30 diciembre 2014

Waylon Jennings: "Ol´Waylon"


No sé qué lugar ocupa este título en la discografía de Waylon, ni si se editaron todos en España. Pero era uno de los pocos artistas country accesibles en estos pagos. Debió de ser bastante popular en los 70, junto con Willie Nelson, con quien grabó un famoso LP titulado Wanted the Outlaws que dio título a toda una corriente dentro de este estilo. Su imagen personal y el decorado de sus producciones se correspondían en efecto (outlaw viene a ser forajido) con los malos, pasados muchas veces al protagonismo, de las películas de Peckimpah y los espagueti de Leone. La melena y la barba eran imprescindibles y sus melodías no eran tan dulces como las de los años 60, aunque no hacían ascos a las armonías vocales ni a las tonadas sentimentales.

Aquí hay un poco de todo eso. Luckenbach, Texas, que habla de la vuelta a una vida apacible en casa, lejos del ambiente del espectáculo, es uno de los grandes títulos de Waylon, con un tempo lento, apto para valsear. También interviene Willie. Siguen otras diez piezas de desigual valor, entre las mejores un Lucille que también llevó al éxito Kenny Rogers; un Sweet Caroline que pide prestado a Neil Diamond y que no desfigura demasiado; y Till I gain control again, que no sé quién cantó primero, si él o Emmylou Harris, pero ambos lo hacen bastante bien, cada uno a su aire. Nos trae también algunos títulos rockeros, para mí prescindibles, que él suaviza a su modo: dos piezas fundidas de Arthur Crudup que popularizó el Rey (That´s alright mama y My baby left me) y una de Buddy Knox (I think I´m gonna kill myself).

__


24 diciembre 2014

Pendientes del milagro


Esta Navidad me pongo existencialista con un soneto de Manuel Alonso Alcalde.

¿Qué lógica, sin Ti, para esta nada
perpetrada de absurdos, para esta
incesante pregunta sin respuesta,
para esta cerrazón desaforada?

¿Qué indagaciones las de la mirada,
si al final todo lo que nos contesta
es que la vida nos ha sido impuesta
y la muerte exigida y obligada?

La única explicación, Tú, y si no vienes
transcurriría la existencia entera
sin encintrarle su por qué a ninguna:

¡naz ya, niño Jesús, que aquí nos tienes,
pendientes del milagro y en espera
de que el pesebre se convierta en cuna!

"Sonetos de esperar su nacimiento", en Mirando al otro allí

__

23 diciembre 2014

Los escenarios de la nueva evangelización

Varios profesores de la Universidad de la Santa Cruz tratan de delinear aquí unos esquemas que sirvan de algún modo como puesta en marcha de la nueva evangelización reclamada por el Papa Benedicto en reciente sínodo. Los escenarios del título son la economía, la ciencia, la política, la religiosidad, la inmigración, la comunicación y la cultura secularizada.

Es un punto de partida, pero hay que decir que, en el breve espacio de que dispone cada uno de los autores, no vamos a encontrar más que generalidades. De hecho, y sin descartar que me haga falta una segunda lectura para enterarme mejor, me quedo con la duda de si hacía falta un libro para decir esto.

En todo caso, sirve para recordar algunas cosas fundamentales. Por ejemplo, en el capítulo sobre comunicación, José María La Porte habla de determinar la agenda: quien fija los temas de debate es quien más influye en la sociedad. Otro punto interesante es la imagen de Lucas Buch en el epílogo del libro: realizando una comparación entre evangelizar y dirigir una obra de teatro, afirma la importancia del escenario: el contenido de la obra es el mismo, pero no es igual representarla en el Globe (donde representaba Shakespeare) que un teatro moderno, entre otras cosas porque el propio escenario determina qué aspectos van a quedar puestos de relieve en la obra.

__

20 diciembre 2014

¡Odia!


Presumen los de Podemos de sonreír a los que les odian. Parece muy bonito, incluso cristiano, pero, como bien dice una contertulia, estos tipos están confundiendo la discrepancia con el odio, lo que resulta más bien sectario. Es la misma fraseología que vemos en el movimiento gay. Pero además puede pensarse que no sólo el ladrón, sino también el odiador, piensan que todos son de su condición. El odio está en la entraña de todo movimiento marxista, o simplemente socialista. Creo que era Ramiro de Maeztu, en una de sus primeras publicaciones, quien firmaba una historia en la que Cristo volvía a la tierra en los albores del siglo XX y encontraba a una persona que creo era un trabajador o al menos un hombre de condición humilde, y le espetaba, a modo de novísimo mandamiento: "¡Odia!" Era el signo de los tiempos, parecía sugerir el autor, muy de izquierdas por entonces.

__

17 diciembre 2014

Habas de Francia


En 1995 se encontraron en el norte de Francia las pruebas de lengua de la reválida de la primaria correspondientes a los años 1923, 1924 y 1925. Se volvió a hacer el dictado y la redacción con alumnos de hoy de la misma región. Los dictados arrojaron dos veces y media más de errores y las redacciones eran peores.

