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22 enero 2022
Un encuentro peligroso
16 enero 2022
La incógnita
Pero la mayor sorpresa se reserva para el final, pues la
única carta de respuesta de Equis es
para decirle a Infante que todas sus cartas se han metamorfoseado en una novela
titulada Realidad, que desvela al
fin, y por encima de las opiniones más o menos mentirosas, la verdad del caso.
Y es la cosa que Realidad existe como
novela, y que al parecer (aún no la he leído) muestra, en efecto, el sucederse
real de los hechos narrados en La
incógnita. Se trata, pues, de dos novelas complementarias.
En conclusión: que, cuando me pregunten por el mejor
novelista español del siglo XX (digo veinte) voy a mencionar a Benito Pérez Galdós, pues tan bien se
le dan esos experimentos narrativos (juego con la realidad y la fantasía, con
los puntos de vista…) que se suponen propios de la novela de la pasada
centuria. Esto de plantear una misma historia primero a través de los ojos
engañosos de sus protagonistas y luego según los hechos objetivos es de una
audacia que no se la salta un Faulkner,
y además tiene los méritos de afirmar una realidad objetiva, al contrario que
nuestros escépticos contemporáneos, y de lograr una amenidad, a base de
“gestionar”, como hoy se diría, la lengua coloquial de su tiempo, con la que
parecen estar reñidos los prousts, joyces y faulkners.
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07 enero 2022
La sinfonía de las moscas
Mercedes Salisachs narra despiadadamente la ruina moral y material de una familia barcelonesa de los 50. Al padre le toca una quiniela de catorce y el tipo se despide de su trabajo y se pone a echar canas al aire, resultando que la cantidad que le había tocado, que no era para tanto como pensaba, se va evaporando entre caprichos. El tipo vive en un barrio de mala nota con su poco ejemplar madre, con su mujer, una cuñada, dos hijos y una sobrina (que resultará también ser hija suya). Una hermana mantenida por un señorón viene a completar el cuadro. Los hijos son las víctimas de esta pandilla, más que familia. El chico quiere ser cura pero entre todos le arruinan la vocación y la vida. La chica es salvada de un intento de suicidio y comienza un limpio noviazgo que sin embargo se verá frustrado también por las ambiciones y los prejuicios de unos y otros. En un momento dado, la peste que inunda la casa, consecuencia de un atranque de agua fecal, se convierte en símbolo de toda aquella miseria. El título, tan cruel como el resto, hace alusión a la breve vida de estos insectos, de la que en el otoño ejecutan el último movimiento.
Se diría una novela de realismo social, al estilo de las de
su tiempo, pero la diferencia es clara: aquí la ruina no la causan las estructuras
injustas, sino los vicios de las personas. Tanto Paco como Julita (los hijos)
intuyen dónde está la salida, pero sus propios familiares se empeñan en
atraparles en la mala vida mientras malogran sus propios modestos empleos en un
intento de evitar la caída en el precipicio.
Por otro lado, la narración, seca, en presente, sin el menor
asomo de emoción, es mucho más artística que la media de las novelas
socialrealistas. Podría haber ganado el Nadal pero se lo llevó un desconocido Vidal Cadellans y Salisachs no la publicó hasta los años 80.
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