29 septiembre 2011

Ortega luciéndose


La realidad sólo puede ser para el artista lo que el tablado para el bailarín, para tocarle con el pie.

Citado por Guillermo de Torre, Literaturas europeas de Vanguardia

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28 septiembre 2011

El manuscrito sellado


Lo de este hombre empieza a causarme bostezos. Me recuerda a las películas de José Luis Garci, tan bonitas, con su melancolía y tal, y en el fondo tan poca chicha. Si al menos Prieto no me diera esos sustos de vez en cuando, inclinando la cabeza ante las conquistas en materia sexual... Trato de entenderlo como una ironía, que vendría sumada a otras críticas al mundo contemporáneo, pero no me quedo convencido.

En esta ocasión estamos ante un tipo, don Celedonio, historiador, que quiere jugar al Decamerón reuniendo en el parador de Zafra a una serie de individuos con el fin de que revelen su rollo, se entreguen a una suerte de confesión, que vendría a quedar para la posteridad como un testimonio de la pervivencia de la palabra en un mundo que no hace más que repetir consignas al dictado. El narrador ejercerá de cronista y en calidad de tal dialogará ccon Marcelo, Ignacio, Marta y... Antígona; sí, la de Sófocles, pues Prieto, en uno de sus arranques de audacia, de temeridad literaria quizá, convierte a la heroína griega en personaje en eterno retorno. Esos diálogos, como de costumbre en nuestro autor, son de un delicioso lirismo, equiparable a las parrafadas del narrador, y llenos de referencias culturales. Los temas no varían: el tiempo, la memoria, la palabra, y sobre todo el amor: razones de amor, cargadas de cultura y lastradas de superficialidad ovidiana. Y críticas, que saltan aquí y allá por sorpresa, al botellón, a la manipulación de la historia...

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27 septiembre 2011

¡La derecha, la derecha!


No quisiera que se interpretase el texto de ayer como una llamada a la abstención. Si no me equivoco, esa es la estrategia del partido del gobierno: reducir la ventaja del contrario ante la seguridad de no poder ganar, y no otra parece la génesis del movimiento de los indignados, puestos a pensar mal; y pensar mal de los fenómenos políticos, al contrario que de las personas, no es falta de caridad, sino prudencia de ciudadano. Cuál es el mensaje de ese movimiento, lo hemos dicho aquí otras veces: la culpa no es del gobierno, sino del sistema.

Pero sí conviene advertir siempre, ante la inminencia de unas elecciones, de las efectivas lacras de ese sistema: el propio movimiento de indignados pudo haber llegado a ser lo que parecía, es decir, una corriente en pro de una democracia más auténtica cuanto menos reducida al ritual de hacerlo (como ironizaba La Trinca) cada cuatro años, es decir, que promoviese el poder de la sociedad civil frente a los partidos; esa democracia que ellos llamaban real por el poder del anglicismo (democracia real es la que hay), pero que, ya de ponerse estupendos, podían haber llamado con otro adjetivo muy de moda, integral, como el humanismo integral que predicaba Maritain.

En definitiva, que me planteo la conveniencia de haber sacado ese texto justo en un momento en que las masas parecen menos manipuladas porque votarán conscientes de que cualquier cosa es preferible a esto. Como en aquel chiste de Hermano Lobo, ante la requisitoria del gobierno: "nosotros o la derecha", la gente grita: "¡la derecha, la derecha!", a pesar de haber sido instruidos para ver en la derecha poco menos que la peste.

