31 marzo 2015

Big country classics, vol. 6


Una de tantas compilaciones del sello Nisu, bueno, en este caso Trax, pero a lo que vamos: nadie lo conoce. La serie iba por años, y este volumen que comento era de los 50. Destaco la calidad del sonido de la cinta, que no es poco. Empezaba por un rotundo Johhny Cash y una de sus historias sarcásticas sobre pistoleros, Don´t take your guns to town. Don Gibson aporta un divertido Lonesome me y luego aparece la pieza maestra de Marty Robbins, El Paso, que no es sino otra historia de pistoleros, esta bastante larga. Sigue la línea festiva con Always late, de Lefty Frizzell, uno de los maestros del honky tonk, o sea, estilo tabernario, dicho sea sin ánimo peyorativo (de hecho es mi estilo favorito). Bobby Helms se pone meloso (y un tanto gritón) con Fraulein, cantando a su chica alemana, claro, y después sale Johhny Horton en plan marcial con The battle of New Orleans, una marcha de la guerra de 1812. Eddy Arnold, muy reputado como crooner, se pone también honky tonker (I wanna play house with you) y la primera cara termina con una balada llena de azúcar sobre un tal Jimmy Brown, The three bells, a cargo de unos tipos llamados también The Browns.

La segunda cara es menos brillante, pero la salvan Jim Reeves con su voz cálida y su no menos cálida He´ll have to go; Hank Snow (otro clásico del honky tonk) con el lento I don´t hurt anymore, y Faron Young quejándose de la chica a la que sacó del arroyo y luego le dejó (Country girl). En conjunto, uno de mis ejemplares más preciados.

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29 marzo 2015

Flanagan 007


No sé si este fue el último título de Flanagan, pero por ahí andará. Andreu Martín y Jaume Ribera se muestran aquí un poco quejosos de que algunos lectores les dijesen que los finales eran un poco previsibles y le hacen decir a Flanagan que esta vez no nos va a contar cómo lo hizo, ya que son tan listos. Pero al final la amenaza no se cumple. Otra novedad es que incluyen al cierre una entrevista hecha por los lectores. En definitiva, parece que ya el Flanagan se les escapaba de las manos. Sin embargo, este episodio es tan entretenido como los demás. Igual destreza narrativa y mismo dominio del humor. Y parecidas limitaciones, claro. Lo de 007 es porque le ponen a Flanagan a batirse el cobre contra intereses internacionales, con el punto de partida de una ONG en la que un infiltrado está a punto de hacer una maniobra criminal con una partida de medicamentos en mal estado. Facciones rivales en Somalia, vampiresas que no se sabe para quién trabajan y persecuciones motorizadas ponen el atrezzo de esta, en el fondo, divertida parodia. Uno se deja llevar y listos.

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28 marzo 2015

Gilipedia


Salen en la Wikipedia con un concurso, o algo así, para adaptar su escritura a la ideología de género. No utilizan ese término, pero inequívocamente se trata de eso. O sea, de estropear sus escritos con puerilidades del tipo "uno/a de los/as músicos/as más conspicuos/as...", o, si no, "uno de los miembros del colectivo musical..."

Lo curioso es que inmediatamente después han venido pidiendo pasta, de nuevo. Siempre me siento tentado de echarles una mano, aunque no tengo un duro. Al fin y al cabo, es uno de los mejores productos que han venido de la mano de Internet, y yo mismo colaboro como editor. Pero si se empeñan en rollos chungos como ese, van dados. Por mi parte, estoy dispuesto a darles unos eurillos si se arrepienten públicamente de semejante atropello. Si no, ´a usté a la mierda.

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22 marzo 2015

Burlas y bufones


En la Ética a Nicómaco, Aristóteles tiene palabras bastante claras en relación con cierta polémica reciente.

La burla es una especie de insulto, y los legisladores prohíben ciertos insultos, y quizás debieran prohibir también ciertas burlas [...] En cuanto al bufón, es una víctima de su afición a hacer reír, y no se respetará ni a sí mismo ni a los demás con tal de conseguir hacer reír, aun a costa de decir cosas que un hombre de buen gusto no diría, y algunas ni siquiera escucharía.

