29 enero 2010

La lengua oculta


Si no está completa, poco le faltaba ya. Bien es cierto que se nos anuncia de modo explícito una laguna en el manuscrito y que no vemos (yo, al menos, no lo he localizado) el momento, o las páginas, en que Arieca pasa de la adolescencia a la vejez. Pero puede leerse con la satisfacción de una obra completa. Es el testamento literario de William Golding y ya desde el principio se advierte la garra del genio, esa agradable comezón que te lleva a querer saber más y más de esos personajes, a medida que estos te van haciendo revelaciones. En este caso es la protagonista quien se nos revela a sí misma, con el talento suficiente como para hacernos cómplices de su drama, ya desde la primera página: Arieca, la "cara de bárbara", la niña fea a quien el destino (¿los dioses?) convierte en portavoz del Oráculo de Delfos, el "centro de lmundo", vive, con más curiosidad que resignación, sin alegría pero tampoco amargura, para descubrir de modo paulatino que su tutor Iónides, sacerdote sin fe, ha hecho del oráculo un instrumento con fines políticos. Los dominadores romanos, tan odiados, han contagiado su espíritu pragmático a este hombre desengañado, creación tan atractiva como la propia Arieca, y que presta renovado interés al tema de la caída de los viejos dioses y su sustitución por el Dios definitivo, con cuya alusión termina la novela.

Nota redactada en julio de 1999

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28 enero 2010

Puestos a gruñir

Me compraría el nuevo libro de Gustavo Bueno, El fundamentalismo democrático, pero tendría que forrarlo con papel de estraza. Menuda portada.

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Esperé con ilusión la apertura de EsRadio. Pero si el monotema va a ser Gallardón en el paritorio, casi me vuelvo a la COPE-sin.

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Vaya, hombre: dos disidentes ahorcados en Irán. Esta tarde, el tráfico colapsado por las manifestaciones de los partidos de progreso. Un asco.

Ah, ¿que no?

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27 enero 2010

Animación a la lectura


El tránsito al nuevo siglo halló a [Henry] James entregado a la composición de tres novelas meditadas largo tiempo: Las alas de la paloma, La copa dorada y Los embajadores. En ellas la imaginación y el arte del autor alcanzaron elevaciones tan vertiginosas que debieron de transcurrir unos cuarenta años antes de que ningún lector se atreviera a seguirle a lo largo de toda la ascensión; más difícil todavía resultó descender de tan altas cumbres sin exclamar, entre el pánico y el temor, como Kate Croy al final de Las alas de la paloma: "Jamás volveremos a donde estuvimos".

S. Geist, en Diccionario de autores, Hora, S. A.

No cabe duda de que este tipo sabe animar a la lectura. Pero los editores españoles nos lo han hecho desear durante años: creo que habían sacado todo James menos esas tres. Ahora, por fin, tenemos La copa dorada en Alba. Ñam.

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26 enero 2010

Cuentos infantiles políticamente correctos


Este libro es lo que su título hace imaginar fácilmente, es decir, una parodia: una burla de esa moral sustitutoria en que consiste la corrección política. Una moral al cabo mucho más arbitraria y opresiva que la tradicional. El autor ha sabido ver que no hay nada tan opuesto a ese moralismo absurdo como los cuentos infantiles, justamente por lo que tienen de tradicional, lo que es decir de nociones elementales y sensatas acerca del bien, del mal, de la realidad sexual, de la educación, de las relaciones con los demás y con el entorno, etc.

Se trata de trece cuentos bien conocidos (algunos más en el ámbito anglófono que en el hispánico) a los que se ha mantenido el título por lo general: "Caperucita Roja", "El traje nuevo del emperador", "Los tres cerditos"... salvo en algún caso en que el autor no se resiste a introducir una variante politicorrecta, como "Las tres cabras interdependientes de la familia Gruff". La parodia se halla sobre todo en el modo de aludir a los personajes y sus relaciones, pero en general afecta también al desenlace, que es alterado de acuerdo con los cánones de la nueva moral, con resultado desternillante.