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26 septiembre 2011

Para leer en precampaña


El progreso burgués fue algo muy real y de sus obras, aun descontando expoliaciones y rapiñas, viven aún muchos paises del hoy llamado Tercer Mundo. Pero el gran motor de ese progreso fue la revolución industrial, y la revolución industrial desencadenó un proceso social que vino a deteriorar la vida de la urbe, el estilo y el tono de la vida urbana, la urbanidad. Y es que por obra de la revolución industrial la urbe fue transformándose en megalópolis y el progresismo se desplazó de los barrios altos a los barrios bajos; dejó de ser burgués y se hizo proletario. La cantidad se impuso a la calidad; la razón de las minoría sucumbía frente a la fuerza de las mayorías y el reino de la necesidad se anteponía al de la libertad. La mitad equina del centauro no estaba ya en el campo, sino en la propia ciudad, en los subirbios industriales de la megalópolis. El irracionalismo de tracción animal era sustituido por el irracionalismo de tracción mecánica. ¿Qué podía el libro frente a la máquina, el hombre frente a la masa, la razón frente al número? ¿Qué diálogo cabe entre la urbe y el suburbio, a menos que los pedagogos se conviertieran en demagogos? ¿Qué diálogo? Pues el de la acción política, el de la campaña electoral, en la que el mezzo uomo tiene que disfrazarse con piel de asno para ser oído por la mezzo bestia. Ese disfraz destruyó a las minorías rectoras. Las minorías selectas que pretendían educar a los hombres eran sustituidas por las minorías abyectas que pretendían manipularlas y el resultado fue una inversión de valores políticos, sociales y morales, una inversión de las funciones del centauro.

Aquilino Duque, "La razón y el número", en El suicidio de la modernidad

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23 septiembre 2011

Fortunata y Jacinta


Resulta tentador ver en esta obra una parodia de las novelas francesas sobre amantes atribuladas, víctimas del egoísmo y de los prejuicios. Fortunata, esta dama de las camelias de Chamberí, muere repitiendo "soy un ángel", y así lo afirman repetidamente su marido y su último enamorado cuando la entierran. El narrador se complace en hacernos ver cómo todo el mundo tiene a esta mujer por un demonio, y así llega ella a aceptarlo, mientras nosotros vemos cómo se trata sencillamente de una ingenua enamorada que ha cedido a la seducción de un señorito, y que tiene por virtud su pasión. Pero todo ello recibe un tratamiento desenfadado, diríamos cervantino, que convierte a Fortunata y Jacinta en algo así como el Quijote de las novelas de cuernos decimonónicas, lo que fue la obra de Cervantes para la novelería caballeresca de su tiempo. Y, como en el Quijote, este tratamiento, lejos de caricaturizar a los personajes, los humaniza, salvándolos del endiosamiento trágico. Esa inocencia artificial de la protagonista se matiza con sus arranques de madrileña castiza, peligrosa en sus ataques de celos. Y la maldad de los otros (hipócritas, intolerantes, ya saben) se torna menos antipática gracias a la mirada amable del autor sobre su fragilidad humana.

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21 septiembre 2011

Delirante y grotesca


Así fue para don Rafael Sánchez Ferlosio la JMJ. Y es curioso, pero justo el día anterior, terminando de leer Pepa Niebla, de Torcuato Luca de Tena, llegué a la conclusión de que, comparadas con esa novela, cosas como El Jarama no pasan de ser una gilipollez.

No imaginaba que el autor me iba a confirmar tan pronto su sintonía con la obra. Pero es que a esta especie de voltaires comprados en los chinos (le copio la expresión a Jorge Bustos) se les ha subido a la cabeza la glorificación que el sistema ha hecho de los intelectuales. En la juventud, las poses antirreligiosas tienen algo de afirmación rebelde; en la madurez son un modo de justificar las propias debilidades; pero el modo disparatado y brutal en que se producen estos idolillos disimula muy mal su despecho ante una autoridad moral real que los desbanca sin una sola palabra de reproche, sin un gesto de polémica. Se han visto como los poderosos del Magnificat, despedidos en la inopia.

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20 septiembre 2011

Años de hierro


También podría haberse titulado España y la segunda guerra mundial. En efecto, la obra presenta los años 39-45 en España bajo el prisma, sobre todo, de las relaciones exteriores en aquellos años de conflicto. No falta, sin embargo, el relato de las luchas de poder en el seno del régimen, que Franco aguantó con los nervios propios de quien se supiera confirmado en la jefatura del Estado hasta la muerte. Lo cierto es que Franco jugó magistralmente la baza de las rivalidades entre todos aquellos que, dentro o fuera de España, trataban de tirarle de la silla, que eran muchos.

