30 noviembre 2006
Novelas a Marcia Leonarda
"Versos de amor, conceptos esparcidos..." Mientras el imperio se hundía Lope divagaba y los españoles se deleitaban con los hallazgos siempre luminosos de uno de los hombres que más a fondo habían exprimido su cabeza y su corazón. Marta le había pedido que escribiera una novela, es decir, una novela corta al estilo de las ejemplares de Cervantes. El genial sinvergüenza, por supuesto, no pudo negarse, y compuso "Las fortunas de Diana", bajo cuya prosa puede reconocerse con facilidad una de tantas comedias surgidas de su imaginación. A esta siguieron otras tres, siempre con lances de amor en su trama. En esto, en el amor, Lope tenía ideas más luminosas en la cabeza que éxitos en la vida, si hablamos en términos del buen amor. Véase: refiriéndose a Marcelo, marido burlado de "La prudente venganza", dice que "no era amoroso ni había estudiado el arte de agradar, como algunos que piensan que no importa y que todo se debe al nombre, no considerando que el casado ha de servir dos plazas, la de marido y la de galán, para cumplir con su obligación y tener segura la campaña". Todo un programa para los matrimonios de todos los tiempos. En esto, en efecto, le llevaba "más la razón que la inclinación"; con todo, "esto me hallé naturalmente y siempre me pareció justo". Por eso se lanzó a hacer de Quijote para liberar a una Marta malmaridada, cura y todo. ¡Qué Lope!
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29 noviembre 2006
Educación socialista
El chico escribe en diagonal, con letra basta, caligrafía ilegible. La estela temblorosa de la tiza va dejando palabras inventadas, unidas las unas a las otras como hermanos siameses, aberraciones gramaticales de todo tipo: alternancia de terminaciones verbales en ava y aba, pecados ortográficos y un desierto acentual absoluto. La pizarra se va llenando de monstruos blancos: malformaciones, deformidades, mutilaciones, arácnidos y sirenas léxicas, centauros, quimeras... ¿Qué hace este chaval en cuarto de ESO? ¿Cómo es posible que haya llegado a cuarto? Con la reforma, un curso es sólo una unidad de tiempo...
Toni Sala, Diario de un profesor en Secundaria
Toni Sala, Diario de un profesor en Secundaria
27 noviembre 2006
Garid vos, ay yermanelas
26 noviembre 2006
Relato con lluvia y otros cuentos
El primer cuento, "Relato con lluvia", tiene mucho de Aldecoa, lo que no es decir poco. Pero luego Elena Santiago va adquiriendo una personalidad propia. El entorno rural de la mayoría de estos relatos no le impide abordar con profundidad eso que llamamos las cuestiones últimas. Son cuentos de personaje, sí, de personaje casi siempre mujer, y de personalidad inquietante. No está ausente tampoco la fantasía, como en "Estoy naciendo arriba (y no quiero)", y la anécdota se diluye siempre en el océano de la psicología.
A pesar de la diversidad de enfoques, se diría una obra única. Los temas son siempre los mismos: la muerte, el cambio de situación vital, la soledad, la diferencia. Niñas distintas abundan, sí, en estos relatos, no sé hasta qué punto como rasgo autobiográfico, ni me importa; niñas con esos gustos extraños que tanto escandalizan a los mayores y que experimentan de modo distinto, o más intenso, eso que a todos nos es dado sentir. Los otros tres temas van con frecuencia asociados: la muerte es ese suceso que viene a introducir en los otros una nueva situación, con frecuencia abocada a la soledad. Esta, la soledad, adquiere caracteres patéticos en "Paca, mujer", donde el uso del lenguaje coloquial no hace sino aumentar nuestra compasión hacia el pobre suicida en ciernes. Pero a veces la soledad es elegida voluntariamente como liberación: "Ni título" es una pieza única en su desgarro.
En conjunto, nos hallamos ante un collage de almas en carne viva, que es lo que debe ser un buen libro de relatos.
