29 abril 2007

La Yihad, y vale ya

Y tampoco entiendo que sectores que se dicen conservadores estén dispuestos a desacreditar a la justicia española y a sembrar dudas sobre la responsabilidad yihadista en los atentados del 11M, basándose en delirantes teorías conspirativas.

(Juan Avilés Farré, catedrático de Historia en la UNED, colaborador del GEES y del Instituto Elcano, etc. etc.)

Huy, cuando se enteren los de El Mundo de que les llaman conservadores. Lo que yo no me explico es ese empeño por asentar que los autores del crimen fueron yihadistas, y vale ya. Es muy probable que hubiera una autoría material yihadista. Ni siquiera ahí están las cosas claras. Pero menos aún lo están en lo que concierne a las responsabilidades por inducción, colaboración y manipulación de los hechos y de sus consecuencias. Responsabilidades que un colaborador del instituto Elcano, del GEES y etc. etc. sabe que existen siempre en un hecho de esta magnitud.

En cuanto a eso de las teorías conspirativas, no he oído enunciar ninguna, al menos de modo público. Lo que se ha hecho es formular preguntas, expresar dudas y constatar falsedades. Y tratar de darles respuesta por la vía de la investigación periodística. Estamos hablando del suceso que cambió el rumbo de la política española en puntos esenciales. Y por tanto no hay nada más importante, a día de hoy, en la vida nacional, que esclarecer ese hecho. Sorprende, por tanto, que se desautoricen esas pesquisas con suficiencia casi gay, calificando como enfermos (paranoicos) a quienes las llevan a cabo. Y sorprende más viniendo del sector de las víctimas (políticas) del atentado.

Hay aquí una cierta beatería democrática, que defiende quijotescamente la pureza del sistema, que se horroriza ante la posibilidad de que personas e instituciones democráticas se hayan mancillado con algún hecho criminoso propio de otros regímenes. Y es la derecha (o el centro, vaya) la más esforzada en esta lid: véase el famoso pasar página de Aznar sobre el GAL. Algunos han escarmentado. Otros siguen intentando vender por virgen a cualquier partido que se diga democrático, incluso el que gobierna. Que ya es tener imaginación.

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28 abril 2007

Las veladas de San Petersburgo

He leído muchas veces que Las veladas de San Petersburgo es una defensa cerrada del tradicionalismo político. No hay tal. Se trata, sin más, de una apología de ciertas cuestiones de doctrina cristiana, y no me extraña que los colegios de jesuitas lo entregaran como premio a los alumnos aplicados, tal como informa Rafael Conte en el prólogo de esta edición de Austral. A veces, sin embargo, se trata más de creencias (efectivamente) tradicionales que de puntos de doctrina cristiana propiamente dicha. Me refiero, por ejemplo, al empeño que pone Joseph de Maistre en demostrar que todo mal es consecuencia de alguna culpa personal. En el Evangelio yo he leído, sin embargo, que un ciego no es más culpable que los que gozan de la vista y que todo su mal es consecuencia del primer pecado (cosa reconocida también, a decir verdad, por de Maistre; pero su extremismo le lleva a radicalizar este punto de vista).

He dicho extremismo, y quizá diga mal. Es una acusación lanzada con demasiada frecuencia contra el conde por parte de quienes verían con más agrado cierta contemporización, cierto centrismo, diríamos hoy. Lo que hay en de Maistre es habilidad verbal, contundencia, mordacidad. Viene a ser el Voltaire del tradicionalismo, y por eso las hirientes palabras que dedica a François-Marie Arouet. Si se hubiesen enfrentado, es posible que hubiesen llegado a las manos. Pero es bueno tener a un de Maistre para compensar a un Voltaire.

Nota redactada en noviembre de 2002.

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27 abril 2007

Como los ama Dios

Scobie conduce por algún lugar de la colonia africana donde ejerce como policía.

¿Por qué... me gusta tanto este lugar? ¿Será porque aquí la naturaleza humana no ha tenido tiempo de disfrazarse? Aquí nadie podría hablar jamás de un paraíso terrenal. El paraíso conservaba rígidamente su lugar, del otro lado de la muerte; de este lado florecían las injusticias, las crueldades, las mezquindades, que en otras partes la gente ocultaba tan ingeniosamente. Aquí uno podía amar a los seres humanos como los amaba Dios: conociendo lo peor; uno no amaba una pose, un vestido bonito, un sentimiento artificiosamente investido.

