31 diciembre 2009

Cierro hasta Reyes

Ustedes tengan un feliz 2010.

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28 diciembre 2009

La estafa


Una novelita del montón, de un autor que escribe sólo correctamente. Creo que García Viñó está como una regadera, no sólo ahora, que por supuesto, sino cuando escribía que Andrés Bosch era el novelista más importante surgido tras la guerra civil. Lo que es la amistad. El caso es que el tratamiento del tema me parece más bien superficial: el emigrante que espera mejorar de fortuna no sólo material sino vital, y que se ve abocado a la frustración. El emigrar como metáfora de la esperanza, de esa esperanza trascendente que estos días nos ha explicado tan bien Benedicto XVI, y que no se cumple con el mero cambiar de país o de oficio. Ahora que digo esto, caigo en que La estafa puede servir de ilustración de esta encíclica, en el sentido de que nos muestra dónde no está la esperanza. Pero también, con un matiz más positivo, presentándonos al hombre como ser con esperanza, siempre defraudada (cuando la busca uno donde no está) pero siempre resurgiendo. Bosch lo hace con una narración muy cinematográfica, digamos muy a lo nouvelle vague, con mucho protagonismo de los escenarios y diálogos banales. No está mal, pero bueno.


Nota redactada en enero del 2008


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27 diciembre 2009

Real Orden

por la que se establece una sanción mínima de traslado a Somalia y reprobación pública para todo aquel plumífero, comunicador radiotelevisivo o contertulio que fuere sorprendido empleando alguno de los siguientes términos:

-de turno;
-puro y duro;
-a toro pasado;
-quieras que no;
-con mayúsculas (como ponderativo)
-ponerse las pilas;
-mire usted;
-(periodista, escritor, etc) de raza;
-a bote pronto;
-escenificar;
-real entre paréntesis;
-(de tal en tal) y tiro por que me toca;

y otras que serán especificadas en próximos anexos, sin que quepa oponer recurso o apelación.

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23 diciembre 2009

Feliz Navidad


María, que guardó escondida en la paz recogida de su corazón la Palabra viviente... pudo así llegar a ser la madre de la Palabra encarnada.

Joseph Ratzinger, Informe sobre la fe

22 diciembre 2009

Chantaje en Oriente


Pues, señor, les pareció más majo a los ocurrentes editores españoles llamar a esta novela Chantaje en Oriente, cuando la realidad es que su título era "El Levantino" (The Levanter). Qué le vas a hacer. El levantino es un gran empresario, Michael Howell, que actúa por el Mediterrráneo oriental y que sin comerlo ni beberlo se ve envuelto en las operaciones de una banda terrorista palestina y acaba metido en un follón de tomo y lomo. Eric Ambler me vuelve a convencer (lo había hecho ya con La máscara de Dimitrios) por la habilidad de su planteamiento, su dominio de las cuestiones técnicas (que puede abrumar a más de uno, pues les concede un espacio considerable) y lo creíble de las situaciones, de modo que nos parece hallarnos ante un auténtico reportaje, realizado con buena mano. Nada de erotismo y lujo a lo James Bond, nada de peleas espectaculares, y sin embargo el interés de una situación límite está ahí, y nosotros esperando con ansia el desenlace. Con todo, no se trata de un argumento típicamente policial ni de buenos y malos; sí de una historia de buena ley, con la voluntad y el azar jugando a partes iguales.

Nota redactada en diciembre del 2008

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21 diciembre 2009

Ortega decía


que Gabriel Miró era nuestro mejor escritor superficial. Yo diría que es un escritor-chupito. Tal vez no sirva para nutrir, pero qué delicia. Había pensado echarme al coleto Figuras de la Pasión del Señor, enterito. Pero creo que lo degustaré a pequeños sorbos, como se merece. Apurar un buen brandy de cuatro tragos es un desperdicio.

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19 diciembre 2009

Memoria histórica


La clase obrera ha resuelto el problema de la Iglesia sencillamente, no dejando en pie ni una siquiera.

Andrés Nin, La Vanguardia, 2 de agosto de 1936.

(Poco después, "la clase obrera" resolvió también "el problema" del trotskismo. Pero creo que eso le gustó menos.)

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17 diciembre 2009

Las mocedades de Ulises


Álvaro Cunqueiro es un tipo sorprendente. Gran vividor, experto gustador de los placeres mundanos, y sin embargo instalado en otro mundo cuando escribe sus libros: un mundo que deja chico al de La historia interminable de Michael Ende. Cunqueiro es una fuente inagotable de criaturas fantásticas, a cual más peregrina, criaturas con su propia historia a cuestas. Uno puede quedar engañado al principio por los títulos: Ulises, Simbad, Merlín, Orestes. Pero todos estos personajes son también creaciones propias, con más o menos puntos en común con el original. En este sentido, el título de su novela Un hombre que se parecía a Orestes podría aplicarse a las demás: "Un hombre que se parecía a Simbad", "Un hombre que se parecía a Ulises"...

¿Qué decir de este Ulises, que no es sino el hilo de unión de todo el enjambre de criaturas que discurre por la historia? Quizá que es, aún más, el representante de todos nosotros, de la raza humana, al hacerlo Cunqueiro atemporal: es un Ulises cristiano, y sin embargo toda la imaginería pagana está también ahí. Es un Ulises joven que ya empieza su aprendizaje como lo hacía el de Homero, lanzándose al mar y, por tanto, al mundo, sin dejar de anclar profundmente en su tierra de origen, que se llama, aquí también, Ítaca. Y es a la vez un Ulises cotidiano, apegado a los objetos de la labor diaria, a los trabajos y los días. Gallego como su autor, convive con lo mágico sin despegar los pies de la tierra.

Nota redactada en abril del 2004

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15 diciembre 2009

Dead men walking


El mejor barómetro de la educación de un país (déjense de informes PISA) es la calle. Por ejemplo, la calle Gamazo, a la altura de Colmenares, Valladolid, viernes, nueve y cuarto de la noche. Viene un grupo de chicos y chicas, como aquellos de Karina que cantaban Viva la vida y arriba el amor. Sólo que estos emitían ladridos. Literal: gua, gua, gua. A intervalos, se destacaba un solista:

-¡ME CAGO EN...! (La última sílaba se prolongaba como un grito de guerra orco).

Y siempre el coro: ¡GUA, GUA, GUA!

Y de nuevo el solista: ¡ME CAGO EN...!

Y así hasta que los perdí de vista. Era un informe PISA con patas. Era la logse caminando. Era el sueño de Alfonso Guerra ("ni la madre que la parió") hecho cuadro surrealista.

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14 diciembre 2009

Bueno, tan común, tan común...


Lugar común, por lo demás muy exacto, es decir que el cristianismo ha dado a la mujer (tratada, sobre todo en Oriente, como objeto de propiedad) el sentido de su dignidad y de su libertad personal.
Jacques Maritain, Humanismo integral

A ve si se enteran nuestras socialistas, por ejemplo, O el propio jefe del ejecutivo. Dos mil años de discriminación, decía el tío, sin alterársele la ceja.

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12 diciembre 2009

La velocidad de la luz


Pues no desmerece, esta segunda novela de Cercas, de Soldados de Salamina, e incluso estoy por decir que es mejor, porque aquella parecía deudora en exceso de algún reportaje que él hubiera llevado a cabo sobre el asunto Sánchez Mazas y plasmado en novela a falta de otro sitio mejor. Aunque ahora que lo pienso, La velocidad de la luz también tiene mucho relleno de películas sobre la guerra de Vietnam.

Ya se ve que parece imposible hablar de La velocidad... sin referirse a Soldados... Como ésta, se divide en partes bastante heterogéneas pero en modo alguno inconexas. Por un lado está la peripecia de Rodney Falk, excombatiente de Vietnam, algo tópico, pero es un tópico al servicio del propio plan del autor. Por otro lado, la de Cercas, ya que también aquí nuestro hombre crea un otro yo que podría haber sido, con parte de realidad y parte de ficción. Ambos son presa del mal. Rodney probablemente del mal de los otros (y aquí lo de menos es lo acertado o no de los juicios sobre la guerra de Vietnam) y Cercas del mal que está en su propio interior, víctima de la borrachera del éxito, de la que le redime -muy artificialmente- la propia creación literaria.

Nota redactada en diciembre del 2007

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11 diciembre 2009

Oriental Express


Me he enamorado de una chica que toca el haegeum. Y lo siento por el bajista, esa fiera, pero creo que ella le va a robar protagonismo allá donde vayan.

