Han mejorado mucho las cosas, técnicamente, desde aquellos
formatos novela de los 60-70. El papel y el color, desde luego; bueno, el
color, de la nada al ser. Normalmente no me gusta el dibujo actual de los
comics de superhéroes. Demasiado expresionista, unos músculos inverosímiles y
unas turgencias femeninas que tienen su sitio en alguna esquina, pero además
una tendencia a la caricatura que no es lo mío. Este de los Cuatro Fantásticos,
sin embargo, está por encima de la media. El tal Jim Lee se esmera con los
cacharros tecnológicos y con los escenarios, pero además la figura humana está
bien trazada, tirando a lo geométrico. Mucho más detallismo, desde luego, que
el viejo Jack Kirby, al que sin embargo sigo prefiriendo: cuestión de edad,
claro.
Es un remake (1997) del primer número de los Cuatro Fantásticos,
cuando adquirieron los superpoderes en el viaje espacial. Se han actualizado un
montón de cosas, sobre todo lo referente a la tecnología. Lo cierto es que
nunca llegué a leer aquel primer número. Hay también mucho más elemento guionístico
que en los productos de Stan Lee. Las onomatopeyas siguen brillando por su
presencia y parece que los sonidos se propagan incluso en el vacío. En fin, un
producto espectacular.