Nota redactada en julio del 2006. El autor se llama James Finn Garner.

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25 enero 2010

La negociación es un procedimiento válido únicamente entre adultos.

El niño no tiene que ser considerado como un interlocutor, y habituarlo a la negociación es habituarlo a un universo en el que piensa que todo será negociable. Por el contrario, habituar a los jóvenes a saber intercambiar ideas, gestionar actividades e iniciarse en la vida en común es un triunfo para su inserción social. En este clima de negociación igualitaria, los padres se creen obligados a explicar todos los actos, a justificar sus exigencias y sus decisiones y a responder, de manera detallada, a todos lo interrogantes de sus hijos, cuando lo que habitualmente quieren estos últimos es sencillamente estar seguros de que los adultos conocen la respuesta.

Tony Anatrella, La diferencia prohibida

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22 enero 2010

Requiem para una mujer


El original dice "para una monja", y después de cerrar la última página aún me pregunto por qué. Imaginaba esta obra como más ligera que otras, más transparente en cuanto a su fondo. Sin embargo, los diálogos dramáticos que constituyen la mitad de ella son con frecuencia crípticos, y aunque uno termina haciéndose cargo de lo que ha sucedido, aprehender el sentido completo de todos ellos pide alguna que otra relectura. No sé si se la concederé.

Lo cierto es que Faulkner parece arrepentido de haber facilitado la lectura con estos diálogos, y le da por hacer preceder cada acto de una de sus espesas parrafadas. Puestos a aventurar razones de esta aparente (o más que aparente) capricho, lo más sencillo es pensar que quiere indagar en los orígenes remotos de la tragedia de Temple Drake y demás personajes. Así, Jefferson vendría a ser una vez más un microcosmos, donde los pecados de hoy se explican por las culpas de origen. Porque la culpa es, desde luego, la protagonista de este drama cuyos pormenores apenas se insinúan.

Nota redactada en diciembre del 2007

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21 enero 2010

Siempre me pregunté por qué a los progres les tira tanto el teatro,


sobre todo si hay ocasión de aligerarse de ropa. Tony Anatrella viene en mi ayuda:


Cuando la interioridad es pobre, deja lugar a la impulsividad y permite a las primeras representaciones expresarse en la transparencia, puesto que nada permite estructurar el interior. Una prueba de ello es la importancia considerable que se da hoy al cuerpo, erigido en el primer principio identitario del individuo. Cuando no se sabe qué decir, se exhibe el cuerpo y, en ciertos casos, se trasviste o se desnuda. Desvelar tan rápidamente la desnudez es más el signo de una incapacidad de ser uno mismo que la manifestación de una nueva libertad. Es una forma de conjurar la angustia del vacío y de la incertidumbre interior.

(En La diferencia prohibida)
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20 enero 2010

Ya pararéis, ¿no?

Hombre, claro, ya con tres... Y el último porque me descuidé.

Ya pararéis, ya paramos. Como si se estuvieran poniendo ciegos a copas. Y sólo les falta añadir lo del Media Markt: "yo no soy tonto".

Triste, muy triste. Porque en ese punto concreto, en el ya paramos, el matrimonio ha fracasado. El divorcio o la separación subsiguiente no será más que el desgajarse de lo que ya estaba muerto. Lo que resta no es sino jardín de infancia por el día, y mancebía por las noches. Y eso por mucho que sea el afecto hacia los hijos. También puede sentirlo una monitora de guardería por sus pupilos, y una solterona por sus perros.

¿Injusto? No creo. Duro, tal vez. Nunca lo expresaría en estos términos ante los interesados. Pero se escriben por ahí barbaridades mucho mayores sobre sobre el matrimonio y la familia llamados tradicionales, yo digo naturales. ¿Por qué tendríamos otros que ser más diplomáticos?