10 diciembre 2009

Desierto


Para la comunidad cristiana hay dos peligros inversos en una época como la nuestra: el peligro de no buscar la santidad sino en el desierto, y el peligro de olvidar la necesidad del desierto para la santidad.


Jacques Maritain, Humanismo integral (1936)


Hoy ambos peligros parecen conjurados (el primero es un prejuicio en el vulgo y el segundo una mala noche en la Iglesia). Pero no deja de sorprender cómo cada renacimiento espiritual (o cultural) ha sido atisbado, y en cierto modo preparado, por mentes privilegiadas.
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09 diciembre 2009

Pasenow o el romanticismo


En el fondo, el drama de Pasenow, como el de muchos otros personajes de esa época (y, por consiguiente, también de sus creadores), es el no haber sabido distinguir lo esencial de lo accidental dentro de la famosa "caída de los valores". Si he comprendido bien el asunto, a Joachim von Pasenow le acomete el escrúpulo a la hora de casarse con Elisabeth y consumar el matrimonio, pues ha traicionado las convenciones de su mundo al enamorarse de la cocotte Ruzena. O todo o nada: o me convierto en el amante de Ruzena y mando al demonio el uniforme, o soy fiel al uniforme y, por tanto, al matrimonio con una de mi clase.

Si oímos hablar a Eduard von Bertrand, el comerciante, el traidor al uniforme y a los valores, nos parece estar ante un hombre de nuestro tiempo, en el que el sentido común se impone ante los convencionalismos agobiantes. Para Pasenow, echar abajo esos convencionalismos significa tirar también por la borda el matrimonio, el honor... (la muerte de Helmuth en duelo tiene mucho de simbólico). Sin embargo, Broch parece ofrecer un rayo de esperanza, esperanza en que Joachim acabe de comprenderlo, gracias a la encantadora Elisabeth y al fondo cristiano del propio Joachim, que viene al final en su ayuda. Mihura planteó el mismo asunto en clave de humor (Tres sombreros de copa), pero sin el rayo final de esperanza. Exquisita la prosa de Broch y delicioso el desafío final del novelista a sí mismo y a los lectores.

Nota redactada en septiembre del 2000

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08 diciembre 2009

Sine labe


Escuché hace poco una homilía imponente sobre el matrimonio de María y José. Se puede hablar mucho acerca de ello y convencer más o menos. Pero de lo que no me cabe duda es de que José era feliz sabiendo que iba a contraer un matrimonio virginal. Con ella, claro.

Inmaculada... Tanto, que el mero hecho de tocarla debía de repeler al pensamiento. Es posible que incluso la cláusula de virginidad, por así decir, le produjese alivio. Y, a la vez, qué dicha, vivir con ella en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la pobreza, y amarla y respetarla todos los días de su vida...

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07 diciembre 2009

Ma quale idea

Lo importante, me parece, es que ser español (como ser colombiano o polaco) no consiste en querer serlo, o en sentir que se es, o en compartir, o no, una idea de España. La idea de una idea de España se maneja mucho, precisamente, para tratar de obtener con ella una especie de borrado de la realidad en función del cual el hecho de ser español desaparecería ante la existencia de un sentimiento o voluntad de no serlo. La pretensión es tan quimérica como podría serlo la de vivir en el siglo XXIII o la de no querer oír hablar de fútbol, ensoñaciones delicadamente exquisitas pero enteramente sin sentido en este crudo momento de la historia.

José Luis González Quirós, "¿Es una buena idea hablar de la idea de España?", en Cuadernos de pensamiento político, 23

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06 diciembre 2009

La casa de Aizgorri


Una novela con final feliz de un Baroja joven y algo romántico. Curiosamente la historia acaba con una "aurora roja", como el título de una de sus obras posteriores. Aquí está la doncella menesterosa (aunque fuerte) y su paladín; el antagonista que quiere llevarse a la doncella y matar (simbólicamente) a su padre; el médico bueno, el viejo cabezota y patriarcal, la dueña sentenciosa y experimentada... Pero todo ello en una Vasconia perfectamente reconocible. Las espadas y los caballos han sido sustituidos aquí por el espíritu empresarial, el trabajo y el capital. Con todo, el amor sigue siendo motor importante de las acciones. Bueno, la cosa es que la destilería de don Lucio está en quiebra y dos caballeros compiten por Águeda, la hija del dueño: Díaz, líder sindical (el malo), que intenta que un francés se quede con la empresa; y Mariano (el bueno), industrial que suda tinta para comprar la destilería y convertirla en un negocio que no sirva a la degeneración de la raza. Aviso: está en forma dialogada, a lo teatro.

Nota redactada en mayo del 2009

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05 diciembre 2009

El triunfo de Don Juan

No, no es un libro. María Isabel González Roncero define a Don Juan (el de Tirso) como "el hombre capaz de enfrentarse a Dios a través del pecado y lo hace de la forma más simple, desobedeciendo. Pero para ello hay que atreverse, porque el temor de Dios está en el fondo de su actuación que él sabe pecaminosa. Su pecado implica soberbia, pues es desobediencia a Dios y por él se convierte en un ser libre ya que puede hacer el mal si le place". (Per Abbat, 9)

En esta definición subyace esa concepción de la libertad como independiente de la verdad, es decir, de Dios, que Juan Pablo II condenaba en la Veritatis Splendor como una de las desfiguraciones de la moral en nuestro tiempo. Sólo hay una diferencia, quizá, y es eso de que Don Juan "sabe pecaminosa" su actuación. Por lo demás, en la medida en que nuestro tiempo ha erigido la libertad personal como único criterio de actuación, puede decirse que Don Juan ha triunfado al fin, lo que daría al personaje de Tirso un carácter profético.

Pero, ¿ha triunfado también en lo que es su característica más saliente en la memoria popular, es decir, su condición de seductor? Aunque no lo parezca, sí. Pues el efecto más cierto de ese uso vicioso de la libertad hoy entronizado no es otro que la burla de la mujer, a la que se le engaña con una presunta liberación mientras queda convertida en juguete del egoísmo del macho. Como decía Kinsey Millhone, el personaje de Sue Grafton, "no sé a cuántas prostitutas dejamos sin trabajo por repartir favores sexuales en nombre de la libertad. ¿En qué estaríamos pensando?"

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01 diciembre 2009

Una greguería de Pemán

¿Por qué el amanecer de los poetas nuevos tendrá ese tono torturado, tan lejano de los apacibles amaneceres de Virgilio o de Fray Luis?

Muy sencillo: porque Fray Luis o Virgilio cantaban el amanecer del que se levanta, y los poetas nuevos, el amanecer del que va a acostarse.

(En De Madrid a Oviedo, pasando por las Azores)

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30 noviembre 2009

Problemas de la novela contemporánea


Es significativo que el autor hable de "problemas" para referirse a la novela de nuestro siglo, y no de "características" o algún término similar. Se trata de un objeto raro, por lo visto, algo tan diverso de lo que conocemos por novela en general que no cabe sino referirse a ella como a algo patológico, algo que ha experimentado un cambio morboso. Y es llamativo que el tema fundamental de La montaña mágica, título incuestionable en la novelística del XX, sea este: el de la enfermedad. Quizá la clave esté en algo que dice Baquero Goyanes en esta conferencia: que sin elemento humano no hay novela. Y es el hombre el que está enfermo en nuestra época. De un hombre problemático sólo cabe que surja una novela problemática. Y en este sentido el trabajo de Baquero me parece de una enorme lucidez. El tratamiento del tiempo, la dialéctica entre individuo y colectividad, el colapso del elemento argumental en pro de los artificios técnicos, todo ello acaba configurando un diagnóstico bastante acertado de lo que es la obra de los novelistas... (cómo se llamará nuestro siglo en el inmediato futuro?) ¿vigintianos? (¡qué espanto!). Y, por destacar algo, me alegra que coincida conmigo en esa apreciación sobre La montaña mágica: que Thomas Mann consigue hacer del tiempo un personaje, y el peresonaje central de su novela.

Nota redactada en febrero de 1999


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28 noviembre 2009

Violencia de edad

Es significativo que se haya hecho coincidir el "día contra la violencia de género" con el debate sobre la ley del aborto en el Congreso. Significativo porque deja bien a las claras quién tiene aquí derecho a vivir y quién no.

En realidad, eso de la violencia de género se reduce, por lo general, a los siguientes casos:

-el clásico coime que golpea a la coima para demostrarle quién manda, y ella encantada (dígalo Jesús Neira);

-el vejete enfermo de demencia y hastío a quien le da un pronto y se carga a la mujer (y a veces se suicida luego);

-el borracho que en medio de una de sus poderosas trompas la emprende con el más débil (quien es cobarde para dejar un vicio lo es para elegir a sus víctimas).

