigarse ciertas observaciones atinadas y muy actuales. 


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13 noviembre 2012

Esas formas

Absorto, Müller empezó a hurgarse la nariz. Eso lo tuvo ocupado durante unos segundos, después de los cuales se examinó el pulgar y el índice y luego se los limpió en las cortinas de Nebe. Era, pensé, un mal augurio de la nueva Alemania de la que había estado hablando. 

En Philip Kerr, Réquiem alemán 

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11 noviembre 2012

Dicen que lo del gaymonio es una cuestión de tolerancia.


Tal vez. Hay gente muy tolerante con el vecino, a la que no le importa que el vecino se despeñe con tal de que lo haga lejos. El amor al prójimo exige con frecuencia ser intolerante. Hay una premisa indiscutida según la cual quien se opone al gaymonio es porque odia a los homosexuales (homofobia, le dicen). Y es justo al revés. El gaymonio es la mayor burla que se ha hecho jamás de estas personas. En el fondo, sus partidarios gozan perversamente viéndoles hacer su parodia de matrimonio, sus monerías, como un Nerón desde su palco o como el público de aquel Concierto de San Ovidio de Buero Vallejo donde unos ciegos tocaban con orejas de burro y las partituras al revés.

Esas personas tienen un problema. Y no se les hace ningún favor riéndoles las gracias, que maldita la que tienen. Hay gente empeñada en ayudarles, a los que encima se les pone trabas y se les tacha de lo peor. Es la historia del mundo.




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08 noviembre 2012

Los cipreses creen en Dios


"En una de las casas más antiguas de la orilla derecha del río, primer piso, vivían los Alvear". Esta sencillez del arranque se mantiene a lo largo de las casi ochocientas paginas y es una de las claves del éxito de esta novela. La vieja técnica de superponer una peripecia familiar sobre el telón de la historia, la de Guerra y paz, por ejemplo, le funcionó a Gironella maravillosamente. 

 Cuentan que Juan Pablo II dijo "así fue" ante La Pasión de Mel Gibson, y que un veterano de Normandía dijo algo parecido al ver Salvar al soldado Ryan. No sería extraño que muchos aseguraran lo mismo al leer Los cipreses y que eso fuese otro ingrediente de éxito. Sólo veinte años habían pasado desde todo aquello y era la primera vez que alguien se decidía a recrearlo novelísticamente de modo tan exhaustivo. Mientras siga recordándose a Gironella y a su obra se discutirá acerca de su objetividad, pero es difícil hallar, me parece, un esfuerzo mayor, dentro del género narrativo, en busca de ese límite inalcanzable. Los de derechas tienen defectos, los tienen los rojos, hay santos e idealistas en todo el espectro político, tan bien evocado por el autor. Sucede que este, qué le vamos a hacer, ambienta su obra en su Gerona natal, donde tocó represión roja. El final de la obra es lo que más puede molestar a un lector de izquierdas, pero, como íbamos diciendo, "así fue".

Hay una gloria y una miseria de la novela histórica, y esta participa más de la gloria, en el sentido de que aclara más que deforma. La recomiendo sin dudar a todo el que quiera asomarse al cóctel de pasiones que acabó estallando en julio del 36.

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07 noviembre 2012

Ningún pueblo bárbaro cayó nunca tan bajo.


Francisco Pérez de los Cobos
Pascual Sala
Pablo Pérez Tremps
Encarnación Roca
Ignacio Ortega
Adela Asúa
Fernando Valdés
Manuel Aragón

Ocho nombres para la historia. Para la historia de la degeneración de la especie humana. Verles en la foto asquea. En Nuremberg, más de uno debió de empezar a creer en la justicia. No habrá la suerte de ver a estos ocho colgando de una cuerda.

Y ahórrenme sus escándalos. Discutir lo obvio me agota.

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05 noviembre 2012

Me temo que en España no tanto.