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19 enero 2010

Asesinato en la catedral


Los griegos antiguos titulaban sus tragedias con el nombre de sus protagonistas, así que Eliot podría haber titulado ésta Beckett, como la película protagonizada por Burton y O´Toole, en lugar de ponerle este título tan policíaco. Pues, en efecto, la obra tiene forma de tragedia, con sus coros y todo ("clásico en literatura", se definía Eliot). Y, bien mirado, con cada vida de un mártir se podría hacer una tragedia. ¿No era la catarsis, o purificación del espectador, lo que buscaban los trágicos? Pues nada mejor para ello que la representación de una muerte, no en aras ya del destino, sino de la Vida y de la Verdad encarnadas. Los poderosos de la tierra hacen aquí el papel de los viejos dioses, y el héroe muere desafiándolos, pero sabiendo muy bien, al contrario que Antígona, lo que se va a encontrar después (bien, el ejemplo no es totalmente adecuado, pues justamente Antígona se enfrenta también a los poderosos de la tierra y no a los dioses). Pero además hay otro antagonista, el demonio (aquí en la figura de los cuatro tentadores), el que "puede matar el alma", que aporta a la tragedia una dimensión insospechada.

Nota redactada en octubre del 2009

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18 enero 2010

Así habló el Emboscado

Ciertos griegos modernos pretenden que se revise la sentencia dictada contra Sócrates; lo único que con ello se lograría sería añadir a la historia mundial una nota marginal más, que vendría a agregarse a las inútiles notas marginales que ya la comentan; y esto en un tiempo en que corre a raudales sangre inocente. El proceso de Sócrates es un proceso eterno; también hoy encontramos en todas las esquinas, en todos los Parlamentos, a los estúpidos que allí actuaron de jueces. Pensar que puede cambiarse eso es algo que desde siempre ha caracterizado a las mentes superficiales.

Ernst Jünger, La emboscadura

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17 enero 2010

Esa cruz

que ha quedado en pie en la catedral de Puerto Príncipe es la mejor respuesta al tío que entrevistó a Munilla en la SER. Si tan sólo quisieran ver, en lugar de "estar atentos para ver si le sorprendían en una palabra"...

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15 enero 2010

"La autopista del sur" y otras historias


Julio Cortázar es, de entre los autores del archifamoso boom, el que más atractivo ha ejercido siempre. Probablemente a García Márquez se le rinda más pleitesía como escritor, pero en Cortázar se une a lo literario lo humano, el encanto personal, podríamos decir. Es el arquetipo del progre no airado, con cierta prestancia de dandy, que se codea con el mundo del capitalismo europeo y sus mitos subculturales al tiempo que ejerce de revolucionario en su América hispana, simultaneando el tango con el jazz y con las proclamas marxistas. Su misma apariencia externa (americana descorbatada, barba, cigarrillo en mano) ha creado escuela. ¿Qué tiene que ver todo esto con sus cuentos? Bueno, podríamos decir que eso de que "el estilo es el hombre" se pone especialmente de manifiesto en su caso. Ahí le tenemos, demasiado juguetón para hacer literatura realista y lo suficientemente descreído como para crear personajes problemáticos en un sentido existencial y no digamos religioso. El cauce abierto por Borges era el adecuado para él: admitamos que "hay más cosas en el cielo y en la tierra etc. etc." pero no pretendamos investigar su sentido. Cortázar imagina posibilidades que la vida real no ofrece a diario, como el niño que se entretiene en dar funciones insólitas a su juguete, sin plantearse jamás la reflexión sobre él y sobre su uso primigenio. Sobre la fantasía exuberante de Borges, él añade las constantes referencias a los usos y costumbres de esa sociedad que algunos llaman desinhibida, en realidad hueca y frívola, de los 50 para acá, lo que constituye un encanto añadido para sus rendidos lectores.

Nota redactada en febrero del 2001. La edición es de Bruño, en su colección escolar Anaquel.

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14 enero 2010

Cánones

En general, los cánones literarios surgen a través del silenciamiento deliberado de todo lo disonante a fin de generar la ilusión de una tradición coherente.