Graham Greene, El revés de la trama

26 abril 2007

Tus ojos de color amarronao

me recuerdan ese triste atardecer
en que tuve que decirte otra vez
que repetía octavo de EGB.

Por quinta vez lo he de repetir,
como repito siempre siempre por tu amor:
mientras tú no apruebes yo no aprobaré:
somos estúpidos, pero estamos enamoraos.

O tempora! Qué malos tiempos le tocó vivir a aquel chaval cuyas cuitas glosaba mi amigo. Hoy no necesitaría pasar por ese mal trago de la repetición de curso para estar siempre con su amada. Ambos promocionarían juntitos por decreto o por decisión de la junta evaluadora. Adelante, adelante juntos, hasta la inopia titulada.

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25 abril 2007

Un sepulcro en el cielo

Lo de Vintila Horia por España fue una pasión. Y José Ramón Ayllón me recordaba esta mañana, a través de uno de sus libros, que la pasión funciona a modo de unas gafas de sol que deforman la realidad a gusto del apasionado. Si los tradicionalistas creen a pie juntillas en una esencia metafísica de España, esta va a encontrar en Vintila Horia su más esforzado paladín. Felipe II fue el santo que emprendió la gran aventura de conquistar un imperio para Cristo. Fracasada esta última posibilidad de Cristo en la tierra al hundirse la Invencible, uno no puede sino ser pesimista con respecto al destino del mundo, hundido en las tinieblas del Humanismo y la Reforma. Se pregunta incluso, por boca de su personaje, si será lícito seguir llamándose cristiano después de aquel fracaso. El entierro del conde de Orgaz no sería sino el mejor símbolo de toda esta tragedia, y el Escorial, renacentista y pagano, la cifra de todo lo que condujo al fracaso.

No sé si será lícito atribuir a Vintila Horia todo lo que expresa aquí el Greco, su Greco. Pero me da la impresión de que está hablando terriblemente en serio, y que no le importa, a pesar de su rancio tradicionalismo, situarse alguna vez en la heterodoxia como cuando pone en duda la existencia del infierno. En todo caso, insisto, se trata de una pasión, la pasión del exiliado que ha encontrado al fin una segunda patria y con ella las claves de la existencia. Eso, al menos, supuso él siempre. Y no niego que haya en su visión de la historia grandes espacios de verdad.

Nota redactada en enero de 2003.


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24 abril 2007

Poe según d´Ors

Edgardo Poe es, en cierto sentido, un caso recíproco al de Federico Nietzsche. Éste exalta muy turbiamente las visiones claras. Aquél narra con gran lucidez las aventuras misteriosas.

Si hubiésemos de buscar, no diré un Padre, pero siquiera un Tío para ciertas preferencias ideológicas del Novecientos, no le hallaríamos en el turbio exaltador -como se ha afirmado tantas veces con ligereza-, sino en el narrador lúcido.

Dictar las tablas del Clasicismo entre rayos y truenos y zarzas ardientes, es obra de romanticismo. Colonizar algunas islas de misterio y sujetarlas al imperio de la razón, es obra de clasicismo. Téngase presente.

23 abril 2007

Ver a un tío hurgarse con afán

en los orificios o recovecos naturales del cuerpo humano no es lo peor. Lo peor es cuando a continuación se mira los dedos, como si hubiera allí diamantes u oro de Ofir.

(Y que me perdone Quevedo por el medio plagio)

21 abril 2007

Anillos para una dama

Es claro que Antonio Gala no ha querido hacer una recreación medieval: las indicaciones sobre el atuendo así lo atestiguan. Por el contrario, Gala ha metido en el pellejo de Jimena Díaz a una mujer de nuestro tiempo, a una mujer de Carmen Martín Gaite, podríamos decir. Tiene su interés, pero no puedo dejar de pensar que lo realmente interesante sería hacer lo contrario, colocar a una mujer medieval en circunstancias actuales. No sólo porque estaría menos visto sino porque contribuiría a aclarar algunas cosas. Normalmente tendemos a pensar que si una mujer de la Edad Media, como los Visitantes, recalara en nuestros días, exultaría de felicidad por la libertad de que gozan las mujeres, lejos de la sumisión total al marido, etc. Pero vale la pena planteárselo de otro modo: ¿qué echaría de menos? A la Jimena de Antonio Gala la oprime la historia, la política, la servidumbre de la realeza. Si Jimena viviera hoy, es posible que se asustara del desierto moral que la circundaba: ¿dónde ha ido a parar la fidelidad? ¿Qué ha sido de la entrega, de la abnegación? La Jimena de Gala quiere reivindicarse a sí misma, antes que a la esposa y a la madre. La Jimena auténtica, quizá, no vería otro modo de encontrar a la mujer que a través de la esposa y la madre. No me resulta simpática esta Jimena existencialista, con un ego superlativo. No es de la mujer del Cid de quien esperaríamos un discurso del tipo "quién podría decirme por qué vivimos y por qué sufrimos". Creo que la mujer del Cid lo sabía.