Con respecto a Hendaya, queda de manifiesto que no se trató, como a menudo se insinúa de modo simplista, de si Franco iba a preservar a España de la guerra o iba a meterla en ella, a despecho en ambos casos de Hitler; sino de la manera en que España iba a colaborar con el Eje; en qué condiciones se entraría en la guerra o en qué condiciones se iba a mantener la neutralidad. Franco evitó en todo momento pronunciarse de modo categórico en un sentido o en otro, que fue lo que exasperó a Hitler. Parece claro que había tratado poco con gallegos.

Aunque es conocida la parcialidad de Moa a favor de Franco, esta obra no está escrita en el tono polémico de otras de las suyas y, desde luego, carece del tono agresivo que imprime Ricardo de la Cierva a sus trabajos. Sí que se aprecia una intención reivindicativa cuando habla de la cultura en estos primeros años del franquismo, que queda como un auténtico vergel, sin duda para compensar los excesos de quienes cargaron tintas en sentido contrario hasta hacer famoso el concepto de páramo.

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19 septiembre 2011

Contra Sabina


-¿Dudas de mi amor? -dijo Oblómov enardecido-. ¿Crees que temo por mí y no por ti? ¿Que no protejo tu nombre, que no velo como una madre para que el rumor no te alcance? ¡Olga, Olga! ¿Pídeme las pruebas que quieras! Te lo repito, si yo supiera que con otro serías más feliz que conmigo, le cedería sin una queja mis derechos sobre ti, si fuera preciso morir por ti, lo haría con alegría -acabó de decir con lágrimas en los ojos.
-No necesito nada de eso, ¡nadie te lo exige! ¿Para qué me hace falta tu vida? Quiero que hagas lo que debes. Las personas astutas recurren a la artimaña de ofrecer sacrificios innecesarios o imposibles a fin de no hacerlos realmente precisos. Yo sé que tú no eres astuto, pero...


En Oblómov, claro. Pero podría habérselo dicho al otro cuando cantaba "y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres..."

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16 septiembre 2011

Humano, divino

"¡Qué asqueroso es todo esto! -pensó, mirando alrededor-. ¡Pero mi ángel descendió a esta ciénaga y la santificó con su presencia!"

Lo dice Oblomov refiriéndose a sus propiedades y a su amada Olga. Pero un místico no se habría expresado de modo muy diferente refiriéndose a su alma y a Dios.

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15 septiembre 2011

Cero a la izquierda


En uno de sus programas televisivos, el cómico José Mota jugaba con otro humorista a hacer imitaciones dobles, por ejemplo empezando con José María Aznar y terminando en Chiquito de la Calzada. Cero a la izquierda (como las novelas de Flanagan) responde a un reto similar: hágame usted un híbrido de novela negra y novelucha juvenil de la ESO, con personajes y situaciones de ambos lugares literarios. y Andreu Martín sale airoso de la prueba: la criatura se parece por igual a los dos progenitores sin que la cosa parezca un pegote. Desde luego, domina bien los resortes de la novela negra, tanto en peripecias como en estilo, hasta el punto de que al concluirla te viene a la cabeza el Harlem nocturne con que finalizaban los episodios de Mike Hammer. Y eso que el final no me parece redondo, más que nada porque no se sabe si al final los malos reciben los suyo. Claro que, bien mirado, eso tampoco es esencial en el género negro, y pienso por ejemplo en Chinatown, la película de Polanski.

Luis Ramis ejerce aquí de detective: un chico de dieciocho años, mecánico de automoción como su padre, que se encuentra un día con Héctor, el cero a la izquierda, viejo empollón de su clase, ahora al volante de un impresionante Peugeot y acompañado por una no menos impresionante treintañera. Ya tenemos ahí al visitante misterioso que quiere decir algo sin explicarse del todo, y a la mujer fatal con su secreto a cuestas. Luego Héctor va y desaparece, y ya tenemos el misterio montado y a Luis buceando entre la basura, como todo imitador de Marlowe que se precie.

