31 agosto 2014

Todos quieren matar a Carrero


Sí, como en el Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie, parece que todos tenían interés en quitárselo de en medio, al menos por lo que nos cuenta Ernesto Villar. Pero, a diferencia de aquello, aquí sólo el Argala apretó el botón. Y es curioso, tratándose de la persona que se trata, un tipo piadoso y ejemplar en el desempeño de sus funciones (Carrero, digo, no Argala). Uno piensa en aquello del libro de la Sabiduría: el justo nos molesta, nos sienta como una bofetada, da grima verlo, etc.

Nadie molestó a los etarras en sus merodeos por Madrid; les dejaron hacer un túnel a lo Rififí; se despreciaron informes que avisaban de la próxima comisión de un atentado fuerte ("al menos veinte indicios de que algo iba a ocurrir", se titula el extenso capítulo III); los servicios secretos parecen la TIA de Ibáñez; la escolta del almirante era ridícula y a nadie se le ocurrió que cambiara de itinerario; los políticos se expresan como si Carrero fuese un grano en retaguardia; los asesinos reciben la amnistía primero y luego mueren o los liquidan... En fin, tengo la impresión de que esta película ya la he visto y se titulaba JFK. Para redondear el efecto teatral, Villar añade un último capítulo donde recuerda una foto de Arias Navarro y Carmen Polo mondándose de risa a poco de ser nombrado el nuevo presidente... y un epílogo titulado "Qué a gusto nos hemos quedado sin él" (frase verídica de un tipo), donde veinte figuras de la época abundan en la impresión de que no se hizo nada por evitar la salvajada.

Se non é vero...

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29 agosto 2014

La doncella


Estas líneas de Vicente Aleixandre a Leopoldo Panero (y no me extraña que a Aleixandre también le gustara decir bastadas en la intimidad; como para idealizar a los poetas a estas alturas), saludando la llegada de la república, resultan proféticas con respecto a lo que ocurrió después:

... Sí, chico, por mí que viva la joven doncella [la república] ¿Te atreves a violarla?

Él no estaba para esas cosas, me temo; pero sus camaradas bien que le tomaron la palabra.

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26 agosto 2014

Te quiero pero no te necesito


El otro día hablaban en la radio con un tipo que se está forrando con unos libros de autoayuda, de esos que se consumen con la misma fe que el ibuprofeno o el leixatín. Los suyos son nada menos que recetarios para ser feliz: "el arte de no amargarse la vida" se titula uno, aunque si hay que juzgar por una frase que citaron (la que dijo la locutora que más le gustaba) el título podría ser más bien "cómo acabar muerto de asco". La frase era: "Sabes si estás capacitado para tener una pareja cuando puedes decirle: te quiero pero no te necesito". Yo, desde luego, sé muy bien dónde mandaría a la mujer que me dijera eso.

Pongan en un anillo de compromiso "te quiero pero no te necesito", verán lo que pasa. ¿Dije compromiso? Ah, bueno, pero es que el tipo hablaba de pareja: esa palabra tan útil para borrar la diferencia entre lo frívolo y lo sublime. Pareja puede ser esa persona que tienes en casa y que te sirve para relajar, haciéndole arrumacos o recibiéndolos. Te puedes encariñar con ella pero no la necesitas: un yakuzi y un poco de imaginación suplen.

Pero, al final, la felicidad está justamente en la persona a la que puedes decir, como Cernuda: "Tú justificas mi existencia"; a la que puedes despedir como el Clooney de Los descendientes: "mi amor, mi amiga, mi dolor, mi alegría". Por lo que pude oír, apuesto a que en los libros de este tío no hay la menor alusión a lo que implica colocar juntos el amor, el dolor y la alegría. Lo que los invalidaría totalmente.

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23 agosto 2014

Hank Williams. The Country Store Collection


Lo compré sin haber oído jamás la voz de Hank Williams. Pero sabía que era el gran mito de la música country y tenía por ahí muchas composiciones suyas en boca y guitarra de otros artistas. Y he de decir que la voz me produjo de entrada una gran decepción: aguda, más bien mediocre (yo soy amigo de los bajos y barítonos), nada que ver con Johnny Cash o Waylon Jennings. Pero claro, en esto, como en otros campos, musicales o no, el mito no lo crea la perfección técnica, sino la innovación o un encanto especial que emanan los productos del artista en cuestión.