Inger Enkvist, La buena y la mala educación, cap. "Los alumnos no lectores. Ejemplos de Francia", apartado "¿Cómo reparar los daños?"

Creo que aquí no se atreverían a hacer la prueba...

__


15 diciembre 2014

Rocky Sharpe & The Replays: "Rama Lama"

Si hubiera existido Internet en 1979, probablemente me hubiera convertido en fundador del Club de Fans de Rocky Sharpe and The Replays. Fue esta cinta la que inauguró mi primer reproductor, un adobe de Sanyo que mis padres debieron de dar a los demonios muchas veces.

Hoy me resulta ridícula la admiración que llegué a sentir por estos tipos, pero el caso es que aún recuerdo sus nombres, reales y artísticos: Robert Stanislaw Podsiadly (Rocky Sharpe), Jan Henrik Podsiadly (Johhny Studs), Misi Ellen Edwina Blizard (Helen Highwater) y Mike Vernon (Eric Rondo). Vernon era además el productor, y llevaba como tal una carrera nada despreciable, que incluía nada menos que a John Mayall. Aquí ejercía de voz baja.

Era un grupo vocal que revivía el estilo doo-wop de los últimos 50, un estilo de cuya existencia me enteré gracias a ellos y del que lo único que se podía oír por entonces sería lo que algún chiflado programara en Radio 3. Hoy me consta que hubo grupos a manta, la mayoría de negros e italianos, salidos de los barrios bajos, o eso dicen las historias. Pero lo cierto es que todos ellos me siguen pareciendo inferiores a Rocky y los suyos. Tal vez sea cuestión de técnicas de sonido. El cuarteto era británico y en este revival se les habían adelantado otros combos como Showaddywaddy o Darts, pero sólo ellos consiguieron colocar dos singles en el top 10, en concreto Rama Lama Ding Dong y Never, revisiones de originales olvidados hacía tiempo.

La cinta (el LP) empezaba con esas dos canciones, pero yo flotaba con todas. Lo curioso es que me parecía haberlas oído antes, si no una por una al menos sí el concepto, por así decir, que subyacía en ellas. Reminiscencia, supongo, de películas norteamericanas. Porque, aunque sólo una era de la autoría del grupo, los originales de las demás también me eran desconocidos, incluso el Return to sender de Elvis Presley o el Imagination que cantaba algún crooner estilo Sinatra.

__

13 diciembre 2014

Iglesias reivindica la segunda parte del 11-M


"Se gestó en mi facultad", dice. ¿Y qué hacía la gente en la facultad un sábado por la tarde? A no ser, claro, que ya desde el viernes, o antes, se hubiera decidido que el gobierno mentía, y que los cercos a las sedes del PP no fueran tan espontáneos como dice la leyenda. En todo caso, no deja de resultar nauseabundo el alzarse sobre doscientos cadáveres para echar a un partido del poder. Eso se llama complicidad con el terrorismo. De hecho, es el mismo lenguaje: los culpables no son los que matan, sino los que supuestamente crean las condiciones para que haya asesinatos. Esa mentalidad se instaló ¿de golpe? entre los españoles y los terroristas son ya cada vez menos malos. Ese es el verdadero insulto a las víctimas del terrorismo, más que la excarcelación de etarras: el encumbrar a un tipo que ensalza a la ETA y a sus amigos y criminaliza a un sistema en el que la corrupción se denuncia y, mejor o peor, se castiga.

Y esto es lo que hay que destacar, en lugar de hacer patéticos esfuerzos por encontrar casos de corrupción en estos tipos. Acierta Ignacio Aréchaga cuando muestra que la alternativa que nos ofrecen es la más favorable a la corrupción, porque su apuesta por lo público (por el monopolio del Estado, hablando con propiedad) lleva al clientelismo político, al estilo de los regímenes tercermundistas que son tan de su agrado.

__

11 diciembre 2014

Liberación


Un chico de 23 años me contó que su hermana de 15 años le había llamado un par de semanas antes para que hablara con su abuela, que la estaba "sermoneando por vestirse como una fulana". Él le contestó: "Lo siento, pero creo que esta vez tiene razón..." Ella se quejó: "¡Pero si he dejado de vestirme así en casa! Yo no quiero vestirme como una buscona, es solo cuando voy a clase. Tengo que ir así. Todas las chicas de clase van vestidas como fulanas".

En Wendy Shalit, Retorno al pudor

__

07 diciembre 2014

10 cosas que no se pueden decir en España


Toda sociedad tiene sus tabúes, también las democracias modernas. Quizá los regímenes autocráticos sean más rigurosos en la represión, pero uno no debe pensar que lo puede decir todo porque vive en uno de esos llamados "regímenes de libertades"; ni siquiera aunque lo que dice sea un hecho y no una opinión. A un dirigente de CSIF le costó el cargo decir que en el franquismo el trabajador estaba más protegido socialmente que en la democracia; negar que la homosexualidad sea algo normal desde el punto de vista psíquico, antropológico o moral sale cada día más caro.