Para luchar contra todo ello la receta es vieja y sencilla: buena educación, buena administración de justicia y asistencia social. Lo demás es retórica y rótulos peregrinos como ese de "violencia de género", un fantasma apuntalado por quienes envidian secretamente a las coimas susodichas.

Y que sirve para tapar la auténtica lacra: la "violencia de edad"; la que se ejerce por los adultos contra el no nacido. Ese sí que es un concepto lleno de realidad y de lamentable actualidad.

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27 noviembre 2009

De recato, se habla


Aquí me acuerdo, señora Leonarda, de aquellas primeras palabras de la tragedia famosa de Celestina, cuando Calisto le dijo: "En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios". Y ella responde: "En qué, Calisto?" Porque decía un gran cortesano que si Melibea no respondiera entonces "¿en qué, Calisto?", que ni habría libro de Celestina, ni los amores de los dos pasaran adelante.

Lope de Vega, Novelas a Marcia Leonarda

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26 noviembre 2009

Ámbito


Lo que sorprende, en una mirada superficial, de Ámbito es la elaborada estructura (no la voy a contar, véase sin más), y me pregunto si sería un capricho o respondería a una intención bien meditada. En fin. Aquí tenemos a un Aleixandre aún no surrealista, sino metido de lleno en eso que llamaban la poesía pura, casi siempre entre comillas. Lo que (aquí por lo menos) no significa ausencia de hálito humano.

La noche es el motivo central del poemario, esa noche que, iba a decir desde Novalis, pero no, claro, desde san Juan de la Cruz es ámbito propicio para los encuentros, para los descubrimientos más allá de la razón. "Campo desnudo. Sola la noche inerme. El viento insinúa latidos sordos contra sus lienzos". Lo orgánico y lo telúrico no hallan nunca fronteras en la poesía de Aleixandre. "Venías cerrada, hermética, a ramalazos de viento crudo, por calles tajadas a golpe de rachas, seco". Tampoco hallan fronteras lo sólido y lo incorpóreo. Es más, toda realdad acostumbra a tomar cuerpo. Lo que ocurre rara vez es que algo (y sobre todo un ser humano) se singularice, y por eso sorprende saber que el R. S. al que va dedicado "Retrato" es Ramón Serrano Suñer, nada menos.

"Su lengua -sal y carne- dice y calla. La frase se dilata, en ámbito se expande y cierra ya el sentido, allá en lo alto -terraza de su frente- sobre el vivaz paisaje". Ahí es nada, el cuñadísimo extendiéndose como una figura de Dalí. En fin, Aleixandre.


Nota redactada en enero del 2006.


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25 noviembre 2009

Dos cositas

Oigo que algún socialista ha propuesto compensar a los descendientes de los moriscos expulsados de España en el siglo XVII. Me lo creo. Dice Paola Binetti que se puede defender la vida desde un partido de izquierdas. No digo que no. Lo que me pregunto es qué necesidad hay de ello, pudiendo hacerlo desde la racionalidad. Ello puede consolar a quien no tenía más motivo para no ser de izquierdas que la cosa del aborto. Pero esa persona, ¿vive en la tierra o en los mundos de Yupi?

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Dicen que esos de SEGI que han detenido estaban intentando reestructurar la ETA. Ah, estaba desestructurada. Va a ser por eso por lo que no han acudido como campeones a liberar a sus paisanos atuneros a punta de pistola, o a ofrecerse como guardia de seguridad en las embarcaciones. Los estaba esperando de un día para otro, pero no.

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24 noviembre 2009

Esos cristianos intolerantes


Todo un capítulo [de la Institutio oratoria de Quintiliano] trata sólo de la lectura de los poetas (lectio). Únicamente hay que leer a los poetas valiosos desde el punto de vista moral (párrafo 4); afortunadamente, continúa, se está comenzando a estudiar a Virgilio en las escuelas; también hay que leer a los poetas líricos, pero escogiendo entre sus obras; el mismo Horacio contiene pasajes que Quintiliano no quisiera ver explicados en las aulas; Quintiliano excluye totalmente la elegía erótica; recomienda, en cambio, la comedia [...] Por lo demás, se ve que Quintiliano era más severo que los monjes y clérigos de la Edad Media cristiana, los cuales, como es bien sabido, hicieron abundante uso de Ovidio en la enseñanza escolar, por lo menos a partir del siglo XI.

Ernst Curtius, Literatura europea y Edad Media latina.

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23 noviembre 2009

Miss Giacomini


Miss Giacomini es más una abstracción que un personaje. De hecho, no interviene nunca en la novela aunque todos hablan de ella. Es, por un lado, el revulsivo que destapa las miserias de todos los habitantes de la ciudad. Prejuicios, vanidades, inquinas, todo ello en rescoldo hasta que la llegada de la funambulista lo hace arder. Por otro lado, parece la aspiración a algo más sano, fuera de las rutinas y las simulaciones en que todos viven. Llevada a este plano de abstracción, la pintura moral y social cobra una dimensión nueva, aunque hay mucho de Clarín en ella, así como de Valle-Inclán. Al inicio de la novela, en esa curiosa especie de sinopsis que hace Villalonga, define a su personaje como un huracán. Y, en efecto, esa es la palabra adecuada, pues Miss Giacomini causa el efecto de un tornado que llega, arrasa y desaparece sin más, ajeno a los desastres que ha causado.

En suma, se trata de un planteamiento original que es la mayor baza de este cuento largo cuyo tema, por lo demás, ha sido contado mil veces.


Nota redactada en marzo del 2009. El autor es Miguel Villalonga, hermano del autor de Bearn. De él dice Trapiello que es "uno de esos escritores a los que periódicamente se ensalza, pero que nadie lee". Era toda una provocación.


Por cierto, que el libro se publicó en 1941. Otra florecita en el "páramo".

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21 noviembre 2009

Si recte facies


Todos sabemos que pagar un rescate es cooperar al mal: por eso es delito. Todos sabemos, también, que es inútil pedir a la familia de un secuestrado que no pague, si puede hacerlo. Por eso, por el dilema angustioso en que sume a unos y otros, el secuestro es uno de los crímenes más viles que cabe imaginar, para el que estaría justificada la pena de muerte, como está justificado eliminar una plaga de ratas.

Lo que no tiene excusa es que sea el gobierno de una nación quien pague un rescate, como no sea parte de un plan de acción que incluya dar caza a los secuestradores. En ese momento, el gobierno ha defraudado a sus ciudadanos. No nos pilla de sorpresa con el ejecutivo español, que nos tiene acostumbrados al chalaneo con criminales (los de la ETA también son secuestradores, no hay que olvidarlo). Pero aunque reciba el apoyo de una mayoría perruna, ese gobierno ha quedado deslegitimado y merece la misma consideración que los delincuentes con los que trapichea. Lo que decían de los reyes, "serás rey si obras rectamente; si no, no lo serás", es perfectamente aplicable a los actuales ejecutivos democráticos.

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20 noviembre 2009

Nihil novum

... basta leer cualquier papelucho para ver que esto se desquicia... ¡Qué desorden de ideas, qué osadías, qué falta de pudor, de vergüenza...! Ya no se respeta nada, ni el sagrado del hogar, ni la familia. La Religión es escarnecida, y los derechos del Estado son cosa de risa. La turbamulta avanza, la asquerosa plebe asoma las narices...

Francisco de Bringas, en Tormento, de Benito Pérez Galdós

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18 noviembre 2009

Claves líricas


Toda la primera obra de Valle-Inclán, aun valiosa de por sí, parece una preparación para su estética definitiva, el esperpento. Este se halla latente, en mayor o menor medida, en su producción de la primera etapa. La pipa de kif es como la culminación de su obra poética, un volumen único por su originalidad, al utilizar las técnicas modernistas como cauce para un ejercicio de caricatura difícilmente igualable. Parafraseando lo que dijo Cernuda de Aleixandre, pddría decirse que "el expresionismo encontró en Valle-Inclán lo que no encontró en su patria de origen: un gran poeta". Esto a falta de poder conocer a Trakl, claro, maldita miseria esta de la barrera idiomática.