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A pesar de la diversidad de enfoques, se diría una obra única. Los temas son siempre los mismos: la muerte, el cambio de situación vital, la soledad, la diferencia. Niñas distintas abundan, sí, en estos relatos, no sé hasta qué punto como rasgo autobiográfico, ni me importa; niñas con esos gustos extraños que tanto escandalizan a los mayores y que experimentan de modo distinto, o más intenso, eso que a todos nos es dado sentir. Los otros tres temas van con frecuencia asociados: la muerte es ese suceso que viene a introducir en los otros una nueva situación, con frecuencia abocada a la soledad. Esta, la soledad, adquiere caracteres patéticos en "Paca, mujer", donde el uso del lenguaje coloquial no hace sino aumentar nuestra compasión hacia el pobre suicida en ciernes. Pero a veces la soledad es elegida voluntariamente como liberación: "Ni título" es una pieza única en su desgarro.
En conjunto, nos hallamos ante un collage de almas en carne viva, que es lo que debe ser un buen libro de relatos.
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24 noviembre 2006
Enseñanza pública
Es curioso cómo nunca una asociación [de padres] de este tipo ha exigido unos mejores niveles de enseñanza o un mayor esfuerzo para conseguir una enseñanza de élite para sus hijos. Mientras tanto, una madre de alumno de 1º de primaria (alumnos de 7 años) se consiente en el año 1998 acudir a una reunión convocada por la profesora de su hijo para criticar públicamente a la maestra porque está enseñando a sumar sin utilizar los dedos, y juzga "una pasada de difícil" (cita literal) que les inicie en lo más básico del cálculo mental. Esta queja se oirá en el consejo escolar.
Mercedes Ruiz Paz, Los límites de la educación
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Mercedes Ruiz Paz, Los límites de la educación
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23 noviembre 2006
En su última novela,
Enrique de Diego parodia a Dan Brown y a lo que un personaje llama "teorías conspirativas". Conociendo lo que opina don Enrique del atentado por antonomasia, es fácil ver que la burla no alcanza sólo a las tesis delirantes del Código Da Vinci sino a sucesos de la vida española más reciente. Pero algo falla en los esquemas de nuestro novelista si realmente piensa que puede equipararse la colección de chorradas de Dan Marrone (como lo llama en su ficción) con una investigación digna de encomio en la que, lejos de hacer teorías, simplemente se han formulado preguntas, expresado dudas y constatado falsedades que el gobierno se obstina en no responder o en negar con contumacia.
22 noviembre 2006
Libro de caballerías
Se necesita disponer de una gran dosis de curiosidad literaria para no abandonar esta novela a las pocas páginas, y decirle al autor que se quede con algún deudo. Porque el jugueteo que lleva a cabo Juan Perucho con su lector no tiene precedente en mi experiencia. Un desconcertante caos temporal es el rasgo formal más llamativo de Libro de caballerías. El Faulkner, el Rulfo y muchos más nos habían acostumbrado a saltar ágilmente en el tiempo, pero tenían la deferencia de insertar espacios entre secuencia y secuencia, que nos ayudaban a cambiar la clavija. En cambio, el punto y aparte es lo único que separa aquí el viaje desde nuestro tiempo al mítico medievo y viceversa.
Bueno, yo también lo habría hecho, si se me hubiera ocurrido. Se trata de simular que el tiempo es una dimensión tan asequible como el espacio, y que se puede dominar con igual facilidad. Y al fin y al cabo, ¿no se trata de un "libro de caballerías"? Estos se caracterizaban por sus despropósitos, y lo que hace Perucho es dar a esos despropósitos un alcance poético, fingiendo que el tiempo no es barrera. Rosaura es Blanca de Salona, Tomás Safont es caballero andante y play-boy moderno... Incluso se permite anticiparse al famoso "realismo mágico", con el chusco detalle de la chaqueta comida por las termitas. Qué razón tenía el predicador: ni siquiera García Márquez es nuevo bajo el sol.
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Bueno, yo también lo habría hecho, si se me hubiera ocurrido. Se trata de simular que el tiempo es una dimensión tan asequible como el espacio, y que se puede dominar con igual facilidad. Y al fin y al cabo, ¿no se trata de un "libro de caballerías"? Estos se caracterizaban por sus despropósitos, y lo que hace Perucho es dar a esos despropósitos un alcance poético, fingiendo que el tiempo no es barrera. Rosaura es Blanca de Salona, Tomás Safont es caballero andante y play-boy moderno... Incluso se permite anticiparse al famoso "realismo mágico", con el chusco detalle de la chaqueta comida por las termitas. Qué razón tenía el predicador: ni siquiera García Márquez es nuevo bajo el sol.