Este libro lo lanzaron en el 2010 algunos colaboradores de Libertad Digital. El propio hecho de su publicación desmiente su título, claro. Lo de "no se pueden decir" es un modo exagerado de insinuar que esas ideas tienen mala prensa, o que su defensa genera reacciones airadas, no ya contra la propia tesis, sino incluso contra el autor. En concreto, enunciadas como se supone que causarían escándalo, son: Juan Carlos I estuvo implicado en el 23-F; la izquierda es responsable de los peores crímenes en el siglo XX; las empresas públicas tienden al despilfarro y el amiguismo; el progresismo es lo contrario del progreso; la transición ha sido sobrevalorada; el 11-M se ha cerrado en falso; el calentamiento climático es un cuento del que se benefician los progres; la civilización europea la hizo el cristianismo; no tienen derechos los homosexuales, sino las personas; ha fenecido el concepto que hasta ahora teníamos de España.

Como se ve, a la altura de casi 2015 no sólo no está prohibido hablar de muchas de estas cuestiones, sino que de hecho se debaten a diario, y algunas son sostenidas, con diversos argumentos, desde posiciones ideológicas encontradas. Unas te pueden granjear peores quereres que otras. Pero esto está hecho por periodistas, que saben lo que vende hacerse la víctima y el incomprendido. Por lo que llevamos expuesto, ya sabemos que lo que nos vamos a encontrar en este libro de circunstancias es un tratamiento de dichos temas desde una perspectiva liberal conservadora.

__

05 diciembre 2014

Super Country Hits, vol. 5


Este volumen 5 de la colección es el primero que me agencié. Por entonces mis nociones de la música country se reducían a The gambler de Kenny Rogers y a una canción con la que anunciaban unas cuchillas de afeitar, que curiosamente no he conseguido identificar aún. De ahí que mi concepto de tal estilo fuese bastante restringido y quizá por ello muchas de las canciones que aparecen aquí no me parecieron country. Lo de Waylon Jennings (Are you ready for the country) me sonaba más bien pop, lo de Connie Smith y lo de Dickey Lee a pura canción romántica y lo de Charlie Rich, pues también a pop aunque de otro estilo. Fue al llegar Dolly Parton con Coat of many colors cuando aquello empezó a tomar forma: la cadencia, la guitarra y la voz eran inconfundibles. Ronnie Milsap terminaba de meternos en ambiente con I got home just in time to say goodbye.

La segunda cara se iniciaba con un coro de película de John Ford: eran Danny Davis y sus cantores y un Night train to Memphis que después sólo he oído al jukebox humano, es decir Sleepy LaBeef. Si sería pipiolo entonces que no sabía que ese Desperado que cantaba a continuación Dottie West era uno de los grandes éxitos de los Eagles. Seguían dos grandes voces masculinas, las de Bobby Bare y Jim Reeves, más vaquero el primero y más crooner el segundo. Dave & Sugar daban otro toque inconfundible aunque con cierto aire gospel. Y terminaba la cinta, como solía suceder en esta colección, con un instrumental, un relajante For the good times en la guitarra de Chet Atkins, que era mi primer encuentro con una de las grandes piezas de Kris Kristofferson.

__

02 diciembre 2014

Jeep Renegade

Así llaman a un nuevo modelo del todoterreno más clásico. E inmediatamente pienso en un famoso pasaje de Rinconete y Cortadillo y en eso que se llama inversión de valores. Decía el personaje de Cervantes:

Pues, ¿qué tiene de malo [ser ladrón]? ¿No es peor ser hereje, o renegado, o sodomita, o matar a su padre y a su madre…?

Ser hereje hace tiempo que es un timbre de gloria, más que de infamia. De la sodomía, excuso a ustedes decirles. Parece que matar al padre todavía está como mal visto, salvo en sentido figurado, y desde luego no cuando se trata de que el viejo muera con dignidad (y nos deje a nosotros con mayor dignidad todavía). Ahora se asocia el título de renegado con la libertad, pues el eslogan publicitario del vehículo de marras dice algo así como “la libertad es mi bandera”. No cabe duda de que eso lo rehabilita definitivamente.

Ahora bien, el concepto de renegado conlleva necesariamente la infidelidad, lo que me hace temer que una vez más la libertad se concibe como hacer lo que me sale de los huevos, y digo esta grosería no por hacer el reverte, sino por poner de relieve que semejante comportamiento significa aparcar el cerebro y someterse a la dictadura de las vísceras. O sea, que de libertad, nanay.