Nota redactada en septiembre del 2001.

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20 abril 2007

"Santo retiro" vs. "obligaciones"

Afirmaba doña Inés que ella había deseado y deseaba siempre buscar un santo retiro; pero que ya no podía ser por las mil obligaciones que había contraído y que le era indispensable cumplir, por enojosas que fuesen; porque tenía hijos que criar y educar, marido de que cuidar y hacienda que ir conservando y mejorando, a fin de transmitirla a los que habían de heredar un nombre ilustre, que deslustraría al quedar huérfanos y abatidos por la villana pobreza.

Juan Valera, Juanita la Larga

La idea de que Marta y María han de ir cada una por su lado le ha venido muy bien a la burguesía y a su moral de mínimos, pero ha perjudicado al Cristianismo. Por fortuna, eso se ha acabado.

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19 abril 2007

Primero

lo de Carlos y Nerea, ahora lo de María San Gil... Ella ha dado razones poderosas que no hay por qué poner en duda, y menos viniendo de una heroína (sí, no quito una letra) como ella. Pero uno no puede evitar la impresión de que los resistentes vascos se están desmoralizando, y no es para menos. Tantos años jugándose la piel para que todo se venga abajo por obra de unos traidores... Eso acogota a cualquiera. Tal vez yo en su lugar me hubiera retirado del mundo mucho antes, a reflexionar sobre las razones para no mandar a la humanidad a la porra y quedarme a contemplar cómo se encarroñan los unos a los otros.

Será cuestión de apelar, desde boxes, a Miguel Ángel Blanco, para que obre como la serpiente en el desierto. Si el Foro de Ermua se queda sin nombre, ahí tiene uno que no podrán quitarle.

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17 abril 2007

Los tres mosqueteros

Lo que uno más suele recordar de la historia de d´Artagnan y sus tres compañeros es la famosa aventura de los herretes de la reina. Y, sin embargo, ese episodio ocupa sólo una escasa primera parte dentro de la historia. La segunda parte, de extensión similar a la primera, está ocupada casi íntegramente por el personaje de Milady de Winter, como confirmando que el mal es más interesante que el bien, como suelen repetir los que tienen del bien una idea demasiado simple. Y, si es así, Dumas ha perdido una excelente oportunidad: porque la maldad de Milady es demasiado esquemática, es demasiado unilateralmente mala, es (como suelen repetir sus adversarios) un auténtico demonio. Claro está que Dumas no pretendía hacer un retrato humano, sino crear un blanco para las iras del lector. Sin embargo, hay que admirar la minuciosidad con que va trazando el plan de seducción del teniente Felton, algo inverosímil por otra parte. Esta segunda sección de la novela sirve también de cancha para que el novelista ensaye sus fintas con el relato gótico, y ahí está la figura del verdugo de Lille, el bueno con figura de bestia, la antítesis de Milady.

Pero creo que los dos personajes más atractivos del relato son el mosquetero Athos y el cardenal Richelieu. Imagen el primero del hombre desesperado pero digno, y el segundo figura de una complejidad apenas esbozada pero visible.

Nota redactada en agosto del 2002.



Siempre es sólo la Iglesia la que tiene un interés sensato y legítimo en la expansión colonial

Sí, vea usted, Europa se ha vuelto un punto muy dudoso para la Iglesia. ¡Con África ocurre lo contrario! Cientos de millones de almas como materia prima para la fe. Y puede estar usted seguro de que un negro bautizado es mejor cristiano que veinte europeos. Es más que comprensible que tanto el catolicismo como el protestantismo luchen por hacerse con estos fanatizados; allí está el futuro de la fe, allí están los futuros paladines de la fe, aquellos que un día arremeterán a sangre y fuego, en nombre de Cristo, contra una Europa hundida en el paganismo y en el lodo, para colocar finalmente un Papa negro en la silla de Pedro, entre las humeantes ruinas de Roma.