Pero esto va más allá: los fieles habituales [de un credo religioso] también son ciudadanos más activos. Es más probable que pertenezcan a organizaciones comunitarias, sobre todo aquellas que tienen que ver con gente joven, sanidad, arte u ocio. Es más probable que se unan a grupos de vecinos, o a asociaciones cívicas profesionales o fraternales. En estos grupos, es más probable que sean encargados o miembros del comité. Tienen una parte más activa en la vida cívica local, desde las elecciones locales a las asociaciones fraternales. Tienen una representación desproporcionada entre los activistas locales que luchan por reformas sociales o políticas. Acuden, se involucran, dirigen. Y hay un gran margen de diferencia entre ellos y los estadounidenses laicos.

Jonathan Sacks, "Los límites del laicismo", en Cuadernos de pensamiento político, 36 


04 noviembre 2012

A lo mejor en España también

Cuatro años de investigación le valieron a Putnam [Robert Putnam, American Grace] para descubrir que si una persona acude regularmente a la iglesia o sinagoga, es más probable que done dinero a la beneficencia que si no va regularmente. También es más probable que realice trabajos voluntarios para la beneficencia, que dé dinero a una persona sin techo, entregue vueltas de más a un dependiente [?], done sangre, ayude a un vecino con las bolsas de la compra, ayude a alguien con las tareas del hogar, pase tiempo con alguien que esté deprimido, permita que un conductor se te cuele con el coche, ofrezca un asiento a un extraño o ayude a alguien a encontrar trabajo. Entre todas las buenas obras exploradas en la encuesta, no hay ninguna que los estadounidenses laicos [sic por "no creyentes"] hagan con más frecuencia que sus homólogos religiosos.

Jonathan Sacks, "Los límites del laicismo", en Cuadernos de pensamiento político, 36




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02 noviembre 2012

No soy platónico.

No soy partidario de la existencia de un mundo ideal, donde todas las cosas tienen su arquetipo. Por eso no creo en la izquierda ideal: conozco la izquierda real. Así que no me convence Sostres. Sobre todo porque la idealidad que describe es tan diversa de la realidad...

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01 noviembre 2012

Juan Pablo II. El final y el principio


El principio es mucho más interesante que el final. En el libro, por supuesto. Nunca podrá asegurarse que fue más importante la contribución de Juan Pablo II a la caída del comunismo soviético que su encarnación de Cristo sufriente en una época en que el humo de Satanás (que llega a muchos más sitios que el rabo o los cuernos) había entrado en la Iglesia. Sucede que el final ya nos lo sabíamos. Hemos sido testigos incluso, en más de una ocasión, pues no en vano, como se repite aquí, Juan Pablo II fue la persona a la que vio más gente en todo el mundo. George Weigel divide su segunda biografía del Papa Juan Pablo en dos partes, esas que promete en el título. Y la primera narra en detalle cómo el pontífice llevó a cabo su labor de zapa en el flanco más vulnerable del comunismo soviético, es decir, su propia patria, Polonia. Esto, ya digo, constituye la parte más sabrosa del volumen, no sólo por los abundantes datos documentales, sino porque muestra cómo la gracia actúa mejor sobre una naturaleza humanamente fuerte, cómo las innegables virtudes humanas de Karol Wojtyla fueron potenciadas hasta niveles inimaginables por su docilidad a la acción divina, hasta el punto, como dice la portada, de "cambiar el curso de la historia", a despecho de la política seguida por el Vaticano hasta entonces, su particular ostpolitik, ejemplo vivo de conformismo, o de optimismo bien informado, al menos tal como nos la presenta aquí Weigel. Lo más interesante, quizá, esté aún por llegar. Me refiero al santo que echará abajo al enemigo que ha quedado al otro lado del telón.

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30 octubre 2012

Moral revolucionaria


Sobre el marqués de Poza, personaje de Don Carlos, de Schiller:

Poza ama a la humanidad y, enamorado de sí mismo, se entusiasma con sus acciones, que han de servir a la dicha de la humanidad. Evidentemente ama también a su amigo Carlos, pero lo ama como un representante del todo: "En el alma de mi Carlos creo un paraíso para millones" (verso 4257 y sigs.). El amor a la humanidad se traga el amor al individuo y así el marqués cae en el fatal defecto de "atentar contra la libertad ajena, descuidar el respeto a los derechos de otros y ejercer no pocas veces un despotismo muy arbitrario" (II, 261).