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21 noviembre 2006
Lucrecia
a Melibea, cuando esta llora por haber perdido a Calisto, después de perder lo otro:
Señora, no rasgues tu cara ni meses tus cabellos. Ahora en placer, ahora en tristeza, ¿qué planeta hubo que tan presto contrarió su operación? ¿Qué poco corazón es éste? Levanta, por Dios, no seas hallada de tu padre en tan sospechoso lugar, que serás sentida. Señora, señora, ¿no me oyes? No te amortezcas, por Dios, ten esfuerzo para sufrir la pena, pues tuviste osadía para el placer.
Sabia y simpática sirvienta. De sobra sabe ella que para el placer no es menester osadía, si acaso descaro. Pero como modo amable de decir "purga tu descoco con la fortaleza de ánimo", es insuperable. Fernando de Rojas: vuelvan a él de vez en cuando.
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Señora, no rasgues tu cara ni meses tus cabellos. Ahora en placer, ahora en tristeza, ¿qué planeta hubo que tan presto contrarió su operación? ¿Qué poco corazón es éste? Levanta, por Dios, no seas hallada de tu padre en tan sospechoso lugar, que serás sentida. Señora, señora, ¿no me oyes? No te amortezcas, por Dios, ten esfuerzo para sufrir la pena, pues tuviste osadía para el placer.
Sabia y simpática sirvienta. De sobra sabe ella que para el placer no es menester osadía, si acaso descaro. Pero como modo amable de decir "purga tu descoco con la fortaleza de ánimo", es insuperable. Fernando de Rojas: vuelvan a él de vez en cuando.
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20 noviembre 2006
Un socialista ha llamado sinvergüenza
a Francisco José Alcaraz. Nada extraordinario. Viniendo de donde viene, es un elogio. Lo inquietante es cuando un criminal (o cómplice de criminales) te dice que eres un buen chico.
A Francisco José Alcaraz le mataron un hermano en aras de unos objetivos políticos. Objetivos que ahora los socialistas sirven con lacito a los matadores. ¿Sinvergüenzas...? Semejante conducta rebasa ampliamente la falta de vergüenza, para adentrarse en la filiación deshonrosa.
A Francisco José Alcaraz le mataron un hermano en aras de unos objetivos políticos. Objetivos que ahora los socialistas sirven con lacito a los matadores. ¿Sinvergüenzas...? Semejante conducta rebasa ampliamente la falta de vergüenza, para adentrarse en la filiación deshonrosa.
18 noviembre 2006
Los novios
Los novios deja traslucir, por debajo de su estilo no tan arcaicamente romántico como cabría esperar, una personalidad enormemente madura en lo religioso, lo que no deja de suponer un ingrediente grato en la lectura de una buena novela. Los lectores de hoy somos impacientes, y las setecientas páginas de apretado texto nos hacen suspirar por el final, pero no por cansancio, ciertamente, sino por interés en la peripecia de Renzo y Lucía, que es más espiritual que novelesca. Es grato, decía, oír reconocer a un novelista contemporáneo (el siglo XIX es contemporáneo) que no habría simulación de santidad si no existiese la santidad misma: "estas demostraciones [de devoción, de piedad]... la hipocresía no necesita mayor esfuerzo para hacerlas, que la bufonería para ridiculizarlas... Pero, ¿acaso dejan por eso de ser la expresión natural de un sentimiento virtuoso y sabio?"
Una de las mayores lecciones que se pueden extraer de la lectura de esta novela es que las edades anteriores a los Derechos Humanos fueron ciertamente bárbaras: lo que nos relata Manzoni sobre las condenas de brujas o la represión de los supuestos causantes de la peste espeluzna; pero que en ellas existieron los gérmenes de santidad que hicieron posibles los ulteriores progresos en humanidad. Es el cardenal Borromeo, uno de los santos de la novela, quien sufraga la dote de una joven a la que su padre quería meter monja, contra su voluntad, por no tener fortuna. Y es el que se enfrenta valientemente con su propia conciencia, como el innominado, quien es capaz del mayor bien.
Una de las mayores lecciones que se pueden extraer de la lectura de esta novela es que las edades anteriores a los Derechos Humanos fueron ciertamente bárbaras: lo que nos relata Manzoni sobre las condenas de brujas o la represión de los supuestos causantes de la peste espeluzna; pero que en ellas existieron los gérmenes de santidad que hicieron posibles los ulteriores progresos en humanidad. Es el cardenal Borromeo, uno de los santos de la novela, quien sufraga la dote de una joven a la que su padre quería meter monja, contra su voluntad, por no tener fortuna. Y es el que se enfrenta valientemente con su propia conciencia, como el innominado, quien es capaz del mayor bien.