De todos modos no debo olvidar el deslumbramiento causado por los otros dos libros, Aromas de leyenda y El pasajero. El primero es un alarde de magia y sensorialidad modernistas aplicadas a un escenario concreto, el gallego. Aparte de la belleza intrínseca de los poemas, tiene un especial encanto esa ocurrencia de rematarlos con esa especie de "jarcha" en gallego. Y qué decir del simbolismo de El pasajero, con toda la fascinación del esoterismo que encandilaba a los espíritus soñadores del fin de siglo. Pero, con todo, insisto, lo que más sorprende en Valle es cómo conjuga, sin que resulte desagradable al paladar, la belleza más refinada con esporádicas salidas de tono que anuncian el esperpento: ese "gañido" de sed de un perro en medio de la "mítica tragedia de rojas espadas" que es la aurora.

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16 noviembre 2009

Logse y otras películas de miedo.

¿Se creían la LOGSE sus propios autores, como niega Atiza? Chi lo sá. ¿Se creían los socialistas utópicos sus teorías? En todo caso, lo malo no es habérselo creído en un momento dado, sino el no rectificar a la vista de los resultados y ofrecer más de lo mismo, con la LOE. Si mi política ha hundido la empresa, continuar con ella sólo quiere decir que me encanta ver la empresa hundida. O que estoy al servicio de otros intereses que requieren el hundimiento. Eso es lo malo. Lo peor, que cuenten con tantos cómplices en la propia empresa.

...

Alegra leer lo que dice Randa Ghazy sobre el crucifijo y los católicos que conoció. Me recuerda, por contraste, a lo que muestra Marjane Satrapi en Persépolis. La película, bien realizada y graciosa, rezuma una corrección política que se perdona por lo que tuvo que sufrir la autora, tanto bajo la opresión de los ayatolás como a manos de la permisividad occidental. El caso es que, al parecer, tampoco tuvo la suerte, Satrapi, de conocer cristianos amables, y las monjas que allí aparecen resultan tan odiosas como los propios imanes jomeinistas. ¿Por qué no nos haces un cómic, o una película, Randa? ¿Por qué siempre los hijos de las tinieblas son más sagaces etc. etc...?

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Aún me lo estoy preguntando cuando encuentro esto. ¿Y para cuándo el film Paracuellos?

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14 noviembre 2009

Quiero estar allí

La atmósfera era de un frescor tan delicado, tras el bochornoso día, que incluso podía imaginarse que en la noche de verano llovía rocío y luz de luna líquida con un toque gélido, vertidos por una jarra de plata. Aquí y allá, unas cuantas gotas de ese frescor se esparcían sobre un corazón humano, lo rejuvenecían y este sintonizaba con la eterna juventud de la naturaleza.

Nathaniel Hawthorne, La casa de los siete tejados

(No me atrevo a buscar una imagen que lo ilustre)

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13 noviembre 2009

Genocidio educativo


Decir que este es un libro alarmista no resulta peyorativo: siempre será poco lo que se clame contra el destrozo de la educación española perpetrado desde los 80 para acá. El proceso me hace evocar siempre las escenas de El Padrino donde, mientras los Corleone bautizaban a uno de sus vástagos entre fastos sacros y efusiones de ternura, los esbirros se entregaban a la liquidación sangrienta de los capos rivales. En España, desde hace dos décadas, los Marchesi y sus sucesores han producido libros blancos, cajas azules, decretos, currículos, reglamentos, kilos de esdrújulos pomposos que querían convencernos de que por fin tendríamos los ciudadanos ideales de una república (en el más amplio sentido) democrática. Mientras tanto, en los institutos, se masacraba mobiliario, cedían nervios, cundía el miedo, se titulaba a cuadrúpedos. Cuando los responsables de todo ello (objeto del más inexplicable temor reverencial) abandonaron el poder, empezaron a aparecer libros denunciando el atropello. Este de Pascual Tamburri no añade gran cosa pero posee el valor de describir el tipo de hombre que el espíritu de la LOGSE ha producido de manera consciente y deliberada.

Nota redactada en enero del 2008


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09 noviembre 2009

Desahucios. Hipócrates. Sexismo.

Vuelve Juan sin Tierra. Aquel rey sin entrañas que despojaba a sus súbditos friéndoles a impuestos y dejándolos en la calle. Ahora no tiene rostro ni poder ejecutivo, pero es tan frío y eficaz como los esbirros del usurpador. Y me temo que esta vez no hay Robin Hood. Sólo una parodia de tal al frente del gobierno. Cielos.

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Qué triste lo de Amenábar. Él haciendo panfletos contra los cristianos y ahora todo el mundo se dice cristiano... para apoyar la ley del aborto. Sólo les falta clamar contra el paganismo, porque pagano era Hipócrates, el que hacía jurar a los médicos que no administrarían abortivos ni practicarían eutanasias. Esto es España, Alejandro.

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"Ninguno será más que yo", "ninguna será menos que yo"... Estuve por escribir algo sobre esto, como Enrique. Ahora que leo lo suyo me alegro de no haberlo hecho. Sólo añadir que los anuncios de marras sugieren además otra cosa, un artículo fundamental de la ideología de género, a saber, que el pecado original del sexismo es patrimonio del macho. Véase que la hembra nunca se propone dejar de minusvalorar a sus hombres, sino sólo que evitará que sus hombres la minusvaloren a ella. En cambio, el macho, contrito, hace votos de no subestimar a sus mujeres, pues no se plantea que ellas podrían someterle a tal humillación, en estado de prístina inocencia como se hallan.

Me fascina la publicidad. En particular, la publicidad PC me provoca raptos de alborozo.

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06 noviembre 2009

Qué mala prensa tiene la prensa

[La leyenda] en algunas ocasiones saca a la luz la verdad que la historia ha dejado escapar, pero... la mayoría de las veces no es más que el insensato balbuceo del tiempo, como el que se relataba antes en torno al fuego y que ahora cuaja en los periódicos...

Nathaniel Hawthorne
, La casa de los siete tejados

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05 noviembre 2009

La poética de la ironía


Lo más peculiar de este estudio es que termina y no se ha dado una definición satisfactoria de su objeto de estudio. Bueno, sería peculiar si no supiéramos lo difícil que es definir la ironía, aunque todos la identifiquemos, pues va más allá del mero "dar a entender lo contrario de lo que se dice". Sí que nos enteramos, en cambio, de todas las posibles definiciones que se han dado.

La obra está dividida en tres partes. La primera repasa los tipos fundamentales de eso que se ha llamado ironía en el transcurso de la historia: la ironía socrática, la de situación ("ironía del destino"), la verbal y la romántica. He de decir que este último concepto no dejó de sorprenderme, pues siempre pensé que el discurso romántico era el menos proclive a la ironía. En fin, la segunda parte se dedica a los diversos elementos que rodean la práctica de la ironía: la entonación, la complicidad... así como su interpretación y su relación con otros conceptos como la parodia, el sarcasmo o el humor. La tercera nos acerca a tres ensayos recientes sobre el tema. No quiero dejar de hacer notar la sorpresa que me produjo el autor cuando, como quien no quiere la cosa, casi al final se descuelga: "contar una historia es necesariamente preguntarse sobre la verdad de los seres y de las cosas cuando no es perseguir objetivos morales, incluso abiertamente moralizadores". Afirmación rotunda y arriesgada, pero, como hoy dirían, valiente.

Nota redactada en abril del 2004. El autor de La poética de la ironía es Pierre Schoentjes.

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04 noviembre 2009

... que un maestro finés de escuela

A pesar de lo de ayer, Enrique, no me iré a Finlandia. El artículo dice también que los profesores, allí, cobran sobre todo en prestigio, pero para vivir con cierta holgura tienen que dar clases de refuerzo. Lo que repercute, por otra parte, en la calidad del sistema, pero deja a los pobres un poco como los viejos maestros de escuela del dicho popular: una fuerza viva mal alimentada.

Sobre lo que dice Altea, allí lo de la patada está resuelto: no se tolera a nadie que altere el normal funcionamiento de la clase. Esos, cuando los hay, van a currar a la cocina (hay siempre comedor escolar) o a realizar otros trabajos, pero aparte. O sea, patada, en efecto.

La contrapartida está en lo de Juan Ignacio: en efecto, muy buena educación, pero me pregunto cómo se evitará la escalada de suicidios en un país donde un embrión humano no es más digno de respeto que una lagartija. Así, lo de profundizar hasta las raíces y remontarse a las estrellas no dejará de ser, Ljudmila, una bonita frase. En fin, ya se ve que no se puede tener todo. Lo malo de España es que tenemos cada vez menos. Incluso de pelas.