Bertrand, en Pasenow o el romanticismo, de Hermann Broch (1931)

No era difícil verlo, pero qué apreciación tan deforme del Cristianismo, ¿no? Se diría que mezcla el panorama misionero de la Iglesia con las actitudes del Islam más enfermizo. Nada menos fanático que los cristianos africanos, víctimas tantas veces (ahora) del auténtico fanatismo.



16 abril 2007

Ahora

¿Sería mucho pedir a los redactores de titulares que dejaran de abusar del adverbio ahora como término descalificador? Lo poco agrada y lo mucho enfada. Ya saben, "Fulanez dice ahora que...". Con lo cual el Fulánez queda como un tío que no se aclara o, peor, como un mentiroso de la peor especie. Genial, un hallazgo la primera, la segunda, hasta la tercera vez, pero hombre, creo que se puede exigir un poco de creatividad también en ese arte.

Tampoco todo se escenifica.

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15 abril 2007

La sinrazón


Rosa Chacel se mueve aquí a unas alturas abrumadoras. He sido incapaz de seguir la peripecia espiritual de este personaje, pero creo estar capacitado para distinguir una auténtica novela intelectual de las veleidades de un pedante, así que puedo afirmar que nuestra autora se halla al nivel de un Thomas Mann. Sin comprender ni jota (insisto, y no por ello) sé que me hallo ante una cumbre de la novela española, por encima de alguno de los monstruos de la edad de plata, a la que ella no deja de pertenecer, al menos por edad. Y esto aunque sólo fuera por la elegancia con que fluye la narración, en la que, por cierto, lo sexual y lo político aparecen de pasada, como uno hablaría de decoración, sin adquirir ese protagonismo que muchos parecen creer necesario, aunque sea a ratos, no digamos ya nada si se trata de izquierdistas boccaccianos. Y eso a pesar de que la guerra civil está ahí como fondo (uno de los muchos fondos) y que algunos de los personajes son exiliados: nada de quejas, nada de victimismos, nada de abultar crueldades. ¡Bravo! El asunto, es evidente, pertenece a un orden mucho más profundo que todas esas cosas.

En el mismo sentido hay que decir que, aunque dicho asunto linda con lo metafísico y lo religioso, nunca trata de destacar un pronunciamiento doctrinal o moral y así, el "se ve que no es usted egoísta", dirigido a un padre de muchos hijos, surge con idéntica naturalidad, con sordina diríamos, a años luz del moralismo.

Nota redactada en abril de 2005. Lo de izquierdistas boccaccianos no va por el autor del Decamerón, claro, sino por la discoteca barcelonesa en que se formaron los guías intelectuales de hogaño.


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14 abril 2007

No era la razón lo que le faltaba, sino todo lo demás.

Le faltaba todo en el mundo menos la razón. Y él quería apoderarse, con su razón, de todo lo que le faltaba.

Lope de Aguirre, en la versión de Sender, es una mezcla de ideólogo revolucionario y terrorista. La anterior definición nos lo muestra como un Lenin del siglo XVI. La orgía de muertes que sigue a su toma del mando no hace sino corroborarlo.

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13 abril 2007

Atentados fundacionales

En artículo del 4 de abril, José María Carrascal traza las semejanzas y diferencias entre la Santa Transición y la nueva transición que parece querer llevar a cabo ZP. Principal semejanza: ambas utilizan como rampa las instituciones del régimen anterior. Principal diferencia: la segunda se hace sin consenso.

Se olvida otra semejanza, y es que ambas tienen su acta fundacional en un atentado. El 11-M recuerda cada vez más al Asesinato en el Orient Express de Ágatha Christie, y no sólo porque sucediera en los trenes. En esa historia, el asesino era el conjunto de todos los sospechosos, cada cual con su móvil. En el 11M da toda la impresión de que los diversos beneficiados del cambio de régimen colaboraron a su modo (comisión, omisión o manipulación). Y, fuese quien fuese la mano homicida, no cabe duda de que se trata de la piedra angular del cambio. El asesinato de Carrero Blanco fue pieza sine qua non para la alabada Transición, pues con seguridad el almirante no hubiera dado su visto bueno a la reforma política. ETA fue la ejecutora, pero aún ignoramos hasta qué punto otros agentes del vuelco institucional fueron más allá de la satisfacción. Alguna vez se ha hecho notar que los autores del magnicidio fueron muriendo en los años siguientes, de modo, por lo general, más discreto que los suicidas de Leganés. Semejanzas y diferencias, haylas siempre.