Y con el tiempo entiendes que el modo de interpretar de Hank Williams está en el origen de tantas y tantas otras figuras del género, hasta el punto de que Waylon titulaba una de sus canciones ¿Estás seguro de que Hank lo habría hecho así? De algún modo tocó la fibra del público, un público popular que disfrutaba con él como muchos españoles con Antonio Molina, por ejemplo.

Conozco mejores versiones de Jambalaya entre las trescientas mil o así que existen, pero oír el original fue un momento de esos que llaman mágicos. Algo similar puedo decir del resto de piezas, de las que destaco Lovesick blues, Cold cold heart, I can´t help it o Lost highway.

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21 agosto 2014

El diente y la uña


Bill S. Ballinger es un hacha con la técnica del contrapunto. La otra novela suya que conozco, Retrato de humo, utiliza este procedimiento y aquí, en El diente y la uña, puede decirse que la novela es el procedimiento. Sin él, habría perdido todo su encanto. De tal modo que aquí no nos preguntamos por la identidad del asesino, sino por la identidad de la propia víctima y del acusado. También es una incógnita si el acusado coincide con el asesino y lo sería también la propia existencia de un asesinato, si el narrador no nos hablara de él en el prólogo. Y todo ello se debe a la alternancia de dos líneas narrativas sin aparente conexión.

Los capítulos impares nos presentan un juicio con todas las características de los thrillers judiciales norteamericanos, con mucho protesto y dos letrados enfáticos tratando de seducir al jurado. Al parecer, un tipo ha matado a su sirviente y ha quemado el cadáver en el horno de su casa. En los pares, narrados en primera persona por su protagonista, tenemos a un ilusionista que conoce a una chica desamparada con un maletín que pesa lo suyo y sólo después de casarse con ella conoce lo que llevaba dentro. Las historias tardan en converger y no nos olemos la tostada (los incautos, por lo menos) hasta los últimos capítulos. En fin, un planteamiento y una resolución muy típicos de un tipo que hacía guiones para Alfred Hitchcock presenta.

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19 agosto 2014

Qué tío más sabio.

Los hombres rechazan la verdad cuando viene de sus enemigos, y sus amigos apenas se la dicen; por eso yo se las he mostrado.

Tocqueville, en La democracia en América

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17 agosto 2014

En democracia no hay censura. Hay notas orientativas.


Me pregunto si alguna de las novelas publicadas en la posguerra española, como las que recibieron el premio Nadal, o el Planeta, aparecería con una nota en la que alguien tratara de orientar al lector para interpretarla en un sentido afecto al régimen.

Lo digo porque en El caos y la noche, de Henry de Montherlant, edición española de 2009, un tipo se ha creído obligado a escribir un cómico apéndice que pretende disuadir al lector de leer la obra como una apología del franquismo, ya que, según él, ocurre lo contrario.

Y lo cierto es que a ningún lector con dos dedos de frente, al llegar a la página 186, se le habría ocurrido hacer una interpretación política, pro o antifranquista, de esta magnífica novela de corte existencial.

No sé si hacen reír o llorar. O expeler otro tipo de materia orgánica.

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15 agosto 2014

Super country hits, vol. 3


Este volumen de la colección de la RCA empezaba con una versión de Kris Kristofferson (Sunday morning coming down) a cargo de Bobby Bare: eterno versionado por eterno versionador, con perdón de los barbarismos. Kristofferson es un gran compositor pero mediocre cantante, al contrario que Bare, otro de esos tipos con aspecto de pistolero. El gran Ronnie Milsap aportaba Stand by my woman man: mira que me costó traducir el título, porque no veía que las cuatro primeras palabras formaban un adjetivo. Muy orquestal, muy melódico, como todo lo suyo; y se agradece esa declaración de fidelidad. Hay unos Danny Davis Singers a los que solo conozco por estos casetes, pues en la red solo encuentras al tal Davis con su grupo de instrumentistas. Y el caso es que es un coro bastante apreciable. Aquí se marcan un impresionante Born to lose, aunque quizá lo mejor sea el solo de trompeta.