__


01 diciembre 2014

Poetry... it´s you

Es dudoso que Bécquer y Mary Ann Evans llegaran a conocerse, ni siquiera a través de sus obras. El caso es que este personaje de Middlemarch expresa algo asombrosamente coincidente con el Poesía eres tú del sevillano, y prácticamente en el mismo momento (Middlemarch es de 1870, año en que muere Bécquer). Sólo me temo que el pobre Gustavo se quedaría hecho polvo ante la crueldad final de la autora…

--Ser poeta significa tener un espíritu tan ágil como para que no se escape ni una sombra, tan ágil como para sentir que la inteligencia es simplemente una mano que toca con magnífica y ordenada variedad las cuerdas de las emociones, un espíritu en el que el conocimiento se convierte al momento en sentimiento, y el sentimiento vuelve a lanzar destellos como un órgano nuevo de conocimiento. Pero uno solamente puede ser así a rachas.

--Pero se olvida de las poesías --dijo Dorotea. –Creo que son necesarias para completar al poeta. Comprendo lo que dice sobre el conocimiento que se convierte en sentimiento, pues parece ser precisamente lo que me ocurre a mi. Pero estoy segura de que yo nunca podría escribir un poema.

--Usted misma es un poema, y esa es probablemente la parte más importante de un poeta, la que revela su genio en sus mejores momentos –dijo Will dando muestras de una originalidad que todos compartimos con la mañana, la primavera y otras eternas renovaciones.

George Eliot, Middlemarch, capítulo XXII


__

29 noviembre 2014

Comanche, 1


Durante una temporada se publicaron en el Mortadelo de los años 70 las aventuras de Comanche, ocupando, creo recordar, una doble página. Así que estos títulos me son familiares: Red Dust, Ten Gallons, Cielo rojo sobre Laramie o Los lobos de Wyoming, así como muchas de las escenas. Este volumen de Planeta De Agostini reúne en 250 páginas las primeras historias de estos personajes. El auténtico protagonista es Red Dust, un vaquero que recala en el rancho que ha heredado la joven llamada Comanche. Con el tiempo emplean al viejo Ten Gallons y a los inexpertos Toby y Clem, un negro y un rubio. Los peligros a los que han de enfrentarse son los típicos del relato del Oeste.

El dibujo es más bien naturalista, por llamarlo de alguna manera, es decir, con mucho detalle y sin esquivar lo desagradable. A lo Blueberry, vamos: de hecho yo le encuentro bastante parecido con lo de Giraud, aunque esto va a cargo de un tal Hermann. El Red Dust es un personaje virtuoso y no sólo del revolver, capaz de ayudar, por ejemplo, a Ten Gallons a recuperar su autoestima; pero implacable con los malos: lo que se espera, vamos. Lo demás, todo también muy visto pero bien contado.

Recuerdo que algunos episodios posteriores a estos me gustaron menos. Dust me pareció más cínico y los malos tan sádicos que repelían. Así que no sé si hacerme con el siguiente volumen.

__

28 noviembre 2014

Sleepy LaBeef: "No es lo que comes sino cómo masticas"


A partir del 80 Sleepy se lanzó a grabar discos como un descosido. Por fortuna las letras del rock and roll son de lo más tonto, porque de otro modo pienso que tendría serias dificultades para acordarse de todas. Del 81, según la carcasa, es este No es lo que comes sino cómo masticas, del que Auvi no se dignó darnos el título en inglés, aunque me consta que es una grabación original y no una recopilación hecha por el sello español.

De este disco me interesaba sobre todo Wonderful time up there, que le escuché en Aplauso (sí, lo del mítico Fradejas). Es uno de esos temas que te hacen tilín sin saber por qué, y la fascinación fue total cuando lo oí en la voz de Pat Boone, también en Aplauso pero esta vez en aquello de "La juventud baila". Se trata de un tema religioso, digamos escatológico en el buen sentido, conocido también como Gospel Boogie, y a día de hoy no sé quien es el autor porque lo atribuyen a varios. La versión de Sleepy no la encuentro en internet pero sí la de Boone. Hay otra de Alvin Stardust que tampoco está nada mal.

Pero lo cierto es que con esta cinta descubrí otro montón de buenos temas. Destaco The roosters are crowing, una especie de vals cajun con su acordeón (o concertina, no sé) y todo; un Lost highway que cumple con la cuota Hank Williams, por así decir; If I ever had a good thing, de Tony Joe White, donde vuelve a aparecer el cacharro de viento; o Breaking up home, donde seguro que mejora a Ronnie Self, ese tipo que según José Ramón Pardo componía en el excusado. El disco se abre y cierra con dos clásicos de Little Richard, I got it y Tutti Frutti. Aquí es donde veo a nuestro hombre más flojo, porque su voz tiene poco que ver con la de Penniman. Pero él no se corta y ataca sin rubor lo de a-wop-bop-a-loo-bop y tal.