16 noviembre 2006
Muchos esperamos el día
en que el famoso electorado de centro caiga en la cuenta de que el PSOE no es un partido democrático. El buen suceso parece siempre inminente y siempre demorado.
Cuando, en el último franquismo, la derecha decidió iniciar la transición a la democracia, renunció a conducir el frente ideológico y cultural y se lo sirvió en bandeja a la izquierda, la cual lo aceptó gustosa. Desde entonces, por obra de la efectiva propaganda socialista, políticos y votantes de derecha (cada vez más de centro) se fueron sumiendo en la convicción de que ellos eran unos advenedizos en materia de democracia, cuya titularidad pertenecía por derecho a la izquierda, por más que los hechos acreditasen todo lo contrario. Este es el origen de los tan mentados complejos, que persisten hasta hoy en capas profundísimas y que hacen tan arduo, para el famoso electorado de centro, admitir los sucesos de los últimos años tal como se presentan ante nuestros ojos.
Me decía José Javier Esparza que ZP tiene la ventaja de que no oculta sus cartas. En efecto, los hechos están ahí, para quien quiera verlos. Sólo con las palabras los socialistas siguen fingiendo, para ver cuánto es aún capaz de tragar el famoso electorado de centro.
Cuando, en el último franquismo, la derecha decidió iniciar la transición a la democracia, renunció a conducir el frente ideológico y cultural y se lo sirvió en bandeja a la izquierda, la cual lo aceptó gustosa. Desde entonces, por obra de la efectiva propaganda socialista, políticos y votantes de derecha (cada vez más de centro) se fueron sumiendo en la convicción de que ellos eran unos advenedizos en materia de democracia, cuya titularidad pertenecía por derecho a la izquierda, por más que los hechos acreditasen todo lo contrario. Este es el origen de los tan mentados complejos, que persisten hasta hoy en capas profundísimas y que hacen tan arduo, para el famoso electorado de centro, admitir los sucesos de los últimos años tal como se presentan ante nuestros ojos.
Me decía José Javier Esparza que ZP tiene la ventaja de que no oculta sus cartas. En efecto, los hechos están ahí, para quien quiera verlos. Sólo con las palabras los socialistas siguen fingiendo, para ver cuánto es aún capaz de tragar el famoso electorado de centro.
15 noviembre 2006
Enseñanza pública
... si hace años la inspección o la dirección del centro podían cuestionar al profesor cuyos alumnos a los seis años no leían, en la actualidad se hace sospechoso el profesor cuyos alumnos con seis años leen. (¡Qué habrá hecho! ¡Cómo les habrá forzado!)
Mercedes Ruiz Paz, Los límites de la educación
Mercedes Ruiz Paz, Los límites de la educación
13 noviembre 2006
Poemas escogidos
Hasta que no leí este libro no comprendí aquello que decía don José Miguel Ibáñez de la especial adecuación del inglés para la poesía. Es cierto: a pesar de su carácter monosilábico, que a simple vista le haría parecer un poco rígido, se muestra (al menos en los poemas de Keats) extraordinariamente moldeable, con gran capacidad para formar derivados y compuestos. Por lo demás, es una lengua eufónica donde las haya.
Los títulos de las odas de Keats podrían retraer a un lector actual, por tópicos: "a la melancolía", "al otoño", "a un ruiseñor"... Pero podrían haber llevado cualquier otro título, eso no importa: es poesía de buena ley. Y uno se creería hallar ante el típico motivo romántico de la naturaleza como reflejo del alma, si no fuera porque el propio Keats postulaba para el poeta justamente la capacidad negativa, o capacidad de olvidarse de sí mismo a la hora de componer. No obstante, la melancolía está ahi, causa o efecto, quién sabe, de la enfermedad que acabó con la vida del poeta, "tan temprano". My heart aches, me duele el corazón, comienza la "Oda a un ruiseñor", de modo significativo. Es una lástima que la falta de dominio de la lengua no me permita apreciar como es debido esta antología, sin duda realizada con buen criterio, ya que a pesar de su fama no incluye poemas como "Endymion" y otros, de mucho aliento pero de menor eficacia poética que sus Odas o sus Sonetos.