Ningún escándalo. En definitiva, es raro el cambio político que no viene inaugurado o precedido por algún hecho violento. Otra cuestión es el juicio moral que merezcan dichos actos, que, por cierto, suele guardar relación con el que merecen los gobiernos subsiguientes. Quizá nunca lleguemos a saber lo que pasó el 11 de marzo del 2004. Pero la función histórica de aquel suceso quedará siempre fuera de toda duda.

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12 abril 2007

Las raíces del romanticismo

De la imprecisión de los términos empleados en las ciencias humanas, quizá no haya ejemplo más claro y más típico que el del término romanticismo y sus derivados, romántico, etc. Ya sabemos la degeneración última a que en la lengua común ha derivado el concepto. Pero no nos referimos ahora a esto, sino a la significación que historiadores, artistas, críticos, etc. le dan. De esta dificultad parte sir Isaiah Berlin para, en una serie de seis conferencias editadas ahora por Henry Hardy, tratar de encontrar las claves definitorias de lo que es romántico. Y me parece que el intento se ha visto coronado por el éxito. Al menos, la fuerza de conviccción de las palabras de Berlin es grande, y se ven sostenidas además por una nitidez de estilo que deja admirado. Cuando leemos (al final, fieles a nuestra costumbre) en el prólogo de Hardy que se trata de conferencias, no podemos por menos de concluir que estamos ante un conferenciante delicioso. Pero, en suma, ¿cuáles son esas raíces, o esas claves del romanticismo? Tras una exposición, insisto, de gran amenidad, sir Isaiah Berlin llega a la conclusión de que son fundamentalmente dos, interactivas: la concepción del hombre como una voluntad implacable a la que no se le puede coartar con reglas o normas, y la idea de que en el mundo no hay una composición, una estructura que le sea posible desentrañar al hombre. Herder y Kant habrían sido los grandes responsables de esta revolución de la que aún vivimos consecuencias.

Nota redactada en diciembre de 2001.

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11 abril 2007

¿De qué me suena?

En su ensayo "La España celestial", José María Marco se refiere a la decepción que para Unamuno significó la neutralidad española en la guerra mundial.

Por eso esta es la experiencia más amarga que hasta entonces le había tocado vivir. Él convocaba a los españoles a una cruzada y ellos prefieren lavarse las manos, como Pilatos. La Historia es para ellos una "lata", una simple molestia. Prefieren mirar para otro lado y no enterarse de lo que ocurre. La presencia inglesa en Gibraltar había demostrado de sobra que prefieren la humillación al sacrificio de su mezquino pasar. Ahora ya sabemos lo que son: unos cobardes. Tienen miedo al peligro, a arriesgar su vida miserable, a pensar, incluso. Han olvidado lo que es el orgullo, y, puestos en el trance de elegir, prefieren ser europeos de segunda categoría. Los descendientes de quienes hicieron de la defensa de la fe su razón de ser han elegido la abstención: Don Quijote, de volver a cabalgar por los caminos de España, preferiría morirse de vergüenza, como a Costa y a Ganivet se les reventó el corazón de pena y de asco.

(Recogido en La libertad traicionada. Siete ensayos españoles)



10 abril 2007

Stand by your man

Manolo Fernández, en su programa Toma 1, de Radio 3, nos ha regalado con la lista de las 30 mejores canciones country de todos los tiempos, según una encuesta de la Country Music Television. La lista, como suele suceder, es tan discutible como variados son los gustos de cada cual. Pero ¿saben cuál es lo más llamativo de la tal lista? Pues que la canción que ostenta el número 1 es nada menos que Stand by your man, popularizada por Tammy Wynette. ¿Cómo se han atrevido? Estamos hablando de una canción que dice literalmente esto:

A veces es duro ser una mujer
que da todo su amor a un solo hombre.
Tú lo pasarás mal
y él se divertirá
con cosas que tú no entiendes.
Pero si lo amas le perdonarás,
incluso cuando no lo entiendes.
Y si lo amas,
oh, siéntete orgullosa de él,
porque después de todo es un hombre.

Quédate junto a tu hombre,
ofrécele dos brazos para estrechar
y algo tibio a lo que se pueda acercar
cuando la noche es fría y solitaria.
Quédate junto a tu hombre,
y muestrale al mundo que lo amas.

Qué escándalo, ¿no? Ya se ve que la tal lista no va a trascender mucho, que si no, alguna cabeza iba a rodar en la Country Music Television esa.