__

26 noviembre 2014

Almanaque


Hay que ver lo favorecido que salía Toulouse-Lautrec en el rótulo de Google del otro día. De hecho, estas conmemoraciones de Google son lo más parecido a un almanaque laico. Así como es difícil encontrar la imagen de un santo con cara de perro, aunque algunos tuvieran mala leche, en este santoral el celebrado ha de aparecer como un bendito entre los hombres. Creo que cuando se recordó a Hannah Arendt sacaron a la filósofa con un bolígrafo entre los dedos, siendo así que en ese retrato y muchos otros lo que sostenía era un cigarrillo. ¡Vade retro, Satana! En ese aspecto la película sobre la Arendt es mucho más sincera, pues si no se ventila cincuenta pitillos a lo largo del metraje es porque son cincuenta y uno. También José Ferrer era todo lo feo que debía ser para encarnar a Toulouse. El cine puede mitificar, pero engaña lo justo.

__

24 noviembre 2014

Para aguantar a un "santo"

se necesitan dos santos, dice la sabiduría popular, y las comillas las pongo yo. Algo similar expresa Celia Brooke en Middlemarch, el novelón de George Eliot.


... arrinconada en el fondo de su corazón yacía la idea de que su hermana era demasiado religiosa para la comodidad familiar. Los principios y los escrúpulos eran como agujas caídas, que hacen que uno tema pisar, sentarse e incluso comer. 

(Capítulo II) 

__

23 noviembre 2014

Mariona Rebull


Se ha puesto mucho el acento en el carácter de crónica social, o de novela histórica, en todo caso en el documentalismo de esta novela. Yo creo que es igual de importante en ella el trazado de los personajes, en especial, por supuesto, de Mariona y Joaquín. Llueve mucho sobre mojado, es cierto, porque cuando acababa el siglo XIX eran ya todo un género las novelas de cuernos, en concreto de justificación de cuernos, o al menos de comprensión. Pero el cráter de la novela, el diálogo entre ambos cónyuges que culmina en ruptura, me parece una gran pieza psicológica. Lo más difícil en estos casos es penetrar en las razones de la mujer, porque el varón es siempre más primario; al menos creo que lo ha sido en este tipo de historias. A lo mejor está por llegar quien le haga justicia.

El caso es que Joaquín, creyendo arreglar las cosas, mete el remo hasta la empuñadura cuando le dice a Mariona: "no te voy a exigir que me quieras". Es justo lo que ella no quiere oír, lo que una mujer no quiere oír. Es tanto como admitir que para él su matrimonio es como una parte más de sus negocios, lo que ya había quedado bastante puesto de relieve a lo largo de la novela, a pesar de que Joaquín hubiera llegado a estar, en efecto, enamorado. Dentro de ese enamoramiento no entraba, en todo caso, el esfuerzo por comprender a su mujer. En todo caso, es un personaje, el de Joaquín, muy alejado del badanas de la película Un extraño en mi vida, que acabo de ver, también muy sutil en el análisis del eros femenino.

__

20 noviembre 2014

Christmas Country


Por entonces me pareció una originalidad, porque todavía no sabía que todo artista country que se precie ha de grabar su álbum de Navidad. Supongo que recopilaciones como esta habrá a cientos. Pero no tantas en España en 1981. Aquí oí por primera vez algunos carols muy populares en los Estados Unidos: así Silver Bells, en las armonías vocales de Tompall & the Glaser Brothers; The Christmas Song, interpretada por Sonny Curtis, un tipo que estuvo en la banda de Buddy Holly, creo que como bajista, y que no decepciona como cantante; Winter wonderland, en las voces de Dave & Sugar, o Rudolph the red nosed raindeer, en que Nancy Sinatra acompaña a Mel Tillis. El propio Tillis hace lo que puede en White Christmas, y es mucho, pero sufre, claro, la comparación con Bing Crosby; O holy night, que creo que es una adaptación de una pieza francesa, a cargo de Helen Cornelius, que sale airosa de las notas altas. Salvo en esta última, la simbología más superficial de la Navidad es lo que predomina: campanas, renos, nieve. Hay también algo de amantes nostálgicos, como un Blue Christmas, en la voz de un tal Eddy Raven, que no la maltrata; y la aportación de la estrella del momento, Johnny Lee, Please come home for Christmas.

Y hay un par de cosas más conocidas por estos lares: un tal Joe Sun machaca sin piedad Silent night, o sea Noche de paz; y el hijo de Hank Williams entona con grave voz de vaquero rudo el Little drummer boy, nuestro tamborilero. Puedo ponerme cursi y decir que me han acompañado toda una vida, durante esos días tan entrañables. Últimamente, la tecnología me ha permitido ampliar el repertorio.

__


18 noviembre 2014

Miscelánea pretotalitaria


No sé de qué tratan de acusar a Utrera Molina, pero en todo caso no será de cooperación con el régimen anterior. ¿Hará falta recordar que el régimen actual proviene oficialmente de aquel, "de la ley a la ley"? Que yo sepa no hubo una revolución de por medio ni una ruptura al estilo de la Europa del este, va a hacer ya veinticinco años. Salvo en el deseo de más de uno, claro.