La moral revolucionaria traiciona en lo particular lo que pretende conseguir para la totalidad, a saber: la libertad. Por una parte exige que el hombre se convierta en su propio fin y, por otra, lo convierte en medio de sus cálculos. Tras las máscaras de la lucha por la libertad se esconden "la violencia, el secreto" y "el afán de dominio" (II, 261)

Rüdiger Safranski, Schiller o la invención del idealismo alemán 


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28 octubre 2012

Miscelánea nacionalista


A los indignados les gustan las máscaras de V de vendetta. Aquello fue una de las mayores apologías del terrorismo jamás filmada. Tal vez la mayor victoria de ETA no sea Bildu, sino la generalización de su discurso entre una juventud que, sin duda, tiene razones para sentirse incómoda, pero que ha de ir con cuidado a la hora de elegir maestros.

...

Según Juaristi, en ABC, el término vascos referido a los nuestros no se generalizó hasta fines del XIX. Sí: recuerdo que en el Siglo de Oro eran siempre vizcaínos y que Cadalso, en las Cartas marruecas, los llama cántabros. No es que sea un argumento en contra del nacionalismo, pero conviene conocer estos pormenores.

...

No conozco tan a fondo el catalán y el valenciano como para pronunciarme sobre su identidad o su distinción como lenguas. Pero es curioso que asumimos la identidad cada vez que oímos un apellido de fonética levantina y decimos: "será catalán". Como experimento sociológico, a partir de ahora, en esos casos, yo diré: "será valenciano". Al fin y al cabo a los catalanes, que defienden la identidad, no les molestará tal nimiedad onomástica.

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25 octubre 2012

Matrimonio, Laforet, nacionalismo


Presentan una ILP a favor del matrimonio blindado. Me parece bien, porque una legislación divorcista no contenta a todos, contra lo que pensaba Julián Marías: supone una toma de partido por parte del Estado; una toma de partido que no permite contraer, civilmente, un matrimonio indisoluble; todo lo más indisoluto, por la voluntad de los cónyuges reafirmada cada día, o porque uno de ellos va y se muere. Si se busca el pluralismo, una pluralidad de matrimonios es la solución. A la espera de que nuestras cabezas se ablanden por fin.

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Estupendo Olegario González de Cardedal con su artículo sobre Carmen Laforet (es de 2010, pero lo descubro ahora). Ya suponía que lo de la "mujer en fuga" estropearía clamorosamente lo más trascendente de su vida. Suerte que don Olegario pone las cosas en su sitio. Me veía yo tan solo... Ah: y de todo el artículo, lo mejor el párrafo final de la propia Laforet.

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Y yo que estaría dispuesto a respetar el nacionalismo catalán (o el vasco) si asumieran el pasado y tomasen en serio la historia... Algo así como "fuimos España. Nuestra cultura, nuestros hombres, nuestras gestas, fueron españolas hasta anteayer. Pero ya no lo somos. Fue bello mientras duró. Que tengáis un feliz resto de vuestra vida sin nosotros". En lugar de eso, tratan de justificarse con historietas sonrojantes al lado de las cuales los bestsellers de Ken Follet rezuman rigor científico. Para no hablar de la retórica abertzale, claro. De las dos retóricas, la de los comunicados y la de las balas.

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23 octubre 2012

Enhorabuena a los del Tribunal Constitucional y a los de Eusko Alkartasuna:

La Cuba cantábrica está más cerca.

Reiteraré mis felicitaciones a los de EA cuando se hayan convertido en los nuevos Payáes, Fariñas y Zapatas. Los del TC seguirán con sus plácidas digestiones hasta el día de la sentencia que no marra.