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03 noviembre 2009

Yo me voy a Finlandia

Todos los representantes del Finnish National Board of Education coinciden también en afirmar que la supresión de la función inspectora en 1994 supuso un enorme salto cualitativo, una inyección de excelencia y calidad para el sistema educativo de su país. La administración ya tiene publicado su National Core Curriculum... y eso ahorra un montón de trabajo administrativo (revisión de las programaciones, etc.) que en España corre a cargo de la función inspectora. Por otro lado, los profesores finlandeses, a decir de sus "jefes", están muy bien preparados y cuentan con un enorme prestigio social; en consecuencia, la administración ha de confiar en ellos, ha de depositar en ellos la responsabilidad última de la calidad de la educación. Casi no hay reclamaciones de las calificaciones, por ejemplo, y éstas se resuelven siempre dentro del centro. Los profesores y nadie más que los profesores son las autoridades educativas; ante los alumnos, ante los padres y ante la administración. No hay más guardabosques que los profesores. El resultado ha sido un aumento del prestigio de los enseñantes y una mejora del clima en que se desarrolla su trabajo.

Francisco Giménez Gracia, "El bosque educativo finlandés", en Cuadernos de Pensamiento Político, 23

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29 octubre 2009

Pablo y Virginia


Decididamente, el XVIII fue el siglo de los ingenuos. Pablo y Virginia son unos adolescentes angelicales, preservados del mal por la naturaleza y capaces de morir de amor, un amor que, por supuesto, nunca es carnal. A pesar de los esfuerzos de la editora, María Luisa Guerrero, es una novela que hoy no levantaría pasiones sino carcajadas, y se justifica su inclusión en el Depósito de la biblioteca de donde lo he sacado. Queda como testimonio, eso sí, de la filosofía de una época, de la época del prerromanticismo, ingenuo, como digo, y llorón.

Resulta que dos mujeres van a parar a la Isla de Francia (actual Mauricio) con dos tragedias diferentes. La una, Margarita, madre de Pablo, ha sido abandonada por su seductor; la otra, señora de La Tour, ha enviudado con una hija, Virginia. Los dos chicos crecen como hermanos, en una naturaleza idílica, alejados de todo mal pensamiento, alejados de ese siglo malvado que sus madres han dejado atrás. Es curioso, nos aparece aquí un tipo de familia alternativa de esas que tanto gustan a los progres de hoy: nada menos que dos madres. Y además nunca riñen ni nada parecido.

El caso es que ambos muchachos tienen ocasión de demostrar su virtud ayudándose a sí mismos (cómo me reí con aquello de Pablo llevando a cuestas a Virginia por el bosque, descalzo y en medio de una tempestad) y a los demás. Y al final Virginia morirá por culpa del mundo canalla, en otra tempestad. Quizá lo que más valga sea el discurso del vecino, al final.


Nota redactada en mayo del 2002. No se entienda que me muestro escéptico sobre la virtud ni sobre la pureza de una relación amorosa. Lo que critico es el rousseaunianismo de la obra, o sea, que eso, aquí, lo da la naturaleza, y no la educación ni el autodominio.

Por cierto, el autor es Bernardin de Saint-Pierre


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28 octubre 2009

Creencia y fe

En todo caso mi creencia en Dios no era una creencia interesada pues no la creía merecedora de compensaciones ultraterrenas. Creía en Dios porque tenía el conocimiento, sin prueba, de su existencia. Creía en Dios porque otros creían en Él, igual que creía en Asia, sin conocerla, fiado tan sólo del testimonio de los demás. En último análisis, a lo definitivo, creía en Dios no por la prueba de su afirmación, sino por la de su negación. Yo había bajado en vida a la Sombra y este conocimiento era suficiente, más que sobrado, para creer. Pero creer no implica, por lo menos en mi caso, tener fe. Si yo tuviera fe, la causa no se habría enseñoreado de mi vida. Sólo una vez sentí más que fe, la necesidad de tenerla. Pero eso fue hace mucho tiempo...

Pablo Cossío, narrador de La gota de mercurio, de Alejandro Núñez Alonso. La causa es la oscura razón que le empuja al suicidio.

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27 octubre 2009

Cogeces, pueblo ejemplar

Si en Castilla y León hubiese un "Premio al pueblo ejemplar", como el que concede la Fundación Príncipe de Asturias en el Principado, pocos podrían reclamarlo con tanto mérito como Cogeces del Monte. A Sobrescobio se lo dieron por sus "iniciativas sociales y culturales". El ayuntamiento de Cogeces aprobó el presente año (y puso en práctica) la mejor, probablemente, de todas las iniciativas sociales: la de incentivar la natalidad. Seiscientos euros por hijo concebido. Una pareja de inmigrantes búlgaros recibió el primer cheque.

Claro que, de existir ese premio, probablemente se lo dieran al pueblo que hubiese hecho un carril bici o un programa de orientación afectivo-sexual para la tercera edad.

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26 octubre 2009

Es otoño en Crimea


Hacia 1975, la novela española empieza a abandonar el experimentalismo y a recobrar el gusto por la trama. Se vuelve a la intriga, la historia, los amores. En esta línea se inscribe esta obra, aparecida en el 85, obra de un prestigioso y experimentado crítico que ha echado varias veces su cuarto a espadas en el género narrartivo. ¿Con fortuna? Pues, vamos a ver:

No puede decirse que su historia resulte "apasionante": uno sigue con interés (y gusto) la peripecia de Chawley, el adolescente español residente en Londres no se sabe porqué y huérfano cuando empieza el relato; y del aventurero Duncan Reid, misterioso hasta cierto punto y de pasado nunca esclarecido por el narrador. Pero me parece que ambos decepcionan como personajes, quizá porque la trama, endeble trama, no interacciona con ellos lo suficiente. Quiero decir que la frágil evolución que en ellos se produce, si se produce alguna (¿descubrimiento del amor?, ¿desengaño?) no parece fruto de los acontecimientos, sino forzada por el autor. Mala cosa. Pero digo que se seguía con gusto porque Carlos Pujol es un excelente estilista, cuyas descripciones de la guerra en Crimea (que me recordaron, y es un elogio, al Imperio del sol de Spielberg) pueden figurar como modelo de ejercicio retórico en un buen manual.

Nota redactada en agosto de 1999

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25 octubre 2009

Madonna del Magnificat


Era esto en Florencia ante la redonda pintura de Botticelli, que representa la Virgen del Magnificat entre los ángeles cantores, aquella en que Nuestra Señora es una rosa celestial entre lirios angélicos. Esa agradable pintura que parece en su eterna primavera exhalar la música y el aroma.

Rafael Sánchez Mazas, Rosa Krüger

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21 octubre 2009

Aquí no se termina nada

Lo mejor de los discursos del sábado lo dijo Benigno Blanco: la manifestación no termina aquí. Es algo que tenía ganas de oír, porque en todas las manifestaciones monstruo a las que he asistido la sensación era que terminábamos todos muy contentos y a otra cosa. Qué menos, por ejemplo, que acudir a Ferraz (en el caso de las manifas contra el "proceso de paz") a dar una pequeña cencerrada. Es lo que ellos hubieran hecho. Cada una de esas movilizaciones, si la lleva a cabo la izquierda, habría terminado en poco menos que un golpe de estado: así sucedió de hecho con la proclamación de la segunda república (y con la instauración del zapaterismo, por cierto). No digamos si son media docena de manifestaciones. El hipotético gobierno derechista se habría ido a su casa con más miedo que Alfonso XIII.

Aquí, en cambio, quienes acaban decapitados son San Gil, Jiménez y Vidal, por poner algún ejemplo. No vaya a ser que acaben haciendo daño a la democracia.

Y no se me diga que mezclo churras con merinas. Estoy hablando de movilizaciones contra tropelías clamorosas de un gobierno. No se me escapa que lo del sábado tiene mucha mayor trascendencia que lo otro. Dar carta blanca para matar es seguramente más grave que legitimar asesinatos pasados. Con más motivo, recojamos el guante de don Benigno: esto del sábado es sólo la ceremonia de apertura.

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20 octubre 2009

El amor


Se lamentaba Pleberio, en La Celestina, de los desmanes del amor: "¿quién te puso nombre que no te conviene?" Así pues, también en la España del siglo XV existía la conciencia de que bajo el nombre de amor se ocultaban realidades diversas, tan diversas como los resultados que podían producir, felicidad o tragedia. Este es el punto de partida del ensayo de Josef Pieper, que cita constantemente una de las obras, creo yo también, capitales para entender la cuestión, Los cuatro amores de C. S. Lewis, a quien no sin justicia llama "el gran teólogo seglar de nuestra época", y cuyo título es de por sí significativo.