...

Tiene razón Salvador Sostres. A pesar de los golfos con maletín, de los desahucios y de los parados, vivimos mejor que nunca... salvo en el sentido kempisiano de buena vida, claro. Pero eso tampoco lo van a arreglar los de ...odemos.

(Qué patéticos los esfuerzos que estamos haciendo por evitar que cometamos una idiotez tercermundista, cuando hemos criado a nuestros pechos a los tercermundistas durante tantos años)

...

El totalitarismo que viene, el de los gay, me ha parecido siempre el más tonto de los imaginables. Ni a Huxley ni a Orwell se les pasó algo tan grotesco por la cabeza, ni siquiera a Pierre Boulle (el del Planeta de los Simios), y supongo que Claudio Magris tampoco pensaba en ello cuando hablaba de un inminente totalitarismo blando y coloidal, o algo así. Y, sin embargo, puede ser el más eficaz, no sólo a la luz de lo que expone Mary Eberstadt sobre la relación entre la disolución de los lazos familiares y el declive de la religiosidad, sino también pensando en que el hombre desarraigado es el más susceptible de ser vampirizado por el Estado, tal como han intuido siempre los socialistas.

__

__

16 noviembre 2014

Porque no son el hombre (II)



Inmediatamente después de cortar las amarras con la trascendencia, aquellas filosofías han disuelto el contenido de las cuatro virtudes cardinales, que son los cuatro ejes de la vida ética humana, cada una de las cuales supone las otras tres: no se puede ser prudente sin ser justo, fuerte y templado; no se puede ser justo sin ser prudente, fuerte y templado; no se puede ser templado sin ser fuerte, justo y prudente; no se puede ser fuerte sin ser templado, prudente y justo. Estas cuatro virtudes se requieren mutuamente, se necesitan, y son los pilares de la ética. Desvirtuadas --en sentido propio: quitándoles su carácter de virtud--, ha aparecido una prudencia sin memoria histórica: el hombre desarraigado, sin origen, sólo con futuro. Ha aparecido la justicia sin religión y sin amor reverente a los mayores; y una fortaleza sin aceptación del dolor y como simple arrogancia y voluntad de poder; y por fin una templanza como mera homeostasis, equilibrio, es decir, como un concepto sanitario (de ahí esas "moralistas" campañas obsesivas a favor de la salud).

Carlos Cardona, Ética del quehacer educativo, cap. IV
 

14 noviembre 2014

El caos y la noche



Se le hace de noche a este anarquista español exiliado en Francia. Y el caos es el preludio de la noche definitiva. Él pretende seguir manteniendo sus convicciones pero le cuesta cada vez más poner coto a la sospecha de que sirven ya de muy poco. Una situación que no hace sino agravarse cuando viaja a España empujado por su pasión por los toros. Las evoluciones de hombres y bestias en el ruedo se mezclan con su propia agonía en un final de tipo simbólico con el que no contábamos y que, a decir verdad, no me convence demasiado. Pero, en conjunto, la obra no desentona de lo que ha sido la gran novela francesa del siglo pasado. Montherlant afirma en el prólogo ser consciente de que van a pensar en él mismo a propósito del protagonista, y no lo desmiente del todo. 

El caos es la crisis de las certezas: a Celestino le parece que el busto de Stalin se transforma en el de Franco. Todo da ya igual: vencedores, vencidos, fascismo, anarquismo, todo se precipita en la noche, en la nada, de la que ni siquiera le salva su hija, con la que convive. En suma, es una obra pesimista y nihilista, salvo que quieras interpretar que la breve experiencia religiosa de Celestino le sirvió de algo en el momento de la muerte. A este respecto, es interesante el apéndice en que Montherlant repasa su propia obra en los pasajes claves.

__

12 noviembre 2014

"Así canta Tennessee Ernie Ford"


Otro casete adquirido sin haber oído ni visto antes al artista. El caso es que era barato, las canciones prometían y lo mismo la cara y el nombre del tipo. No defraudó. Descubrí una voz de bajo excepcional, que brillaba especialmente en La balada de Davy Crockett, River of no return y Born to lose (aquí versión radiofónica). Lo de Davy Crockett es lo que siempre yo había oído con la letra de Pancho López, aquel que vivió toda una vida en diez años o así. En realidad es un canto al héroe de El Álamo, por supuesto: el rey de la frontera salvaje, que conocía cada árbol de su extensa tierra. River of no return es el tema de la película del mismo título, que creo que contaba con Marilyn Monroe y Robert Mitchum como protagonistas. Born to lose es un lento lentísimo, y de esto adolecen algunas otras piezas de esta antología, como Bright lights and blonde-haired women o el mismo Mule train, que Frankie Laine interpretaba de modo mucho más rápido, aunque con voz menos poderosa.