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21 octubre 2012

Pastoral americana

Y, ¿qué tiene de malo la vida de los Levov? ¿Qué hay en este mundo menos reprensible que la vida de los Levov? Pastoral americana concluye con estas preguntas, no necesariamente irónicas, lo que quiere decir que Philip Roth renuncia a dar respuestas. Toda su novela es una gran pregunta. El Sueco, Seymour Levov, es hijo de un inmigrante judío de esa nacionalidad, y ha heredado el emporio de fabricación de guantes de su padre. Es un americano triunfador, ya desde su infancia y juventud, como deportista admirado por todos sus compañeros, y además luego se casa con una miss Nueva Jersey. Pues bien, va su hija y le sale terrorista. Pastoral americana es el libro de mayor extensión, que yo sepa, dedicado a la tópica pregunta: "¿en qué hemos fallado?", hecha por unos padres responsables a quienes un hijo les sale rana. Y la pregunta queda abierta porque Roth no toma partido por nadie. Aunque la novela concluye con la risa floja de una profesora liberal que se goza en el fracaso del modus vivendi de la alta burguesía de su país, la fe marxista tampoco es la respuesta, tal como Roth plantea aqui las cosas, sino parte del problema, o más bien una de sus consecuencias. En mi opinión, toda la novela es una ilustración de aquello que decía no sé quién: "Hemos estado tan preocupados por darles a nuestros hijos lo que nosotros no tuvimos, que nos hemos olvidado de darles lo que sí tuvimos". Los Levov creen bastarse a sí mismos, y haber creado las condiciones para que todo ruede a pedir de boca. Judíos como eran, no aprendieron nada de lo de la torre de Babel.

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19 octubre 2012

Hoy se celebra

la memoria litúrgica del beato Jerzy Popieluszko. Nos acogeremos a su patrocinio frente al totalitarismo que viene y que ha entrenado bien a sus hordas.

Y en España tan bien que ya sólo Malta, entre los países europeos, nos aventaja en fracaso escolar. Los pedagogos socialistas deben de estar corroídos por la envidia, intentando averiguar cómo lo hacen, los tíos.


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17 octubre 2012

¿Es la escuela lugar apto para Dios? ...


Aun suponiendo que la palabra e idea de Dios fueran las trampas máximas de la historia humana, habría que preguntarse de dónde nacen tan permanente error o engaño. Es también lugar apto para percibir, identificar y descifrar las posibles huellas, signos, palabras de Dios en la historia, y no menos lugar apto para analizar toda cultura, arte, pensamiento y humanidad nacidos de la fe en Dios. Y al pensar tanta gracia, pensar también la inhumanidad que resulta con su posible o real degradación. 

Olegario González de Cardedal, "La escuela: ¿lugar propio para Dios?", en Educación y educadores. 


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16 octubre 2012

La verdadera historia del PSOE

El título parece anunciar un libro polémico, pero no hay tal. Es cierto que el punto de vista es distante y levemente crítico, pero Juan Carlos Girauta consigue mantenerse en un notable nivel de objetividad. A lo mejor lo digo porque no me gusta el PSOE.

Hay una maldición en ese partido que hace que prevalezca siempre su facción más fanática. Hubo un momento, con Felipe González al frente, en que pareció que iba a asimilarse a los partidos socialdemócratas europeos, pero el golpe contra Rumasa no hizo sino augurar una vez más lo peor. Fue, con todo, un período más marcado por la corrupción que por el sectarismo. Este se acentuaría luego, como bien sabemos, con Zapatero en la presidencia.

Girauta utiliza una técnica peculiar que consiste en insertar biografías de los más relevantes líderes socialistas entre la historia propiamente dicha. Pablo Iglesias, por supuesto, es el primero, y Rosa Díez la última, pasando por los Largo, Prieto, Negrín, Besteiro... A Nicolás Redondo se le concede un lugar no desdeñable, así como a Rodolfo Llopis, el último líder prefelipista. La revolución del 34 es calificada con toda propiedad como golpe de estado. No así el 13 de marzo de 2004, que se queda en infamia y "la más feroz campaña de desestabilización política de nuestra historia reciente". Por eso digo lo de la objetividad. Afirmar que el cerco de las sedes del PP y la violación de la jornada de reflexión no eran sino la segunda parte del 11-M sería excesivo para un hombre tan moderado como Girauta...


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13 octubre 2012

Dulcinea


La idea de Dios como conciencia del universo no creo que sea muy ortodoxa, pero la de Dulcinea como la imagen que Dios tiene de mí, es cuando menos interesante.