Igualmente, del I´m so lonesome I could cry de Dickey Lee me quedo con el solo de steel guitar: desgarrador. Dave & Sugar convencen con Queen of the silver dollar: una versión muy diversa de la de Emmylou Harris, pero que no cede a esta en calidad. Aportan un ritmo más acelerado y unos a capella muy interesantes. Me sorprendió agradablemente un desconocido Vernon Oxford con su Redneck, al que supongo una especie de reivindicación del paleto o pueblerino, que es lo que significa eso de cuello rojo. Una voz muy ad hoc y unos violines consiguen el buen resultado.

Y otra de las perlas de este volumen es el instrumental del final. En este caso, un elegante Cotton fields en el piano de Floyd Cramer, un tipo que consiguió meter el country en los ambientes refinados donde se escucha eso que llaman easy listening y que por aquí denominaríamos música ambiental. (Debió de hacer más de una versión, porque esta no es la que yo tenía; es más saltarina y sustituye los violines por armónica y mandolina.)

Lo demás, prescindible, aunque incluya cosas de Dolly Parton o Waylon Jennings. Realmente, no eran tan super hits como clamaba el título. 

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14 agosto 2014

Cinco panes de cebada


Esta es una historia ejemplar. Sencillota, tópica muchas veces; pero de ese tipo de historias de las que, en realidad, no podemos prescindir. Uno se ve como Daniel ante Natán, que le dice "tú eres ese Javier Arive, ganado por el desencanto, que prefiere despreciar con altanería a los que se obstinan en el error antes que mover un dedo para que ocurra el milagro en el que no crees". Porque ese es el meollo de este relato, que empieza como el típico "menosprecio de corte y alabanza de aldea" en su variante de chica acomodada que casi se muere de disgusto al llegar al pueblo para luego encariñarse con la vida sencilla de sus habitantes. En un momento dado Muriel, maestra novel, descubre que la providencia divina no la ha puesto allí para gastarle una broma pesada. A sus veinte años y con su aspecto frágil no dejará de aportar los cinco panes evangélicos que pueden acabar alimentando a una multitud. "Yo, como los quería tanto, sabía que era así": en el fondo, todos sabemos el secreto. Sin el "tuvo lástima de ellos" tampoco habría habido milagro.

Al final la que siembra empieza a ver el fruto. Ya dije que era una historia ejemplar y sencillota.

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12 agosto 2014

Asociados al Novio



He aquí otro de mis párrafos favoritos de Nicolae Steinhardt.

En esta segunda celda sucede, me parece, algo similar a lo que debió de acontecer en el camino hacia Emaús. El Salvador ya no está entre los suyos, el novio se ha ido. Pero es conveniente que empieces, tú, hombre, a generar fidelidad y un nuevo tipo de felicidad, más en sordina, y que aprehendas la realidad de la presencia del Redentor en los lugares más inesperados y más áridos; en ti mismo. Tienes que dar más de ti mismo, ya no eres un simple espectador, un invitado a la boda, sino un participante con los mismos derechos, asociado, creador autónomo de felicidad. Tienes que demostrar algo muy difícil, que no sólo el comienzo --la boda-- es puro, sino que la vida cotidiana puede llevarse a un nivel aceptable de nobleza y dignidad relativas. No es igual que el comienzo: y nos duele. Pero precisamente en esto consiste la diferencia entre la infancia y la madurez: el dolor reconocido y soportado, la aceptación de la inevitable diferencia de nivel entre la pureza de la boda y de la fiesta y la impureza de los días de diario y del transcurrir de los años.

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11 agosto 2014

Pedro Sánchez Imperator


El PSOE está dispuesto a resucitar la doctrina de las dos espadas y a tomar la suya para proteger a la Iglesia (y a las otras religiones, claro, claro), pero esta vez no contra herejes o infieles, sino contra sí misma; en concreto, contra su malhadada tendencia a creerse en posesión de la verdad.

Y hemos de ver a Pedro Sánchez convocando un concilio... ¿ecuménico?, con asistencia de representantes de las grandes religiones de España, del que saldrá, Dios mediante, el Símbolo de la fe del nacional-indiferentismo hispánico, que tanto ha de dar que hablar. Y llevará el nombre de Libertad Religiosa, como nuevo gran sarcasmo del Gran Hermano.

Si al marciano aquel le entraba la mala leche en cuanto se encasquetaba el tricornio, tengo la sensación de que a muchos, en cuanto les invisten de cualquier poder civil, e incluso antes, les entran unas ganas tremendas de marcarle el camino a la Iglesia.