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14 septiembre 2011

Defina enfermedades de transmisión sexual

Cuando dos personas están en acto de fe y una parte de una persona de las dos se pone en contacto con la otra y hay se produce la infección. Ejs.: el sida y el cáncer de colon.

En una prueba de acceso a ciclos de Formación Profesional.

Todo esto con adaptaciones, apoyos, diversificación curricular y medidas de atención educativa.

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13 septiembre 2011

Kurt


Uno de mis grandes ídolos musicales es Francisco Rodríguez, o sea, Kurt Savoy. Ahora se hace llamar Curro y con su aspecto de curr... ante sudamericano es uno de nuestros artistas más internacionales, aunque siempre en segundo plano.

Alguna vez le dio por cantar y por llamarse rey del rock, y eso le queda grande. Pero silbando no tiene par. Ya lo vio Morricone: sin su silbo de matices heroicos y crepusculares no serían los mismo las películas de Sergio Leone. De hecho, uno se lo imagina con pintas de Clint Eastwood. Ahora ha perdido bastante fuelle y el trino de El bueno, el feo y el malo se le resiste cantidad. Pero gracias a Youtube es posible redescubrir otras maravillas suyas, como esta delicia country o el mismísimo Desafinado. Seguiremos investigando.

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12 septiembre 2011

Cuentos inverosímiles


Es una amplia colección de cuentos breves, casi viñetas de La codorniz, salvo algunos como el primero y el último. El disparate salta a la vista desde el primer momento, cuando vemos al león Corsario quedar dueño de un barco a la deriva después de haberse comido a toda la tripulación. Y en la primera página encontramos ya un chispazo de genio que, a decir verdad, no se repite en el resto del volumen; un chispazo de genio ramoniano, una serie de greguerías que no desmerecen del maestro: El sol de la selva, tamizado por el ramaje -"puzzle" de sol sin resolver- no podía agradarle. necesitaba un buen espacio para tomar su baño de sol, no una ducha. Un león que tomase ese sol de vidriera, formado por claroscuros y tonalidades diversas, acabaría por volverse pantera, sin querer. Hay matices poéticos en algunas piezas, como aquella en que la uva número trece, ingerida por descuido, se le aparece en forma de mujer al señor que ha cenado solo en nochevieja, prometiéndole un mes de añadidura para los dos. Abunda el toque surrealista (aunque aún no se llamara así), tal el del tipo que llegó a perder un brazo en la verbena, ese lugar donde se pierde todo. Hay sorprendentes visiones de las obsesiones humanas, plasmadas por ejemplo en el hombre que se empeña en imaginar que fuese un ladrón en su propia casa... Y es de señalar el excelente complemento de las ilustraciones, realizadas por los mejores dibujantes del momento, y que se mantienen en esta edición de la editorial Menoscuarto, única desde la primera de Caro Raggio, en 1921.

Nota redactada en junio del 2011. Por cierto, hablamos de una obra de José López Rubio


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09 septiembre 2011

Buenismo y terror


[...] Aunque, pensando bien las cosas, ya para Rousseau se juntaban esas líneas paralelas: la maravillosa bondad humana en una sociedad justa debía aplicar la pena de muerte a los que no aceptaran la religión de la República. Buenismo sociopolítico y terror se encuentran siempre.

José Jiménez Lozano
, Los cuadernos de Rembrandt


Pueden pensar en lo que quieran, incluidos procesos de paz. Yo recuerdo ahora al juez Ferrín Calamita, a los Johns y otros casos sangrantes cuyo nombre ahora se me escapa, condenados o postergados por el más perverso de los buenismos.