Por cierto, estoy hablando de la selección de Cátedra, colección Letras universales.
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Los títulos de las odas de Keats podrían retraer a un lector actual, por tópicos: "a la melancolía", "al otoño", "a un ruiseñor"... Pero podrían haber llevado cualquier otro título, eso no importa: es poesía de buena ley. Y uno se creería hallar ante el típico motivo romántico de la naturaleza como reflejo del alma, si no fuera porque el propio Keats postulaba para el poeta justamente la capacidad negativa, o capacidad de olvidarse de sí mismo a la hora de componer. No obstante, la melancolía está ahi, causa o efecto, quién sabe, de la enfermedad que acabó con la vida del poeta, "tan temprano". My heart aches, me duele el corazón, comienza la "Oda a un ruiseñor", de modo significativo. Es una lástima que la falta de dominio de la lengua no me permita apreciar como es debido esta antología, sin duda realizada con buen criterio, ya que a pesar de su fama no incluye poemas como "Endymion" y otros, de mucho aliento pero de menor eficacia poética que sus Odas o sus Sonetos.
Por cierto, estoy hablando de la selección de Cátedra, colección Letras universales.
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12 noviembre 2006
Totalitarismo permisivo
La inviabilidad ética y social del individualismo se traduce en ese difundido modelo que se podría llamar "totalitarismo permisivo", el cual implica una especie de división del territorio (correspondiente a la escisión entre objeto y sujeto) según la cual los poderes tecnoestructurales dominan todo el campo de lo público, en el que se subsume lo social, mientras que (a modo de compensación) se tolera que el individuo se disperse en la veleidad de sus placeres privados. Se entra así en lo que Vittorio Matthieu ha llamado "sociedad de irresponsabilidad ilimitada", modelo al que se está acercando peligrosamente nuestro país.
Alejandro Llano, "La verdad como pasión", en Nuestro tiempo, mayo de 2005
Alejandro Llano, "La verdad como pasión", en Nuestro tiempo, mayo de 2005
10 noviembre 2006
Allende la paranoia
Dice el portavoz del GAL que el Poder Judicial es de extrema derecha. Es algo así como decir que quien no está con ellos está contra ellos, lo que ya rebasa el terreno de la paranoia para entrar en el mesianismo, en efecto, Esparza.
Y, sin embargo, no deja de ser un modo de reconocer que la derecha no es más que la ausencia de ideología: la pura y simple aplicación de la justicia, con arreglo a valores universalmente reconocidos, esos que la izquierda se empeña en conculcar en virtud de extrañas composiciones mentales. Yo no habría tenido inconveniente en suscribir eso.
Y, sin embargo, no deja de ser un modo de reconocer que la derecha no es más que la ausencia de ideología: la pura y simple aplicación de la justicia, con arreglo a valores universalmente reconocidos, esos que la izquierda se empeña en conculcar en virtud de extrañas composiciones mentales. Yo no habría tenido inconveniente en suscribir eso.
09 noviembre 2006
El fin del exilio
El exilio vino a desviar, en Vintila Horia, una línea de escritor fantástico hacia otra dirección, más simbolista o intelectual. La editorial Criterio nos brindó, hace pocos años, algunas de las primeras piezas narrativas del rumano (Cuentos de juventud, se subtitula el libro), alguna de las cuales, como la que da título al volumen, fueron escritas después de la traumática experiencia que se convirtió en leit-motiv de su obra. Las demás podrían sin demasiada violencia caber bajo el manido rótulo del realismo mágico. No son, está claro, obras maestras, pero dejan ver ya al gran escritor que conocimos luego.
Hay ya una primera muestra de la fascinación por Don Juan que acompañó siempre a nuestro autor, en "La última noche de Don Juan". También encontramos al furibundo antirrevolucionario que siempre fue, en "La imposible muerte de Vladimir Noaptes", donde hallamos este lúcido párrafo:
¿La revolución? Un traje remendado nunca es nuevo. La humanidad de hoy no es sino una ropa vieja en cuyos codos cada revolución prendió su remiendo de colores, imaginándose haber renovado totalmente la inmortal vestimenta del mundo. ¡Ay, la horrible ropa remendada de la humanidad! ¿Nadie siente que ya es demasiado pequeña? Tan solo un hombre sin pasado puede destrozarla y tirarla, y tan solo yo voy a cortar otra a la medida de nuestros tiempos.