Pero la novedad de Pieper consiste en la reivindicación de Eros, frente a la teología protestante que lo había condenado como opuesto al amor puro, al Agapé. Eros, dice Pieper, es necesario para no perderse en un amor tan sobrenatural que resulta desencarnado y para no sucumbir tampoco (quizá por reacción) a lo purmente venéreo. Venus, para Pieper, no es propiamente amor, y la confusión entre Venus y Eros ha sido, me parece, letal para nuestra cultura. Pleberio incurre en esa confusión, incurrieron todos, incluso Calisto, triste producto de una mentalidad incapaz de concebir que de lo erótico pudiera surgir, con el tiempo, el agapé. Murió el mancebo víctima de la otra vía a que su pasión podía conducirle, y lloró Pleberio sin haberse dado cuenta del fondo del problema. Por eso, un libro como el de Pieper merecería una más amplia difusión.

Nota redactada en abril de 1999

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19 octubre 2009

Siempre busqué algo detrás de ella


Cuando yo era algo así como spenceriano me creía enamorado de la ciencia; pero después he descubierto que aquello fue un error... No, nunca estuve enamorado de la ciencia, sino que siempre busqué algo detrás de ella. Y cuando, tratando de romper su fatídico relativismo, llegué al ignorabimus, comprendí que siempre me había disgustado la ciencia.

Dice Miguel de Unamuno en "Sobre la europeización". No sé si llegó a darse cuenta de que en realidad había sobreestimado la ciencia, o mejor, lo había hecho la generación de sus padres. La sobreestimaron y la estimaron mal, porque lo del fatídico relativismo tiene poco que ver con la ciencia, creo. Y de esa falsa apreciación surgió el desengaño.

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16 octubre 2009

Boicots

Encuentro a dos amigos hablando de la manifestación de mañana y de cómo la intentarán boicotear, como otras veces, con los controles a los autocares y cosas así.

Hombre, no. Tengo para mí que los servidores del orden no hacen sino cumplir con su deber en un evento que convocará multitudes. ¿Eso es lo que vosotros haríais? Aprendices. Así se explican muchas cosas.

Existen modos mucho más sutiles de boicot. Por ejemplo, lanzar basura sobre los promotores. En esa línea va el titular de portada de hoy en El País, que no voy a enlazar, anda y que les zurzan.

El Papa y Gürtel, sí. ¿Burdo? Desde un punto de vista racional, por supuesto. Pero es que la propaganda no funciona en plan racional, sino subliminal. Es una nueva modalidad del calumniare: semper haeret, de Maquiavelo. Tú asocia dos ideas, que algo queda.

Si se tratase meramente de la pugna entre dos máquinas de propaganda, esta guerra la tendríamos perdida sin remisión. Pero...

Hace poco murió don Jesús Urteaga. Su libro El valor divino de lo humano terminaba así:

Ellos -los despreciadores de Dios- confían para la lucha en sus carros de guerra y en sus caballos. Nosotros -los cristianos- confiamos en el Nombre del Padre. Confiamos en el Nombre del Hijo. Confiamos en el Nombre del Espíritu Santo. Confiamos en el Nombre de Santa María.

Estamos en octubre, como en Lepanto.

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15 octubre 2009

Mis encuentros con Franco


Esperaba mucho más de este libro. Y, aunque esperase poco, aún da mucho menos. Da la impresión de que Pemán se hubiese visto obligado, por la coyuntura y por el Consejo Privado, a escribirlo y lo hubiese hecho sin ganas. Es un libro absolutamente de temporada, como muchas canciones, donde ni el autor se explica con claridad sobre sus opiniones ni nos da a conocer aspectos nuevos (ni viejos) del protagonista, o sea el Caudillo. El culteranismo de su estilo le sirve aquí (o a mí me lo parece) para practicar el cantinflismo. Párrafos enteros sin sustancia, ejercicios retóricos de una pobreza de contenido casi umbraliana y sin la brillantez de la estrella de El Mundo, me habrían hecho abandonar la lectura (a punto estuve) si no fuera porque el volumen contiene muchas fotos y eso hacía esperar un desenlace más rápido.

Sólo hubo un momento de emoción: unas pocas páginas en que José María le dirige a Franco una seria advertencia sobre los riesgos de la arbitrariedad en el seno de un régimen personalista, en una entrevista que sostuvieron a raíz de ser destituido Pemán, por una tontería política, del cargo de director de la RAE. Un discurso que vale por todo el libro y que tengo para mí que, al no poder ser editado en folleto, lo recubrió de doscientas cincuenta páginas más para que pudiera ver la luz.


Nota redactada en septiembre de 1999


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14 octubre 2009

El paisaje y España


En los días grises del otoño, o en Marzo, cuando el invierno finaliza, se siente en esta planada silenciosa el espíritu austero de la España clásica, de los místicos inflexibles, de los capitanes tétricos -como Alba-; de los pintores tormentarios -como Theotocópuli-; de las almas tumultuosas y desasosegadas -como Palafox, Teresa de Jesús, Larra... El cielo es ceniciento; la tierra es negruzca; lomas rojizas, lomas grises, remotas siluetas azules cierran el horizonte. El viento ruge a intervalos. El silencio es solemne. y la llanura solitaria, tétrica, suscita las meditaciones desoladoras, los éxtasis, los raptos, los anonadamientos de la energía, las exaltaciones de la fe ardiente...

José Martínez Ruiz, La voluntad

Ubi sunt?

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11 octubre 2009

Épica, cristales, paz


Alejandro Amenábar lleva camino de convertirse en el cineasta de corte de ZP. Además, sus frases no le van a la zaga a las del jefe del ejecutivo. Es más, la última podría ganar de calle a todas las sansiroladas proferidas por este:

La violencia no es épica, dice el tío.

Va a ser que yo no sé leer la Ilíada.

...

Por cierto, en su nuevo blog Metáforas, José Ramón Ayllón dice, a propósito de Hypatia, que Amenábar puede enseñarnos cine, pero no historia. Es cierto, y eso me recuerda lo que decía un amigo mío, con la radicalidad de la juventud: que "la novela histórica ni es novela ni es historia". Tal vez ha leído sólo a los Folletes y a los Falcones, y no a los Dickens ni Galdoses. Hombre, la novela, como el cine, hay que leerlos como lo que son. Y cuando el autor se sirve de personajes históricos es porque quiere proyectar su mirada sobre la historia, y nosotros hemos de ser conscientes de que miramos a través de su cristal. Otra cuestión es que el cristal esté pringado de babas, y entonces no apetece.

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El Nobel de la Paz no es otra cosa que la recompensa de la izquierda europea a quienes han sabido vestir de respetabilidad sus ideas. El de Obama tiene la particularidad de que resulta francamente cómico por su precocidad. ¿Es un nobel preventivo, como dice Luis del Pino? Lo que resulta extraño es que no se lo hayan dado todavía a ZP, incluso tras el fracaso de su chalaneo con ETA. Al fin y al cabo, lo ha intentado, como decía el pretérito imperfecto.

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09 octubre 2009

Misterio y maneras


Las "maneras", las manners, son, como indican las editoras, las cosas que pasan en la vida y la manera de afrontarlas por parte de una determinada comunidad humana. La de Flannery O´Connor es el Sur, esa parte de los Estados Unidos que designa no sólo una localización geográfica sino una historia y unas formas de vida. A lo largo de estos breves ensayos (conferencias en su mayoría), Flannery trata de dejar claro que el novelista sureño ha de contar con esas manners si quiere que su obra se sostenga, posea vida. Y el novelista católico añadirá a las manners el misterio, es decir, lo sobrenatural, la presencia de Dios en el mundo. Si algo sorprende en estos escritos es la claridad con que la autora contempla la función del escritor católico en un mundo donde el misterio ha dejado de contar. Lejos de buscar el relato piadoso o ejemplar, deberá mostrar la interacción entre la criatura caída y la redención de Cristo, siempre partiendo de lo concreto. Una pluma enérgica y mordaz para una inteligencia admirable.

Nota redactada en agosto del 2008

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08 octubre 2009

La bola, la telepantalla y el orgasmatron

Yo sentía curiosidades, pero, en definitiva, vocación clara y determinada, ninguna. Fuera de que me hubiera gustado tener éxito con las mujeres y correrla por el mundo, ¿qué más había en mí? Nada: vacilación. Oía hablar de viajes marítimos y me hubiera gustado embarcarme; hablaban de pintura, y me parecía un oficio muy bonito el de ser pintor; leía aventuras de un viajero, y soñaba con el desierto o con los ríos inexplorados. Pero el ser médico, militar, abogado o comerciante no me hacía ninguna gracia... De joven, y sin cultura, no iba yo a forjarme un concepto, una significación y un fin de la vida, cuando flotaba y flota en el ambiente la sospecha de si la vida no tendrá significación ni objeto...

