22 julio 2022

A contrapelo

Esta novela es una especie de “manual del perfecto decadentista”, con un protagonista, d´Esseintes, que solo una vez, que yo recuerde, se mueve de su casa para visitar Inglaterra y volver desengañado. Asistimos a un inventario de objetos para uso de decadentes: decoración, gastronomía, devociones literarias… Huysmans se muestra como un experto en este tipo de merchandising. Pero hay también una sección teológico-literaria, con un desfile de autores católicos de los cuales nos da su versión, para acabar, a propósito de Barbey d´Aurevilly, en esa mezcla de pasión por lo erótico y por lo religioso tan caro a esta tendencia, y que vemos en Rubén Darío, por ejemplo.

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21 julio 2022

La condición femenina en el Nuevo Testamento

El libro se divide en dos partes y unas conclusiones. La primera parte analiza en primer lugar el simbolismo de lo masculino y lo femenino en la Escritura, que para el Nuevo Testamento se traduce en la visión de Jesucristo y la Iglesia como unas nupcias. Se refiere también ampliamente a lo que el Nuevo Testamento refleja, sobre todo en las cartas paulinas, sobre las normas de vida práctica referidas a las mujeres. La segunda parte trata el tema de las funciones pastorales de las mujeres en la Iglesia.

Por supuesto, Grelot trata de aclarar los datos de supuesta misoginia que pueden deducirse tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. En el caso de la simbología, hay que recordar que la mujer representa la situación de la humanidad frente a Cristo, caída y redimida. En lo que se refiere a las normas de vida práctica, el autor deja bastante claro qué cosas forman parte del derecho civil de la época romana y de las costumbres de Israel y cuáles responden a la visión cristiana del hombre. Como Pablo no vino a hacer una revolución, respeta esas normas del derecho vigente en lo que estas son compatibles con la dignidad humana: el vestido, los usos sobre el matrimonio, las funciones respectivas en la asamblea litúrgica… La visión cristiana del hombre, sin embargo, pone en pie de igualdad a hombre y mujer como a “judío y griego” y “libre y esclavo”, pero afirmando su diferencia, pues “hombre y mujer los creó” Dios en el principio.

Termina el libro con un apartado sobre los ministerios en la Iglesia y la famosa cuestión de las “diaconisas”. No entra en la cuestión de si deberían acceder las mujeres al primer grado del orden sacerdotal, pero deja claro que, si bien “las mujeres participaron activamente en la vida de las iglesias” y “cooperaron notablemente al servicio de la palabra evangélica”, “no tuvieron acceso a las funciones ministeriales de presbiterado y episcopado, de pastoría y de presidencia´”. Mantenerlo así es cuestión de fidelidad a la tradición apostólica.

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15 julio 2022

Coloquio en Sicilia

Silvestre, que vive en Milán, decide volver a su Sicilia natal para ver a su madre, toda vez que ha recibido una carta de su padre en la que le comunica que ha abandonado el hogar. En el viaje, Silvestre conoce a varios sicilianos. Una vez en su aldea, mantiene curiosas conversaciones con su madre, la acompaña en su tarea de poner inyecciones a los paisanos y paisanas. Luego traba amistad con un afilador y otros personajes del pueblo, con los que mantiene no menos extrañas conversaciones a la vez que evoca, bajo los efectos del vino, a su difunto hermano que murió en la guerra, transformado, en medio del cementerio, en un soldado que repite ejem, ejem.

Iba con la idea de encontrarme con una novela socialrealista, tal me la presentaron en la facultad hace varios eones. Pero no sé de dónde sacan las etiquetas, a veces, estos señores profesores. Solo superficialmente podemos comparar esto con algo como Los bravos de Fernández Santos, como no sea en las descripciones del paisaje. Estos personajes me recuerdan más bien a una película de Fellini, cuando no a Esperando a Godot o alguna otra obra de teatro del absurdo. Con qué intención, el autor lo sabe. Elio Vittorini, se llamaba.

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10 julio 2022

Carta del más allá

Es una historia policíaca que podría haberse sostenido sola, pero a Torcuato Luca de Tena le dio por mezclarla con una catequesis sobre el purgatorio, lo que ya es original. Sale airoso del experimento, aunque no se trate, quizá, de una de sus mejores obras.

Pues es que el protagonista es asesinado al llegar a su casa e inmediatamente lo tenemos reducido a su alma en pena, pero “viendo” y “oyendo” todo lo que sucede alrededor de su asesinato. De hecho, es consciente de que su pena va a consistir en penetrar las mentes de sus parientes y amigos y darse cuenta de todo lo que hay de sucio en ellas, al tiempo que contempla la resolución de su caso. Don Torcuato es explícito al dar, por boca del difunto, pelos y señales sobre la suerte de las ánimas del purgatorio, y de ahí lo de la catequesis: el muerto sabe que está destinado a la gloria y eso le quita toda tristeza pero siente que debe purificarse antes de acceder a la visión de Dios, lo que hace de buena gana. A la vez, es capaz de sugerir actitudes a aquellos con los que se relacionó en vida, sin que estos sean conscientes de que son movidos por una presencia espiritual.

Creo que el personaje más atractivo de la novela es la detective que se encarga de su caso, a la que él ya había conocido en vida, cuando le encargó que le facilitara visitas a su hija natural, que le había vedado su padre adoptivo. La resolución de uno y otro caso revela un talento fuera de lo común pero en los límites de lo real. Alguna situación límite roza lo inverosímil, pero en qué novela policíaca no pasa eso.

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