No es este mi yo deleznable y caduco; no es este mi yo que come de la tierra (y al que la tierra comerá un día) el que tiene que vencer; no es este, sino que es mi verdad, mi yo eterno, mi padrón y modelo desde antes de antes y hasta después de después; es la idea que de mí tiene Dios, Conciencia del Universo. Y esta mi divina idea, esta mi Dulcinea, se engrandece y se sobrehermosea con mi vencimiento y muerte. Todo tu problema es este: si has de empañar tu idea y borrarla y hacer que Dios te olvide, o si has de sacrificarte a ella y hacer que ella sobrenade y viva para siempre en la eterna e infinita Conciencia del Universo. O Dios o el olvido.

Miguel de Unamuno, Vida de don Quijote y Sancho 

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12 octubre 2012

La última



Yevgueni Zamiatin escribió en Nosotros (1921) la primera de esas pesadillas que prevén un fin totalitario de la historia. La suya llegó, como la soviética a la que parodiaba, tras una revolución. 


-¡Es una locura! No tiene pies ni cabeza. ¿No veis que estáis preparando una revolución?

-Sí, una revolución. ¿Por qué no tiene ni pies ni cabeza?

-Porque no puede haber revolución. Porque nuestra revolución fue la última y no puede haber otra. Todo el mundo lo sabe...

Vi esbozarse el triángulo irónico y agudo de sus cejas:

-Querido amigo, eres matemático, eres además filósofo matemático; dime cuál es la última cifra.

-¿Cómo? No te entiendo, ¿qué ultima cifra?

-Pues la de encima, la última, la mayor...

-Pero, I, es absurdo. El número de cifras es indefinido, no puede existir una última cifra.

-Entonces, ¿por qué hablas de última revolución? No hay última revolución, el número de revoluciones es siempre infinito. El último es para los niños: el infinito les asusta y tienen que dormir tranquilamente por la noche...

-Pero ¿qué sentido tiene, en nombre del Bienhechor? ¿Qué sentido tiene si todo el mundo es feliz?

-De acuerdo, pero ¿después?

-Es ridículo, es una cuestión pueril. Cuéntale un cuento a un niño, díselo todo y te preguntará: "¿Y qué pasó después? ¿Por qué?"

-Los niños son los únicos filósofos valientes. Y los filósofos atrevidos son obligatoriamente niños. Hay que ser como los niños, siempre hay que preguntar: "¿Qué pasa después?"

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10 octubre 2012

Secretum


El protagonista de esta historia, como suele ser habitual entre los de su autor, vive entre el presente y el pasado, siendo al mismo tiempo un humanista del Renacimiento y un rebelde que va a ser condenado a muerte por haber elegido morir. Sí, pues tal es la paradoja de esta distopía, donde la humanidad ha superado la muerte como si se tratara del sarampión, se ha puesto una inyección de inmortalidad y castiga con la muerte a quien decide vivir al viejo estilo, es decir, a tiempo limitado. El Acusado (no tiene otro nombre nuestro hombre) no se rebela contra nada, por más que sus enemigos intenten demostrar lo contrario. Que sea inmortal quien quiera serlo, pero yo quiero tener la libertad de amar y de morir. El tiempo y el amor, en efecto, han sido abolidos junto con la muerte en esta sociedad. Y nuestro acusado intuye que, de algún modo, sólo el amor le dará una eternidad que merezca la pena, mientras que los otros no son más que muertos en vida.

A la ya de por sí barroca escritura de Antonio Prieto se suma aquí una estructura bastante compleja. El punto de vista narrativo es múltiple y el autor se complace en algunos juegos experimentales muy propios de su época (1972), como esos monólogos que concatenan la última palabra de una frase con la primera de la siguiente. Es un virtuosismo narrativo que quizá complique innecesariamente la novela, ciertamente minoritaria, pero con una interesante lectura a lo divino, muy ratzingeriana diría yo, si damos la interpretación adecuada a ese Amor y a esa Palabra que, nítidamente distintos, se erigen sin embargo, conjuntamente, en vehículo de salvación.


(La imagen es de la edición de 1972; no he encontrado ninguna de la de 1986, que es la que he leído y que, al parecer, introduce algunos cambios. Véase esto.)