(Libro IV, 9)

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20 marzo 2015

"Historia de la música rock, 3: Jerry Lee Lewis"


Jordi Sierra i Fabra escribió él solito la Historia de la música rock que apareció en fascículos allá por el 1981 (esa al menos es la fecha que lleva la casete que comento). Cada fascículo llevaba un LP o casete y no dudé en hacerme con el de Jerry Lee Lewis. Con el tiempo me di cuenta del valor de este producto, que reside en que las versiones no son las de los años 50, sino revisiones que el propio Jerry Lee hizo en los 60 e incluso 70 (I´m walkin´). Para mi gusto, son mejores: no tengo nada de fundamentalista en ese sentido. Me cuesta elegir alguna pieza sobre las otras: Maybelline, Great balls of fire, Whole lotta shakin´, Chantilly lace... Aun así, tengo especial simpatía por el Ring of fire, pieza country que es una excepción en el disco (el original creo que lo cantaba Anita Carter, con otro ritmo, pero lo que hace Jerry Lee se parece más a la versión de Johnny Cash). Hay también dos apreciables directos, Hi-heel sneakers y Jenny Jenny.

Por cierto que el contenido del fascículo no iba acorde con el anexo musical. Gracias a este pude enterarme de lo que fue el rhythm and blues británico anterior a los Rolling Stones: Chris Barber, Alexis Korner, John Mayall...

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18 marzo 2015

Ética a Nicómaco


Entre tantas éticas dictadas por el gusto personal, la de Aristóteles está escrita como si el autor no sintiese la menor inclinación a transgredir a cada momento todo lo que dice aquí, es decir, como guardando en el cajón el fomes peccati mientras escribe. Parece todo tan sencillo: haz esto y vivirás feliz. Hay vicios, pero sabiendo que lo son se acabaron los problemas.

Dije sencillo, pero en el sentido de que todo está cuidadosamente sistematizado. Porque se trata de una lectura densa. Aristóteles posee la cualidad de ser muy denso sin salirse del vocabulario usual. Cada palabra de esta Ética es comprensible y, sin embargo, hay que leer con detenimiento si no quiere uno perderse. Está lejos esto de ser un ensayo a lo Savater. Pero si uno consigue meterse en la cabeza todo esto poseerá un "metro de platino", para decirlo como el Pombo, para juzgar en cada momento sobre su propia actuación y la de los demás. Eso es justamente lo que nadie quiere hacer: ¡Ah, vaya usted a saber...!, cada uno es cada uno..., lo que para ti está bien... Y todas esas cosas con que nos vamos engañando.

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15 marzo 2015

Ni con cola


Cada vez que hay una campaña electoral salen a escena esos grupúsculos sin posibilidades como las diferentes Falanges, supuestos herederos del partido fundado por el que muchos han considerado recientemente el político más honrado del siglo XX. Creo que lo mejor que podían hacer esos grupos es disolverse. Pertenecen al pasado y su intento de mezclar los viejos símbolos con referencias de actualidad resulta patético. Quiero decir el yugo y las flechas o el propio nombre de Falange junto a chicas ataviadas a la última. Digo que pertenecen al pasado porque la Falange fue sobre todo una estética: esas camisas azules, esos himnos, ese saludo romano, las consignas. Todo forma parte de una época donde ideologías modernas echaban mano de viejos ídolos como una alternativa a la democracia liberal que parecía venirse abajo: fascistas, hitlerianos, la propia CEDA se apuntó. Quitada esa estética, lo que nos queda es un partido socialdemócrata con una fuerte carga de nacionalismo español. Hay sitio para eso en el espectro político, pero vestirlo de jubón y calzas lo desacredita de raíz, y ya no digamos si te pones el tahalí sobre el lacoste.

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13 marzo 2015

Ortega:

"De lo que hoy se empieza a pensar depende lo que mañana se vivirá en las plazuelas".

Cielos. Entonces, todos zombis.

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08 marzo 2015

Shakin´ Stevens: "Shaky"


Llegó un momento en que Shakin´ Stevens pudo desprenderse de los Sunsets y tener una entidad propia, por así decir. De modo que grabó un LP que no recuerdo si se titulaba Marie Marie o This ole house, porque esos fueron los singles. Buen producto, sin duda, y que tuvo el éxito suficiente como para que en su siguiente obra luciese con un aire más elegante y con el hipocorístico que crítica o público, o los dos, le habían adjudicado, Shaky. La consagración, vamos.

Le convenía no elevarse mucho, sin embargo. Este hombre no pasaba de ser un buen imitador de Elvis en sus evoluciones en escena, incluso con más agilidad que el Rey. Pero como estrella de la canción se quedaba muy justito a causa de su voz de pito. De este disco sacaron como single You drive me crazy, un medio tiempo concebido quizá para subir en las listas de pop, que se oye con agrado y que no le va mal a su garganta chillona. Pero, para mi gusto, lo mejor del conjunto es Green door, la puerta verde de la que hablábamos aquí el otro día, convertida por fin en un rock enérgico que crea un nuevo y reforzado contexto al piano. El resto, lentos y rápidos alternando, con predominio de lo caliente. Las versiones, con excepción de Green door (Mona Lisa, Don´t tell me your troubles) no mejoran los originales, hasta el punto de que llegan a causar compasión sus esfuerzos. Pero los músicos le arropan bien.