¿Otro iluso, pues? Quién sabe, pues aquí apunta también el simbolismo tan grato a nuestro autor.
Hay ya una primera muestra de la fascinación por Don Juan que acompañó siempre a nuestro autor, en "La última noche de Don Juan". También encontramos al furibundo antirrevolucionario que siempre fue, en "La imposible muerte de Vladimir Noaptes", donde hallamos este lúcido párrafo:
¿La revolución? Un traje remendado nunca es nuevo. La humanidad de hoy no es sino una ropa vieja en cuyos codos cada revolución prendió su remiendo de colores, imaginándose haber renovado totalmente la inmortal vestimenta del mundo. ¡Ay, la horrible ropa remendada de la humanidad! ¿Nadie siente que ya es demasiado pequeña? Tan solo un hombre sin pasado puede destrozarla y tirarla, y tan solo yo voy a cortar otra a la medida de nuestros tiempos.
¿Otro iluso, pues? Quién sabe, pues aquí apunta también el simbolismo tan grato a nuestro autor.
07 noviembre 2006
De otras hipocresías
Y yo, que he hablado tanto de la gente corrompida y sucia, que oculta sus miserias bajo el manto de la religión, yo me encontré ocultando las mías debajo de otra cosa: de mi mirada franca, de mis modales atrevidos de siempre...
Se diría la confesión de cualquier artista de los últimos siglos. Pero aún no ha caído esa breva, que yo sepa. Fue Carmen Laforet quien tuvo que inventar un personaje (Paulina, en La mujer nueva) para decir lo que tantos no osan.
Se diría la confesión de cualquier artista de los últimos siglos. Pero aún no ha caído esa breva, que yo sepa. Fue Carmen Laforet quien tuvo que inventar un personaje (Paulina, en La mujer nueva) para decir lo que tantos no osan.
¿Qué puede llevar a un socialista homosexual
(y homosexual militante) a simpatizar con el Islam? Es posible que el fenómeno admita sólo una explicación psicoanalítica. Que la inversión sexual esté más cercana al masoquismo de lo que pensamos (sobre todo si es cultivada) y exista ahí un componente de nostalgia de la humillación y el garrote.
Me recuerda lo que explicaba un amigo mío, hablando de la simpatía de las mujeres de izquierdas por el Islam y su repudio de la Iglesia. Según él, estaría presente lo que decía Maquiavelo cuando comparaba a la mujer con la fortuna:
... para dominarla hay que tratarla sin miramientos, demostrando la experiencia que sale vencedor de ella el que la fuerza y no el que la respeta. Como mujer, es siempre amiga de la juventud, porque los jóvenes son con ella poco considerados y muy audaces y vehementes.
Esa nostalgia del palo, que arrastraría a las feministas a las barbas de Arafat o de ben Laden, sería el envés de su rechazo del cristianismo, que proclama la dignidad de hombre y mujer frustrando así la realización de tales pulsiones. Feministas y gays se comportarían, según eso, como la mujer despechada que denuncia a su hombre acusándolo de hacer con otras lo que esperaba que hiciera con ella.
Yo siempre le he dicho que es un exagerado. Pero hasta hoy no he encontrado una explicación alternativa.
Me recuerda lo que explicaba un amigo mío, hablando de la simpatía de las mujeres de izquierdas por el Islam y su repudio de la Iglesia. Según él, estaría presente lo que decía Maquiavelo cuando comparaba a la mujer con la fortuna:
... para dominarla hay que tratarla sin miramientos, demostrando la experiencia que sale vencedor de ella el que la fuerza y no el que la respeta. Como mujer, es siempre amiga de la juventud, porque los jóvenes son con ella poco considerados y muy audaces y vehementes.
Esa nostalgia del palo, que arrastraría a las feministas a las barbas de Arafat o de ben Laden, sería el envés de su rechazo del cristianismo, que proclama la dignidad de hombre y mujer frustrando así la realización de tales pulsiones. Feministas y gays se comportarían, según eso, como la mujer despechada que denuncia a su hombre acusándolo de hacer con otras lo que esperaba que hiciera con ella.
Yo siempre le he dicho que es un exagerado. Pero hasta hoy no he encontrado una explicación alternativa.
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