23 diciembre 2021

Annalena Bilsini

Esto es que Annalena se muda al campo con sus cinco hijos, bueno, con cuatro, porque el otro estaba haciendo el servicio militar, aunque luego vuelve a casa… Me adelanto. Osea está casado con Gina y tiene dos niños, Primo y Secundo. El resto de los hijos son Giovanni, Bardo y Baldo, y vive también con ellos el tío Dionisio. Las vicisitudes de esta familia tirando para adelante en un entorno rural constituyen la trama de esta novela realista con toques poéticos. Los hijos dan sus quehaceres respectivos, sobre todo el Pietro, el militar, egoísta de tomo y lomo que busca matrimoniar por interés con la hija del arrendador mientras trata de seducir a su insatisfecha cuñada. Por su parte, Annalena rechaza las pretensiones del arrendador, Giannini, casado con una enferma mental… Todo ello no conduce a un desenlace destructivo, como en las novelas naturalistas de su tiempo, porque los personajes saben, como la voz narradora, que el “instinto que el Señor ha concedido al hombre [es] solo para que este pueda vencerlo”.

Desconozco si hay antecedentes o consecuentes de esta historia, pero se presta a ello, por sus posibilidades de “saga”. La autora es Grazia Deledda, cuyo nombre simplemente me sonaba. Por lo visto, es la segunda mujer a la que dieron el Premio Nobel, dato que me trae bastante al fresco.

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Puer natus est nobis

 


18 diciembre 2021

No es propio de mujeres

Otra vez Nueva Revista, 178. En esta ocasión, Antonio Rubio comenta el libro La guerra no tiene rostro de mujer, de Svetlana Alexievich:

…los mandos militares exigían a las mujeres que no se compadecieran del enemigo. Por el contrario, deberían esforzarse por odiarlo. Pero, como bien recuerda la autora, odiar y matar no es propio de mujeres.

Las que acababan entrando en esa terrible dinámica tuvieron que hacerse violencia a sí mismas, y se convirtieron en mitad ser humano y mitad animal.

Pienso en las que abortan. Si esa mitad humana acaba predominando, se suicidan o cambian de vida en sentido cristiano; si predomina la mitad animal, se hacen militantes feministas, cuyo destino no es mucho mejor que el de las suicidas.



16 diciembre 2021

¿Tiene la derecha española

autoridad moral para criticar la ley de Memoria histórica? ¿Es que no han contribuido durante cuarenta años a hacerla posible no hablando del franquismo (el régimen en el que se formaron y que hizo posible el actualmente vigente) más que para denigrarlo?

La torpeza llega al colmo (del ridículo) cuando para atacar la dichosa ley empiezan metiéndose… ¡con el franquismo! Es lo que hace Emilio Lamo de Espinosa en Nueva Revista (número 178, “España, México y la leyenda negra”) cuando recuerda, al inicio de su artículo, y para mostrar su carácter totalitario, que un alcalde franquista utilizó ante Himmler la expresión memoria histórica

En fin, lasciate ogni speranza. O, en castizo, contento me tenéis…



12 diciembre 2021

Nihil novum

John Stuart Mill, en Sobre la libertad:

No es suficiente con una protección contra la tiranía del magistrado, también es necesaria otra contra la tiranía de la opinión y los sentimientos prevalecientes, y contra la tendencia de la sociedad a imponer, por medios distintos a las sanciones civiles, sus propias ideas y prácticas como normas de conducta a quienes disienten de ellas, y contra su propensión a obstaculizar el desarrollo y, si pueden, a impedir la formación de toda individualidad discordante.

(Citado por Juan José Lavilla Rubira en Nueva Revista, 178, “Nuevos retos para un derecho fundamental”)

Cuando aquellas “individualidades discordantes”, entonces llamadas librepensadores, prevalecieron, se hubiera dicho que esa “tiranía de la opinión” iba a acabar. Sin embargo, sus herederos se aplican a “imponer sus propias ideas y prácticas” con más fuerza si cabe que los viejos órdenes establecidos.



07 diciembre 2021

Cuerpos y almas

Que esta novela fuese best-seller en los años 60 dice mucho de los lectores de aquel tiempo, porque la verdad es que no resulta nada complaciente en sus primeros capítulos, dedicados a mostrar el ambiente de las facultades de medicina en la Francia de su tiempo (hacia 1940); ambiente poco recomendable desde el punto de vista de la ética profesional, con unas descripciones durísimas de operaciones quirúrgicas y sin que veas la trama prácticamente hasta la parte segunda.

Una trama que viene dada por el contraste entre los malos médicos y el protagonista, Michel, hijo del afamado doctor Doutreval, que se entrega a su profesión en ambientes de pobreza, padeciendo él mismo la pobreza en compañía de su esposa, una antigua paciente que suscitó en él una compasión sublimada en amor. Doutreval tiene otra hija que asestará una segunda bofetada moral al egoísmo del padre y sus colegas, pues Fabienne, que así se llama, acaba aceptando el hijo que concibió del doctor a quien admiraba, contra la opinión de un padre celoso del qué dirán. Al tiempo, la propia Fabienne abandona, aun amándolo, al padre de su hijo por no comprometerlo de cara a su familia.

Novela ejemplar, pues, donde imagino que los cuerpos es lo que ven los compañeros y maestros de Michel, tipos con pocos escrúpulos a la hora de experimentar con sus pacientes, con extremos que el autor nos muestra con un desgarro inmisericorde, siempre atentos a su carrera y a brillar por encima de los demás; y las almas, aquellas que son capaces de ver personas como Michel o Fabienne, sujetos de un amor que les predispone a recibir la gracia divina. De hecho, “detrás del amor al prójimo está el Bien, está Dios. Cada vez que el hombre ama algo que no está sujeto a él, es, conscientemente o no, un acto de fe en Dios. Solo existen dos amores: el amor a sí mismo y el amor a Dios”. Palabras con que Maxence van der Meersch cierra la novela, a modo de conclusión, por si no la habíamos sacado nosotros.

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