Pío Baroja, Familia, infancia y juventud


Un pueblo en el cual esta sospecha se haya generalizado es fruta madura para el poder totalitario. Pero conviene además tenerlo entretenido, a ser posible con algo que les quite las ganas de ser marino, pintor o aventurerero. Es, en definitiva, lo que expresaba el personaje de Woody Allen:

¿Por qué tiene que haber una resistencia? Tenemos la bola, la telepantalla y el orgasmatron. ¿Qué más quiere esa gente?*

*En El dormilón (Sleeper, 1973), parodia de las fantasías utópicas tipo Un mundo feliz o 1984. La bola era un juguetito que producía un curioso placer al manosearlo.

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06 octubre 2009

Moa, Quasimodo, txakurrak


Todos tenemos manías. Pero está bien que alguien nos advierta cuando rayan lo ridículo. Estimo mucho la labor de divulgación de Pío Moa, pero creo que es hora de decirle que su capricho de utilizar el gentilicio useños para referirse a los naturales de USA resulta eso, caprichoso y poco serio. Estas ocurrencias pasan factura en términos de credibilidad, por más que sus trabajos sean intachables en cuanto a rigor histórico.

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Veo que no he sido el único en evocar a Quasimodo a propósito de las chicas de ZP. El Zurdo también ha tenido la misma sugestión. En todo caso, lo que a mí me sugirieron al primer golpe de vista fue un par de beatas galdosianas. En lo que difiero del Zurdo es en buscar intenciones ocultas a la foto. Es pura vulgaridad, muy propia del personaje. ¿Cuántas lauras y albas tuneadas con mejor o peor gusto circulan por la piel de toro? Lo que habría mortificado a ZP habría sido que sus chicas se presentaran ante el mundo ataviadas como maniquíes de Telva o de Vanity Fair...

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Los atuneros vascos piden la presencia del ejército en sus barcos. Del ejército español, claro. Militares españoles. Txakurrak.

Habráse visto. Qué pensarán los muchachos de las fotos.

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05 octubre 2009

Sabiduría griega y paradoja cristiana


Charles Moeller es uno de los lectores más extensos e intensos que conozco. Extenso por la cantidad de lecturas e intenso por la capacidad de intepretación de lo que lee. Los seis volúmenes de la Literatura del siglo XX y Cristianismo le dejan a uno abrumado. Pero si alguien pensaba que era un especialista en literatura del siglo XX, aquí lo tenemos impartiendo otra apabullante lección sobre los clásicos.

O tres lecciones, mejor dicho, porque estamos ante un libro muy bien estructurado en torno a tres ideas: el pecado, el sufrimiento y la muerte, tal como fueron tratados por los clásicos griegos (Homero y los trágicos) y por los más relevantes autores cristianos (para Moeller, Racine y, sobre todo, Shakespeare y Dostoievski, aunque no deja de hacer notar que el Quijote es una cima insuperada, lo cual se le agradece; también Dante está ahí, en un espléndido capítulo final, como no podía ser menos al tratar del mundo de ultratumba). El propósito fundamental es hacer notar cómo el cristianismo aporta un factor esencial, el del amor y el perdón divinos, que da sentido a todo aquello que dejaba perplejos a los antiguos.

Nota redactada en marzo del 2009

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03 octubre 2009

Superdotados


En el paganismo, donde dominaba la "especie", la aspiración ambiciosa era la de convertirse en aquel "ser extraordinario" que de alguna manera se sustraía a ella y la dominaba, como el déspota o el tirano. El Cristianismo devolvió al hombre común su grandeza de persona -en virtud de su libertad-, que todos (cada uno de todos) tenían y podían y debían desarrollar en forma "extraordinaria". La Modernidad, al abolir el Cristianismo, nos ha reintroducido en la especie. Y aquí, ya reducidos a número, a un ejemplar más de la serie, lo único que puede distinguir es estar "superdotado": un azar de la genética o de la "fortuna", cuando no un buen resultado tecnológico. A esto debemos oponer enérgicamente la esencialidad de la libertad, como capacidad de amar electivamente el bien para los otros, que es donde realmente -por la directa creación divina de cada alma- somos todos iguales, que es lo que nos hace a todos realmente excelentes y superdotados, y donde depende de cada uno lo que llegue a ser definitivamente y para la eternidad.

Carlos Cardona, Ética del quehacer educativo


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01 octubre 2009

Hipatia, aborto, revancha


Si hacemos más caso a los historiadores que a los panfletistas, la muerte de Hipatia no fue, como quieren estos, un caso de intolerancia eclesial sino un asesinato político. Y la conclusión que se impone es que, en aquella sociedad alejandrina, una mujer podía, como un hombre, llegar a ser una figura pública respetada... y tenía iguales posibilidades de ser asesinada por ello.

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Hay mucha gente perpleja ante las ansias gubernamentales por liberalizar el aborto, de iure y de hecho. Y se esgrimen a veces razones económicas, como es la presión de las clínicas que ganan una pasta con cada intervención, o que al Estado le sale más barato que proteger la maternidad...

Creo que la razón es otra. Lo mejor para un poder totalitario es tener al pueblo entretenido hozando y sin pensar. Y la arbitrariedad sexual está unida indefectiblemente al aborto, como la causa a la consecuencia. No se entiende la una sin el otro, así como la protección de la vida es inseparable de un respeto casi reverente al hecho sexual, lo que es decir maternal.

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Hubo un tipo que dijo en el 61: «volver a la vieja democracia liberal sería abrir el barranco de la revancha» (aquí, abajo). Era la cantinela de la ultraderecha y yo lo creí así en mi juventud. Después dejé de creerlo. Pero los gobiernos zapaterianos han hecho todo lo posible para devolverme a mi antigua convicción.

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29 septiembre 2009

Los españoles en la historia


Me agradan estos estudios que tratan de definir el "hecho diferencial" español, hoy que tan en duda se halla puesto. De una primera lectura me quedó esa conclusión de que "Cataluña nunca quiso vivir sola, sino siempre unida en comunidad bilingüe con Aragón o con Castilla", por lo que el nosaltres sols era un lema antihistórico. Esta vez me ha llamado la atención la inteligente mirada de Menéndez Pidal sobre lo que constituye la grandeza y miseria de España en la historia, sus miras excesivamente altas ("pon en tu orden muy alta tu mira, lo más alta que puedas... apunta a lo increíble", había escrito Unamuno, plenamente identificado, en su madurez, con esa España de las grandes empresas): el exceso de magnanimidad, si puede llamarse así, que aquel benedictino, fray Benito de Peñalosa, cifró en "las cinco excelencias que despueblan a España para su mayor potencia y dilatación". Es, en definitiva, el quijotismo, del que convenía haberse curado para quedar convertidos en Alonso Quijano el Bueno, y no en la triste figura del caballero vencido, primero, y después en el tristísimo despojo augurado por Alfonso Guerra.

No puede decirse que el de Menéndez Pidal sea el dibujo de una España idílica, o que, al contrario, goce con las miserias de los españoles. Trata de ser, al contrario, un diagnóstico, que da fe, si no de una España eterna, como querían los noventaiochistas, sí de una realidad histórica.

Nota redactada en diciembre del 2002

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28 septiembre 2009

Un órgano visual más perfecto


La crítica, como nos aconsejaba Ortega y Gasset, debe ser "un fervoroso esfuerzo para potenciar la obra elegida". Suscribimos íntegra y férvidamente sus palabras: "Procede orientar la crítica en un sentido afirmativo y dirigirla, más que a corregir al autor, a dotar al lector de un órgano visual más perfecto. La obra se completa completando su lectura".

Guillermo de Torre, Literaturas europeas de vanguardia

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27 septiembre 2009

Elogio desinteresado

Lo que más envidio de Enrique García-Máiquez es ese equilibrio entre contundencia, retranca y literatura. O conceptismo, mordacidad y humor, si quieren. Y mira que es difícil mantener el buen humor ante hechos como los que hoy comenta. Tal vez por eso a mí no me salgan los retruécanos ("Como todos los consejos, el de Estado se escucha sólo si propone lo que nos apetece", hay que fastidiarse): para conseguirlos hace falta serenidad. Voy a empezar a leer a Chesterton, a ver si está ahí el secreto.