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06 marzo 2015

Middlemarch



Hablaba el otro día de la flema británica a propósito de La muerte del corazón. No es menor la que se gasta George Eliot a la hora de narrar comportamientos deplorables como los que forman alguna de las tramas de Middlemarch. La autora (Mary Ann Evans, para los profanos) mantiene un exquisito tono neutro ante lo que los lectores no dudaríamos en calificar con los peores términos, sea la mundanidad de unas, el egoísmo de otros o la hipocresía criminal del tal Bulstrode, que constituye la última parte de la novela.
 
Y es tanto más sorprendente cuanto que no nos hallamos ante un relato objetivista, sino ante uno de los más descarados suplantadores de Dios, como diría Vargas Llosa, que pueblan la literatura. George Eliot lo sabe todo y lo explica todo de sus personajes, con una minucia y una precisión de esas que te confirman en la idea de que nunca serás un novelista. Y tiemblas ante la idea de haberte cruzado con esta mujer que podría haberte diseccionado hasta la última fibra ante cualquiera si se lo hubiera propuesto.

Las tramas, como digo, son múltiples: han de serlo en una novela que supera ampliamente las mil páginas; pero todas confluyen en Dorothea Brooke, luego Casaubon, el personaje no solo más salvable de la obra, sino incluso uno de los más ejemplares de la novela decimonónica, tan poco abundante en personajes ejemplares, y ello a pesar de cierta ingenuidad y cierta inseguridad. Ella, junto con algún otro personaje como Ladislaw, constituye la cara amable de esa sociedad mesocrática cuyos vicios han sido tantas veces retratados pero pocas con la elegancia y la sutileza con que lo hace esta mujer. Habiendo disfrutado con Galdós y Clarín, los trazos gruesos de ambos me parecen pinceladas de aficionado comparados con este alarde.

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04 marzo 2015

Los emergentes


Ciudadanos se está revelando como la alternativa racional a Podemos dentro de las alternativas a la famosa casta. Personalmente prefiero la casta, con sus mentiras y sus golfadas, a un tipo que se ha promocionado in puribus con las manos sobre la tríada capitolina, circunstancia que acaban de recordarnos en un libro firmado por varios autores que constituyen, supongo, el coro intelectual del aplauso a este fenómeno emergente. Y no dudo que Albert Rivera pueda ser un político honrado ni que suponga un poco de aire fresco en Cataluña, donde sólo un PP cada vez más desacreditado levantaba la bandera de España. Pero hay aduanas que soy incapaz de derribar, llámenme lo que me llamen los politicorrectos.

Eso por no hablar de la otra gran figura del movimiento, ese Arcadi Espada que en memorable ocasión negó el derecho a la vida a los monstruos, es decir, todos aquellos, supongo, más feos o más discapacitados que él mismo (hagamos votos porque nunca sean Daniel Craig o Monica Bellucci los encargados de poner el listón). Si voy a cuentas, acabo encontrando más gente presentable en el seno de la casta que fuera de ella. Cosa que me aterra pensando en el día de la papeleta.

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02 marzo 2015

Unos llevan la fama

George Orwell está relatando el enfrentamiento entre las facciones de izquierdas en mayo del 37 en Barcelona y de pasada recuerda a Joaquín Maurín, uno de los fundadores del POUM:

Maurín estaba en poder de los fascistas y se creía que ya lo habían fusilado.
(Homenaje a Cataluña, cap. 12)
Me voy a la Wikipedia.

(Maurín) pasó toda la Guerra Civil en prisión y no fue juzgado hasta 1944. Fue condenado por un consejo de guerra a 30 años de prisión, aunque fue indultado en diciembre de 1946. Se exilió en Nueva York, junto a su esposa y su hijo, creando una agencia de prensa y dedicándose al periodismo y a la escritura. Murió el 5 de noviembre de 1973.

Vamos, que sobrevivió con mucho al propio Orwell. Y, desde luego, tuvo más suerte que su sucesor al frente del partido, Andrés Nin. Acusado de espía fascista, Nin fue detenido por la policía bajo control comunista y entregado a la NKVD de Stalin, en cuyas cárceles fue torturado y asesinado, “al parecer por desollamiento” (cfr. Paul Preston, La guerra civil española). Otros cardan la lana.

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