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08 agosto 2014

Lo mejor de Flaco Jiménez


Normalmente los casetes que llevaban la frase "lo mejor de..." se vendían en gasolineras. Así fue en este caso, aunque no me acuerdo en qué gasolinera fui a encontrar esto. En un programa de Radio 3 dedicado a la música country (creo que todavía existe y se llama Toma 1) me descubrieron a Flaco Jiménez, acordeonista que practica el estilo denominado Tex-Mex (por Texas y México): acababa de lanzar un disco titulado Partners, donde acompañaba a estrellas country del momento. Los trabajos eran excelentes: Carmelita con Dwight Yoakam, West Texas waltz con Emmylou Harris, Across the borderline con John Hiatt... Este oficio de acompañante de estrellas lo ha practicado Flaco con asiduidad. Recuerdo ahora mismo su trabajo en el tema de los Mavericks All you want to do is bring me down (aquí sin Flaco)

El tex-mex se canta en inglés y en español, pero sobre todo en español, y es un estilo donde el acordeón es fundamental. Este casete (also available on CD and vynil) recopilaba unas cuantas simpáticas piezas, todas ellas en el idioma de Cervantes, donde Flaco canta y toca su instrumento titular con gran virtuosismo. Las letras cantan al amor, sobre todo contrariado, o a costumbres como El bingo (aquí un sample) o El pantalón blue-jean (aquí otro sample). 

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05 agosto 2014

El club de los negocios raros


Basil Grant es una especie de Padre Brown que no resuelve casos policíacos, sino situaciones peregrinas que se le presentan una tras otra a él y al narrador Swinburne. Y, como sucede con las obras teatrales de Jardiel Poncela, esa resolución es a veces menos atractiva que las situaciones en sí. Me resulta un poco antipático, el tal Grant. Sobre todo por su tendencia a la carcajada y a sugerir que todos los demás son unos infelices que nadan en aguas superficiales sin calar en lo hondo de las personas y las situaciones. Es la voz del autor, supongo, y es un procedimiento que se ha utilizado otras veces (Pirandello, por ejemplo, creo que era en Uno, Nessuno e Centomila) con la idea de mostrarnos lo ingenuos que somos, pero con un aire de suficiencia que repele.

En este caso se trata de menospreciar los hechos a favor de la intuición a la hora de juzgar de un asunto cualquiera. Un anti Sherlock Holmes, vaya. La lógica, cuando se trata de seres humanos, no sirve de mucho, viene a decir Grant-Chesterton. Una obra muy de su época, por tanto, en la línea del surrealismo, de Ramón Gómez de la Serna o del propio Jardiel, y con un tono risueño que lo acerca más a los últimos que al primero.

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04 agosto 2014

Oído, papás

Soy una persona mucho más fuerte por haber tenido un padre "paternalista" que siempre me ha dicho lo que tengo que hacer. Sé que lo hace porque me quiere. Además, cuando un chico deja de salir conmigo porque "necesita saber si somos compatibles" y yo no accedo a acostarme con él, es fácil dudar de mí misma, y en momentos como ese no hay nada como una sonora voz de varón al otro lado del teléfono. 


Wendy Shalit, Retorno al pudor 

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02 agosto 2014

Pujol


José Ramón le saludó en catalán. Yo lo hubiera hecho en español, no por tirria al otro idioma español, sino porque Pujol me entendería perfectamente y lo contrario me habría parecido un síntoma de esa mala conciencia que no acaba de abandonar a muchos compatriotas con respecto a las lenguas periféricas. Cuando dos catalanes hablan en catalán ante mí, no me quejo: les escucho tranquilamente mostrando que les entiendo pero no trato de imitarles. En la intimidad tampoco: ahí hablo cheli.

Pujol... La verdad es que se entiende el empeño de nuestros demócratas por denigrar al franquismo. La etiqueta de demócratas es lo único que les va quedando. Pujol: otro puñado de votos para Possumus. Los de Possumus, que tampoco se van a hacer franquistas porque tienen del franquismo una idea pésima, y eso sin haber leído un mal libro sobre la historia de la corrupción en el franquismo, quizá porque aún no ha sido escrito, por qué será.

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