Hay que destacar también el Sixteen tons, la obra maestra de Merle Travis a la que Ford dio fama internacional: tengo una grabación en directo de Travis donde este interpreta su propia canción, cambiando el final: en lugar de I owe my soul to the company store, I owe my soul to Tennessee Ernie Ford. De todos modos mi 16 tons favorito es el de los Platters, con la voz de Herb Reed, por supuesto.

Chocante es un Shot-gun boogie de 1950, que presagia el rock and roll que llegaría cinco años más tarde. Y el disco-casete se cerraba con el clásico Nine pound hammer, también de Merle Travis, del que me encanta el fondo orquestal, muy western. Por cierto, la cinta incluía el nombre de los directores de orquesta en cada pieza.

__

09 noviembre 2014

Intención de voto


Las primeras víctimas de la LOGSE están ya en los cuarenta. No se les puede pedir más que unas nociones elementales de justicia en los mejores casos, y, en los peores, unas nociones toscas de igualdad, del estilo "si no me forro yo que no se forre nadie". A diferencia de la generación anterior, no tienen la beatería del sistema: la democracia es buena "si la bolsa sona", como Cataluña. Los derechos y libertades los reducen de hecho al de interrumpir embarazos y al de dar por el culo, dicho sea con perdón de los padres sinodales. Tal vez también al de ser mantenidos por el Estado. Pero siguen reclamando el rótulo de demócratas porque lo relacionan instintivamente con la envidia igualitaria que está en la base del triunfo de este sistema entre las masas, y con el rechazo de la autoridad que está en la entraña de la educación que recibieron.

Por otra parte, el figurín está hecho que ni de encargo por una empresa líder en el sector. Una aquilatada síntesis de perroflauta y anuncio de colonia, o quizá entre profe guay y cristo setentero, para los más exigentes. Un discurso de persona responsable que asume las proclamas de los irresponsables ofreciéndoles una base de justificación y de respetabilidad. Una máscara de equilibrio que hace a sus oponentes perder los nervios y el crédito. Hicieron bien en llevar su careto como logo a las europeas. Ahora sería excesivo. Pero lo votarán estudiantes, parados, ninis, militantes bienintencionados de oenegés e incluso el sector del pijerío que juega a rebelde como en los tiempos de Boccaccio (la discoteca, digo). Para meditar.

__

04 noviembre 2014

Porque no son el hombre

Perdida la noción de lo real, de lo que es (y, por tanto, del que se nombra a sí mismo como El que es, y eso es inteligible en el más estricto plano "natural", hasta ahí se puede llegar con buena metafísica), las filosofías de la Modernidad han difundido una imagen falsa del hombre, y consiguientemente del hombre bueno, del hombre íntegro, del hombre ético. La imagen dada por la Ilustración, que es la que de un modo u otro domina el panorama cultural y seudoeducativo de hoy, ha inmanentizado las virtudes éticas, ignorando la trascendencia natural de la persona, aquella capacidad de la persona de trascenderse a sí misma, dándose a los demás y, en último término, a Dios. Y así nos proponen la fe en el Hombre (con mayúscula, el hombre abstracto: nadie, en definitiva), la esperanza en el Hombre y el amor al Hombre: siempre el hombre irreal, imaginario, la inanidad total. Y en virtud de eso se puede eliminar tranquilamente a millones de individuos, porque no son el Hombre, ninguno ni un montón de ellos son el Hombre; aplazando para un futuro igualmente imaginario la llegada de ese Hombre al cual sí habría que amar. 

Carlos Cardona, Ética del quehacer educativo, cap. IV
__

01 noviembre 2014

Los 4 Fantásticos. Heroes reborn


Han mejorado mucho las cosas, técnicamente, desde aquellos formatos novela de los 60-70. El papel y el color, desde luego; bueno, el color, de la nada al ser. Normalmente no me gusta el dibujo actual de los comics de superhéroes. Demasiado expresionista, unos músculos inverosímiles y unas turgencias femeninas que tienen su sitio en alguna esquina, pero además una tendencia a la caricatura que no es lo mío. Este de los Cuatro Fantásticos, sin embargo, está por encima de la media. El tal Jim Lee se esmera con los cacharros tecnológicos y con los escenarios, pero además la figura humana está bien trazada, tirando a lo geométrico. Mucho más detallismo, desde luego, que el viejo Jack Kirby, al que sin embargo sigo prefiriendo: cuestión de edad, claro.

Es un remake (1997) del primer número de los Cuatro Fantásticos, cuando adquirieron los superpoderes en el viaje espacial. Se han actualizado un montón de cosas, sobre todo lo referente a la tecnología. Lo cierto es que nunca llegué a leer aquel primer número. Hay también mucho más elemento guionístico que en los productos de Stan Lee. Las onomatopeyas siguen brillando por su presencia y parece que los sonidos se propagan incluso en el vacío. En fin, un producto espectacular.

