05 octubre 2009

Sabiduría griega y paradoja cristiana


Charles Moeller es uno de los lectores más extensos e intensos que conozco. Extenso por la cantidad de lecturas e intenso por la capacidad de intepretación de lo que lee. Los seis volúmenes de la Literatura del siglo XX y Cristianismo le dejan a uno abrumado. Pero si alguien pensaba que era un especialista en literatura del siglo XX, aquí lo tenemos impartiendo otra apabullante lección sobre los clásicos.

O tres lecciones, mejor dicho, porque estamos ante un libro muy bien estructurado en torno a tres ideas: el pecado, el sufrimiento y la muerte, tal como fueron tratados por los clásicos griegos (Homero y los trágicos) y por los más relevantes autores cristianos (para Moeller, Racine y, sobre todo, Shakespeare y Dostoievski, aunque no deja de hacer notar que el Quijote es una cima insuperada, lo cual se le agradece; también Dante está ahí, en un espléndido capítulo final, como no podía ser menos al tratar del mundo de ultratumba). El propósito fundamental es hacer notar cómo el cristianismo aporta un factor esencial, el del amor y el perdón divinos, que da sentido a todo aquello que dejaba perplejos a los antiguos.

Nota redactada en marzo del 2009

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