Rosa Sala Rose, El misterioso caso alemán

Qué me vas a explicar. Los libros de texto siguen presentando la novela española posterior al 39 como una toma de partido colectiva frente al régimen, traducida en una especie de neorrealismo cenizo. Lo que deja fuera no sólo a los más dotados de los que comulgaban con aquel régimen (Sánchez Mazas, Villalonga, Cunqueiro) sino a los que, lejos de simpatizar con él, tomaron otros derroteros literarios (Núñez Alonso, Carlos Rojas...).

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13 enero 2010

Bajón

En Las mil y una noches hay un cuento sobre un pulso entre dos graciosos profesionales: -¿qué broma les gastarías -le dice uno al otro- a esa hilera de tíos que están ahí proveyéndose en las letrinas? -Pues -propone el primero- pasaría con una escoba haciendo como que barro y les iría pinchando el trasero con ella. El otro se espanta: -Por Alá que eres basto y no tienes imaginación. Mírame a mí. Y acto seguido coge y empieza a repartir una flor a cada uno de los acuclillados. La indignación de estos ("¿es que por ventura piensas que estamos aquí celebrando una fiesta?") provoca la carcajada de los presentes.

Me gusta La Gaceta por su valentía y por los sabrosos scoop con que nos obsequia últimamente. Por eso me sorprende el bajón de categoría que supone el titular de portada de su suplemento dominical, Época: "Bibiana Aído, nuestra insoportable tonta". El recurso al insulto directo es una falta, no sólo de educación, sino también de creatividad y de ingenio. Habría sido más eficaz otro par de adjetivos en sentido positivo pero claramente irónicos, yo qué sé, esa turbadora doncella o algo así.

Lo que no quiere decir que yo también piense lo mismo de la miembra de marras, por supuesto; y de más de uno de sus colegas y coleguesas.
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12 enero 2010

El otro árbol de Guernica


Máxima humanidad, cero ideología. Lo que no está nada mal para un libro sobre la guerra civil. De hecho, pienso que si hay una novela sobre la reconciliación es esta, escrita ya en 1967, cuando los españoles habíamos olvidado ya las rencillas derivadas de aquella guerra, y antes de que otros comenzaran de nuevo a atizarlas. Estos niños, este niño, son del bando republicano, pero acaban regresando a casa contentos de encontrar de nuevo la patria, aunque Franco esté en el poder. Es fácil imaginar que Santi y los demás acabaran rehaciendo su vida como ciudadanos normales de una España que, al final de aquel período de reconstrucción, iba a tener la oportunidad de ser un país como los demás... mientras esos "otros" la dejen, claro.

Luis de Castresana consigue un tono bastante equilibrado entre lo sentimental y lo descarnado, o entre lo ingenuo y lo dramático. Equilibrado como este niño fuerte, que no se derrrumba ante la adversidad pero que tampoco carece de sentimientos.

Nota redactada en abril del 2009

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11 enero 2010

Humanismo zoológico:


así calificaba Jacques Maritain al nazismo. Certero, pero, ¿no valdría también para el buenismo actual?
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09 enero 2010

A propósito


del comentario de EGM sobre Ana Karenina: alguien dijo que la mejor crítica de una obra es otra obra que la replique al mismo nivel de calidad, y que el mejor ejemplo es Ana Karenina con respecto a Madame Bovary. Esta tiene algo de falso. AK es una de esas novelas que te hacen desistir definitivamente de escribir novelas.

Como lo de Manet ante Las Meninas: "después de esto no sé para qué pintamos los demás".

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07 enero 2010

Al parecer, el borrador de la ley

de libertad religiosa dice que esta libertad "será más amplia cuanto más privada".

Creo que Franco opinaba lo mismo con respecto a la libertad política. Ah, Franco, el gran liberal. Vamos, Rajoy: ahí tienes una oportunidad de lucir tu corrección política. Mejor oportunidad de atacar al gobierno mientras presumes de antifranquista no la vas a tener en todo el año.

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