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09 octubre 2012

Amor verdadero, dulce monotonía

Los días comenzaron así a hacerse semejantes a sí mismos, en un dichoso círculo sin fin en cuyo interior conocieron los fugitivos el amor verdadero. Acabó el verano y vino el otoño; acabó el otoño y vino el invierno. Sólo las largas conversaciones con el viejo mago rompían la dulce monotonía de sus existencias.

En José Javier Esparza, El dolor

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07 octubre 2012

Grafiti:


"No queremos la paz, queremos la victoria".

Esto podría suscribirlo fácilmente un etarra, a despecho de su propia propaganda. Pero raramente un demócrata. Lo que dice mucho acerca de quién está más convencido de su causa.

En efecto, suena demasiado... radical, ¿no? En una de aquellas manifestaciones contra el chalaneo con ETA, me pareció oír gritar: "No queremos paz, queremos libertad". Me dije que vaya, por fin estábamos dejando de consumir papel de fumar. De nada vale una paz con concesiones a los criminales, y hay que decirlo bien alto. Pero un acompañante me corrigió con un gesto de cierta reconvención: no, hombre, dicen "ya tenemos paz, queremos libertad".

Vaya.

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05 octubre 2012

Salvadora de Olbena

Los personajes de Azorín parecen llegados a un limbo de los justos, a una sosa eternidad donde las cosas, naturales o artificiales, se dirían decorados puestos allí para que las almas no se sientan demasiado desplazadas, como la habitación neoclásica de 2001 Odisea del espacio. En Salvadora de Olbena el tren de la 1,45 es como una familiar barca de Caronte que lleva a ese lugar, que en este caso lleva el nombre de Olbena, donde no hay movimiento ni por tanto futuro y donde se habla sin cesar del pasado.

Un limbo de los justos, sí, porque en Azorín no hay villanos ni héroes, pero no porque cada uno participe de la maldad y de la virtud en diversas proporciones, sino porque no son más que juguetes de un destino que no es trágico ni feliz, sino que simplemente se complace en ser. Las poses más o menos dramáticas que podían haber adoptado en el pasado parecen ahora, en esta estación definitiva, puros juegos de niños: así sucede con un Don Juan en la novela homónima, o aquí con esta especie de mujer fatal llamada Salvadora.

Hoy se sigue discutiendo si las novelas de Azorín lo son realmente, lo que, vista la historia literaria del último siglo, lo convierte en uno de los mayores innovadores. Porque eso ya no se discute con Joyce, Proust o Kafka. De cara al público (en el que me incluyo) quizá le falte que este capte la diferencia entre unas novelas y otras, porque lo cierto es que, al igual que Cunqueiro, tan diferente por otra parte, parece escribir siempre variaciones sobre lo mismo.

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04 octubre 2012

Hace tiempo que vengo al taller

Luis González Platón es poeta y lector, y por eso lee la zarzuela como nadie. Es una estupenda noticia su aterrizaje en Blogger; tanto, que ya lo he enlazado con el verso siguiente a este "hace tiempo que vengo al taller". Muchos de los que nos dedicamos a la docencia lo hemos pensado tantas veces, sin acertar a expresarlo como Ramos de Castro: "... y no sé a qué vengo".

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01 octubre 2012

La enseñanza en España o La tina de la colada

Cuando era chico vi en la televisión un sainete titulado La tina de la colada. Se trataba, me parece, de espabilar a un mozo gandul entregándole un pergamino con una lista de tareas a las que debía de atenerse estrictamente, sin pensar en hacer otra cosa ni omitir ninguna. La gracia está en que su hermana mayor se cae un día en una enorme tina de la que le resulta imposible salir sin ayuda. Llama al mozo pero este arguye: “eso no está en mi pergamino”, y no hay manera de sacarlo de ahí. Naturalmente, hay que hacer un anexo en el pergamino para que el chaval se digne socorrer a su hermana.