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08 septiembre 2011

Abejas de cristal


Hay algo de alucinante en ese cuadro que nos ofrece Jünger, tan apacible en apariencia: el capitán Richard, a la búsqueda de un empleo, en ese jardín donde Zapparoni, industrial de gran poder y fama, le hace esperar no se sabe qué, entre abejas que resultan ser autómatas y orejas cortadas tan reales que podrían pasar por humanas. Es el horror de la técnica que se oculta tras la máscara de la paz y el confort . Las orejas resultan no ser humanas, pero le han hecho dudar a Richard y aquí está lo terrible: la indistinción entre lo humano y lo artificial. Algo semejante sucede con las abejas: autómatas e insectos se hallan mezclados y resulta difícil diferenciarlos si uno no se acerca mucho. Es el fin de un mundo, de una comunidad entre hombre y naturaleza, aplastada por esa herramienta de la Modernidad que es la técnica. Aquí se nos muestra, pues, Jünger de modo nítido como el reaccionario que fue, dicho sea sin el menor ánimo peyorativo: vio cómo ciertos valores podían perecer aplastados bajo la maquinaria de los tiempos nuevos y no encontró el modo de superar ese conflicto, así que se refugió en "la emboscadura". Los autómatas recolectores de miel convivían con otros muy parecidos que podían estallar en las manos (de hecho uno estalla cuando Richard, ya un poco harto, lo golpea con un palo de golf) y uno no puede estar seguro de que el loco fabricante de maniquíes que cortó las orejas a sus criaturas no llegara también a hacer estragos con los humanos.

Nota redactada en septiembre del 2003

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07 septiembre 2011

"Tal vez la mejor obra de arte sea el silencio ante el amor"


Qué será el silencio atronador de la tierra (Cuatro Vientos era la tierrra) ante el Amor. Pedro Antonio Urbina (Filocalía) no previó este momento sublime, pero seguro que ha colaborado a hacerlo realidad.

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06 septiembre 2011

Cuento macabro


Tal vez la alusión de Almudena Grandes a la Jornada Mundial de la Juventud sea una clave interpretativa de sus Episodios Nacionales (hasta ahora, uno solo). Si aquella explosión de fe y esperanza fue "agresividad ultracatólica", apliquen la misma anteojera a la historia de España en el siglo XX y sabrán por dónde coger las novelas de la susodicha. Parece que en sus artículos no puede desprenderse la creadora de Lulú de su mester de fabuladora. Pero se le olvida poner Cuento debajo de cada título.

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05 septiembre 2011

Los cuadernos de Rembrandt


José Jiménez Lozano es agudo y es sutil, así que no es extraño que se sienta a disgusto en el mundo que le rodea. El pesimismo es, en efecto, el tono general de estas meditaciones, anotaciones de diario o quizá más bien entradas de lo que en formato electrónico sería un blog. Es pesimista Jiménez Lozano, sí, pero tampoco es lo que se dice un escritor apocalíptico, pues su discurso está muy lejos de un fulminar anatemas o clamar por la destrucción. Como dice el lema de Fitzgerald, simplemente el autor se niega a perecer con la gloria que se ha extinguido en la tierra. Esa gloria es la de la cultura humanística, sus usos, sus modos, y es la educación uno de sus blancos favoritos, como cabe esperar del autor de Teorema de Pitágoras o Carta de Tesa.

¿Blancos? Sin embargo, tampoco estamos ante un escritor mordaz. No pega dentelladas, sino que maneja el estilete, o quizá el bisturí: "Autopsia de la posmoderenidad", podría ser el título conjunto de gran parte de su obra, al menos de la de no ficción. Es una ironía fina la suya, tanto que con frecuencia he tenido que releer para comprender. Difícilmente alguien podría presentarle una demanda por injurias, aparte de que no suele referirse a personas sino a fenómenos, y que la crítica va suavizada también por momentos (remansos) líricos que a veces van en verso.

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02 septiembre 2011

Esos clásicos, siempre tan PI


El amor es infinito
si se funda en ser honesto,

y aquel que se acaba presto
no es amor, sino apetito.

Elicio, en Miguel de Cervantes, La Galatea

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01 septiembre 2011

El mejor baño de agosto,


el chapuzón más reconfortante, la bocanada de aire más fresco, la recibimos frente a la televisión, del 16 al 22, y en concreto la noche del 21, tras la fenomenal tormenta, ¿qué hora era? En todo caso, fue lo único que sucedió en agosto. Lo demás no sólo palidece, sino que pierde cualquier entidad.

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