__

29 octubre 2014

Abba: "Greatest hits, vol. 2"


El volumen 1 era de esos títulos míticos, con portada artística y todo (una cosa casi daliniana), que además tenía el aliciente de ser el único disco grande donde aparecía Fernando, uno de los grandes-grandes éxitos de estos cuatro. En comparación con él, este segundo volumen tuvo una existencia mucho más discreta, empezando por la portada, con el cuarteto ya convertido en señores bien, aspecto respetable y posado formal. Además este disco sufrió la competencia de Voulez-vous, que acababa de aparecer, y parte de cuyo material aparece aquí.

El resto de títulos son de Abba, Arrival y The album. Se recogen las versiones en español cuando las hubo, lo que no sé si me gusta porque la adaptación obliga a hacer cosas horribles con las letras, a veces. Además se les nota, por supuesto, más inseguros.

No voy a decir nada de Abba que no se sepa. Qué voces, qué canciones, qué sonido, y tal. Aquí descubrí todas sus canciones anteriores a Chiquitita y posteriores a Fernando, que me resultaban desconocidas porque fue un período (de mis doce a quince años) de menor interés por la música. Ahora que hay fácil acceso a todo su material puede decirse, como ocurre con los Beatles por ejemplo, que cada disco suyo podría ser un Grandes éxitos.

__

25 octubre 2014

Curioseando


343 000 resultados de juez Alaya frente a 197 000 de jueza Alaya. ¿Se impone la estética y el buen gusto? Ca. Me temo más bien que es cosa de la fonética: la misma tendencia que nos llevó a decir el águila y el hacha, y, en tiempos pasados, hasta el encina.

En fin, en estas cosas nos fijamos los de Lengua.

...

Pues sí: aunque Forges no esté de acuerdo, los videojuegos son un producto cultural. Cuestión distinta es qué productos culturales son merecedores de subvenciones estatales. El problema es el respeto reverencial de que goza el concepto de cultura, que en labios políticos roza la beatería.

Productos culturales son el Madrid-Barça, la prensa rosa, los festivales de cine, las tertulias radiofónicas, las subastas o la pena de muerte, por aludir a otros titulares de la misma publicación.

...

Vaya, vaya. A poco de leer y de reseñar aquí los Naufragios de Cabeza de Vaca, va Olaizola y saca una novela sobre él. Hace bien: ya que no habrá superproducción de Hollywood, y menos ahora en el triste reinado de la corrección política, que tenga al menos la atención de un novelista best-seller. Aunque más de uno no lo considere, quizá, producto cultural.

__

23 octubre 2014

Capital amortizado

En todos estos años de oficio he observado que los hijos de los profesores suelen estar entre los alumnos más brillantes de la clase. Inger Enkvist también se ha dado cuenta y aventura una tesis.

Da que pensar que muchos profesores consigan dar una esmerada educación a sus propios hijos. Los profesores atesoran capital cultural y saben muy bien cómo formar a un joven. Sin embargo, la política educativa no les permite organizar la enseñanza de manera óptima y, por eso, canalizan su amor por los conocimientos y por la educación en sus propios hijos. 


Pues tal vez.

__

19 octubre 2014

Intemperie


Intemperie me ha recordado continuamente a Primera sangre, la novela de David Morrell protagonizada por un tal Rambo. Alto ahí: por supuesto que Intemperie es mucho más novela, más literatura. Pero, con todo lo que uno pueda decir contra la superficialidad de las producciones de Hollywood o de los thrillers de aventuras, saber aprovechar bien sus recursos es un mérito.

Jesús Carrasco ha depurado su relato hasta el límite, quitando, como Buonarroti, todo lo que sobra: nombres, lugares, épocas, y se ha quedado con lo esencial: el hombre en lucha por su dignidad. Y eso sí, ha aprovechado también hasta el límite los recursos de la lengua: sobrecoge la cantidad de vocabulario que acumula esta novela, referido sobre todo a la naturaleza o al mundo rural. Hay quien ha hablado de Delibes, y al principio me parecía descabellado: nada que ver en tono, ni en argumento. Pero, si bien lo miras, este chico es, como algunos de los personajes de Delibes, un justo que expía los pecados de los demás y que parece saberlo en el fondo de su conciencia, (y de ahí la ausencia de queja).

Lo de Primera sangre venía a cuento de ese continuo sufrir, por parte del protagonista, una contrariedad tras otra, a cuál más molesta o dolorosa, que lejos de hundirle parecen hacerle cobrar bravura, como a los toros de lidia. Uno termina la lectura reventado y disfruta, además, con toques de spaghetti-western, como el del viejo con la escopeta: "Al suelo, muchacho", y ¡pum!, el malo patas arriba.

Este chico es, desde luego, más hombre que la mayor parte de los héroes de la novela contemporánea. Alguien que sabe por qué cosas hay que luchar hasta el fin y qué otras hay que sufrir sin histerismos.

__