Algo así sucede en la profesión docente. Desde que desembarcó en España la pedagogía progresista, los profesores hemos sufrido humillaciones sin cuento a cargo de la burocracia instalada en la administración educativa. No voy a hablar del desarme unilateral frente a la indisciplina en las aulas, porque para qué más. Quiero referirme aquí a otra cosa: hemos pasado de ser maestros a ejercer de funcionarios que hacen cumplir el pergamino. El nuestro no se llama así, se llama programación didáctica, porque ya sabemos lo aficionada que es esta casta al circunloquio. Páginas y páginas de fárrago que coinciden en su mayor parte con el currículo o plan de estudios, lo que las hace redundantes y enteramente prescindibles, como se ve en el caso finlandés, donde no existen (y tampoco la función inspectora, todo hay que decirlo. Recordemos que Finlandia suele ocupar los primeros puestos en calidad educativa; del que ocupa España no hablo por mero pudor). El caso es que todo, todo y todo lo que vayas a llevar a la práctica en el aula debe figurar en el pergamino, y pobre de ti si no es así. Si suspendes a un aspirante a bachiller y este alega que entregar el examen a boli o distinguir las mayúsculas de las minúsculas “no está en el pergamino”, el alumno compartirá título con los que han echado horas de estudio en su casa para conseguirlo, aunque no sepa colocar un paréntesis y entienda malamente lo que escribe. Y tú serás desacreditado por tus propios superiores desde el anonimato, kafkianamente, sin consideración. Aunque seas el profesor Holland redivivo.

Por eso me pone triste ver a mis colegas salir a la calle para protestar porque les acortan la ración. Están en su derecho y quizá yo hiciese lo mismo en otras circunstancias. Pero, por lo que a mí respecta, no quiero dinero. Exijo lo que es nuestro, lo que nos pertenece desde antes de que se inventaran las pagas extras. Un rearme moral del profesorado. Ya.

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29 septiembre 2012

...que no parecía vivir.


Ayn Rand (Los que vivimos) describe una celebración en una ciudad de la URSS.

En la pantalla desfilaba una manifestación por las calles de una ciudad, celebrando una victoria. Banderas y rostros pasaban lentamente, moviéndose como figuras de cera que obedecían a hilos invisibles: semblantes jóvenes enmarcados por pañuelos oscuros, semblantes viejos arrebujados en bufandas hechas a mano; rostros bajo gorras militares, rostros bajo gorras de pieles, todos iguales, impasibles y sombríos, con la mirada vacía, los labios sin forma ni expresión. Desfilaban sin alterarse, sin músculos, sin más voluntad que los adoquines que pisaban sus pies que parecían inmóviles, sin más energía que las banderas rojas semejantes a velas izadas al viento, sin más fuego que el calor sofocante de millares de epidermis, de millones de músculos relajados y débiles; sin más aliento que el olor a sobaco sudado, a nuca inclinada, a pies cansados: desfilaban, desfilaban en un incesante y monótono movimiento que no parecía vivir.

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27 septiembre 2012

Ronald Knox


Monseñor Ronald A. Knox es testimonio de la catolicidad de la Iglesia: pocas personalidades tan inglesas podemos encontrar, para lo bueno más que para lo malo, como este gran latinista, etoniano y oxoniense como el que más, de exquisitos modales, fino humor, amante de las tradiciones, humanista hasta la médula y con alguna que otra manía. No fue convencido para entrar en la Iglesia católica por el ejemplo personal de amigos o maestros, sino por un sincero impulso de búsqueda de la verdad. Como es normal, su ruptura con el anglicanismo resultó empañada por el dolor que infligió a su padre, obispo anglicano. Para Knox, como para tantos conversos, el precepto de amar a Cristo más que a su padre y a su madre revistió caracteres heroicos. Pero a lo que iba: con Knox queda claro que el catolicismo no es algo vinculado a la sensibilidad mediterránea. Es un denominador común sobre el que se puede asentar el más british de los numeradores.

Evelyn Waugh ha hecho un buen trabajo con su biografía, pero personalmente hubiera preferido que se explayase más hablando de los gustos literarios de Knox, de su pensamiento, un cierto análisis de su obra... Sobre todo teniendo en cuenta que aquí no tenemos la suerte de contar con traducciones de algunas de las obras que más se celebran, como Some loose stones o Let dons delight, y nos conformamos con algunas de sus charlas, aunque no es poco, y en eso hay que estarles agradecido a las editoriales Rialp y Palabra.

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