...

Y apenas lo escribo me doy cuenta de que el tío también es sabio. O si no, de qué otro modo que sabiduría puede calificarse el último párrafo de esto. Sabiduría, sí, porque ese concepto incluye la poesía, o el dar con las palabras justas para expresar lo que tal vez otros han dicho en largos párrafos.

...

Que nadie piense que tengo que pedirle un favor a Enrique. Ni siquiera me atreví, cuando me envió dos ejemplares de Oficio, a decirle que de la misma tacada me mandara otro de Casa propia, que no lo encuentras ni para atrás en las librerías.

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26 septiembre 2009

Microcosmos


Al segundo o tercer capítulo, uno cae en la cuenta de que el título de este libro es un plural, si es que no ha leído el original, Microcosmi. Pero da lo mismo. Sea uno o varios microcosmos, la sensación es la que, supongo, pretendía comunicar el autor: en cada partícula de este mundo puede encontrarse tanta vida, tan intensa variedad de seres y de experiencias como en el total. La estructura del átomo se parece a la del sistema solar. El aleph borgiano existe y está por doquier. Pero sería hacer una injusticia a este libro el reducirlo a la ilustración de una tesis. Claudio Magris es un artista, y se disfruta de esta obra como se haría con un buen cuadro. He dicho obra resistiéndome a llamarla narración, por más que haya recibido un prestigioso premio de novela, de cuyo nombre no me acuerdo. Es, en efecto, una colección de estampas, salpicadas de vez en cuando por la reflexión. Los críticos hablan como si este género fuera nuevo, como si Magris hubiera sido su inventor, y lo llaman "mezcla de narración y ensayo" y motes así. Está claro que no se han molestado en leer a Azorín, que es, si no el inventor, al menos el más fecundo autor de esta modalidad de prosa que podríamos llamar paisaje con figuras, con permiso de Antonio Gala. Magris aporta como novedead el tono vitalista, tan opuesto a la resignación de Azorín.

Nota redactada en julio de 1999

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25 septiembre 2009

Qué bien se sabía Lope la teoría


--No te espantes, Felicia, que no te haya conocido, que aunque te visitaba no te vía; tan aprisa miro yo los rostros de las mujeres de mis amigos.

Y por si no nos hemos enterado, continúa el narrador:

¡Oh palabras dignas de estar escritas con letras de oro en mármoles, para que aprendiera la bestial ignorancia de algunos hombres el respeto que debe a la honra la amistad, y el buen nacimiento a la obligación! Que hay hombres cuya liviandad no sabe distinguir la honra de la infamia, ni el apetito de la razón, de que suele resultar tanta discordia y algunas veces tanta sangre.

("Guzmán el Bravo", en Novelas a Marcia Leonarda)

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23 septiembre 2009

Censura

En Los Palacios (Sevilla) han pedido que se prohíba un libro. Sí, eso que dicen que hacía Franco o que hacían los curas. El Partido Andalucista quiere suprimir de los colegios de primaria La gesta española, de José Javier Esparza. Pobres. No saben que eso, prohibir un libro, es el modo más eficaz para que los muchachos lo lean. Esparza está de enhorabuena.

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22 septiembre 2009

La desaparición


Menudo título que han ido a poner estos benditos editores a lo que originalmente se titulaba, intuyo, El huevo de oro (digo que intuyo porque es holandés). Como si ponen "El asesinato", vamos. Creatividad. Lo que sí está logrado es la foto de la portada. Esos dos viejos surtidores de gasolina, sin mangueras, aislados sobre un pavimento ruinoso en medio del campo se dirían dos tumbas, las tumbas incógnitas ("donde habite el olvido") de los dos protagonistas, bajo un cielo tormentoso.

En la solapa me comparan al autor con Patricia Highsmith, entre otros. Y ciertamente, esta historia del oscuro ciudadano y del psicópata podría haberla escrito ella, me parece. Es una novela sobre obsesiones que se realizan, lo que se llama terror psicológico, vamos. Y todo sin grandes voces, sin desgarros, con una angustia ahogada. El oscuro ciudadano no quiere justicia, no quiere venganza, sólo quiere que la fatalidad se explique, aunque él tenga que morir como su chica. Y el psicópata lo acepta, pero no se regodea, ni teme: su experimento salió a pedir de boca, se demostró algo a sí mismo, y ahora, hasta que se le vuelva a ocurrir un nuevo desafío. Es una manera de combatir el tedio: otros buscan chicas, hasta ver si dan con la perfecta.

El tío narra bien, estructura bien, pero tampoco dice gran cosa.

Nota redactada en julio del 2005. El tío es un tal Tim Krabbé.

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20 septiembre 2009

Morricone, muñequitos y tipos duros


Espero con impaciencia la banda sonora de Malditos bastardos. Por lo que veo, hay varios temas de Ennio Morricone, pero no los identifico: ignoro si serán compuestos para la ocasión o formarán parte de algún spaghetti. El resto de los intérpretes me son desconocidos, salvo Billy Preston, que nunca me ha dicho gran cosa, y David Bowie, que si no existiera me daría igual. En fin, no creo que supere la marca de Pulp fiction.


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Brad Pitt, el Di Caprio, el tío que interpreta a Jason Bourne y de cuyo nombre no me acuerdo, son muñequitos que pueden gustar a las treceañeras, pero ningún adolescente querrá ser como ellos, al contrario de lo que sucedía con los viejos héroes. Siempre me parecieron productos de la ideología de género, engendros de ambigüedad sexual calculada, pero creo que nunca lo habría explicado tan bien como Allan Bloom. Frente a ellos, qué gozo ver a Clint Eastwood, en Gran Torino, reivindicando lo otro, y encima muriendo confeso y casi mártir.


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Por cierto, que la escena final es casi la antítesis de la de Por un puñado de dólares, cuando las balas le rebotan en la coraza y a nadie se le ocurre dispararle en la cabeza. Ahora las encaja todas, con el mismo gesto e incoando un avemaría. Precioso.


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18 septiembre 2009

Fines y medios

El deseo de que muera efectivamente pronto una persona incurablemente enferma, que sufre graves dolores y que con seguridad va a morir pronto, es sin duda legítimo. Es lícito incluso rezar para que eso suceda. Pero la voluntad en la que inhiere ese deseo se pervierte en el momento en que este último se transforma en una intención de acción, es decir, en el momento en que se busca de hecho un medio, y se efectúa la correspondiente acción, para hacer real ese deseo, es decir, cuando se elige y efectúa una acción de matar. La voluntad que cumple un deseo de suyo legítimo es aquí pervertida por el querer de un obrar (medio) a través del cual se trata de producir de modo eficaz ese objetivo. La muerte, o la vida, del que sufre el dolor se emplea así como un medio para acortar ese dolor, es decir, la persona que sufre el dolor es utilizada (o se utiliza a sí misma) como medio para satisfacer el deseo "acortamiento del dolor" (la eutanasia pasiva se distingue de ello en que en su caso se renuncia a poner otros medios de alargamiento artificial de la vida; este es, desde el punto de vista intencional, el modo de actuar exactamente inverso).

Martin Rhonheimer, Ética de la procreación

Aquí un buen chiste eutanásico


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16 septiembre 2009

Nunca me abandones


Huxley y Orwell enseñan desde un principio sus cartas y nos enseñan el horror en todos sus detalles, y a los seres humanos como moscas en la tela de araña del totalitarismo, de la deshumanización. La impresión que uno recibe con esta novela de Kazuo Ishiguro es de hallarse ante un narrador mucho más artista, que deja en mantillas a estos predecesores en lo que a sutileza se refiere. Ishiguro dosifica el horror: nos lo hace intuir sin que lleguemos a creernos del todo lo que nos está insinuando, hasta que no tenemos más remedio que admitirlo. Y lo consigue a base de presentar a los protagonistas como auténticos seres humanos, con los deseos, temores, afectos, propios de cada hombre y de cada mujer. Ir descubriendo, a medida que pasamos las páginas, que ninguno ha tenido padres, que no tendrán una profesión, ni un amor, ni hijos, es lo que aterroriza y lo que confiere a esta obra su importancia y su actualidad en un momento en que los bebés-medicamento son ya un hecho del que se habla en los periódicos. Y, sin embargo, cuando terminas la lectura te das cuenta de que el alcance de la novela puede ser mucho mayor, hasta adquirir dimensiones de parábola.

Nota redactada en marzo del 2009

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