(Por cierto: Tammy Wynette no predicaba con el ejemplo).

09 abril 2007

Relatos (de Francisco Ayala)

Las vanguardias literarias de principios de siglo (que son la última gran convulsión hasta ahora) me recuerdan las reformas en la enseñanza, las dos que he conocido, la del 70 y la de la Logse. Un gran entusiasmo, al que acompaña la idea de que ahora, de verdad, empieza todo, y lo de antes no vale para nada, y cualquier novedad es buena. Luego todo vuelve a su cauce, pero el terremoto sirvió para darse cuenta de que los usos ancestrales van acumulando escorias de rutina y de desfase. Los cuentos vanguardistas de Francisco Ayala parecen (como todo relato vanguardista) no más que un ejercicio escolar, unos palotes, con algunos rasgos de genio aislados que surgen aquí y allá. Luego, en su obra posterior, resplandece todo el genio del autor, ya depurado. De esta apreciación excluyo "Erika ante el invierno", un extraordinario cuadro en que lo vanguardista sirve de marco para introducirnos en aquellos años (20-30) en que en Europa se anunciaba la tormenta. Un marco optimista donde el deporte constituía el ejercicio favorito del hombre moderno que iba a dominar a la naturaleza y donde el arte, según Ortega, se convertía en puro juego, lejos de todo patetismo. Pero algunos no podían dejar de observar aquellos goterones que empezaban a dejarse caer sobre tan idílico panorama. La muerte de Erika y la del niño son presagios sombríos. Con el tiempo, a Ayala no le va a quedar más que una mueca amarga, como la del Bosco en "El jardín de las delicias", y ahí están "The last supper" o "La barba del capitán", pero antes ha pasado por esa desconcertante cumbre que es "El Hechizado", sólo comparable al soneto de Cervantes al túmulo de Felipe II.

Nota redactada en mayo del 2000. Estoy hablando de la compilación de la editorial Bruño, en la colección Anaquel.

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08 abril 2007

Dónde ha quedado oh muerte tu victoria

eras la vencedora la total la reina
de la noche en el aire del olvido
eras la prostituta de las tinieblas
la sin sexo la del oscuro abismo
que devora lo mismo que parió
la lepra de sí misma la asquerosa
la coronada harpía del universo
la heredera legítima del pecado
y dónde ha quedado oh muerte tu victoria
vencida por Jesús eres la más hermosa
dominada por él eres la casi nada
la virgen del umbral la llena de luz
la que besa y se va por el infinito
eses la del relámpago la desnuda
la preñada del sol la que ilumina
y se muere de luz y desaparece
dónde ha quedado oh muerte tu victoria
Cristo resplandeciente te aniquiló
golpeó tu vieja cara de carroña
arrastró por el polvo tus cabellos
mírate en el espejo oh dominada
ahora que te has vuelto casi transparente
tu reino ya no existe eres la sombra
del sol sobre ti misma oh casi nada
oh virgen del umbral llena de luz.

José Miguel Ibáñez Langlois, Libro de la pasión, "La Resurrección", 14

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06 abril 2007

Y qué sería del mundo qué de la Iglesia

si no fuera por esas viejecillas enfermas abandonadas que suspiran en la oscuridad
dulces clavos dulce cruz
dulce nombre de Jesús.

José Miguel Ibáñez Langlois, Libro de la Pasión, "El Via Crucis", 17

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04 abril 2007

Noam Chomsky

(que también es lingüista), hablando de la coherencia que debe acompañar a toda oración gramatical, ponía este ejemplo de frase no coherente:

Incoloras ideas verdes duermen furiosamente.

Pero lo mismo podría haber elegido esta de Emilio Gutiérrez Caba:

Cuéntame
comete un acto delictivo, pues esconde los horrores de la dictadura.

¿Por dónde empezar a comer esto? Sé que a un actor hay que exigirle que interprete bien cada papel, no que razone como Cicerón. Pero no sé, un poco de... En fin, cuando Quevedo equiparaba el hablar al defecar, debía de estar pensando en este tipo de abusos del don de la palabra. A duras penas Pío Moa ha conseguido glosar como es debido la última parte de la frase. El conjunto es inabordable, salvo en un contexto soviético, ese que tantos actores españoles parecen añorar.

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03 abril 2007

Palos de ciego


No es mala idea la de novelar la vida del ciego del Lazarillo. Lo único, que Eduardo Alonso no ha sabido comunicar a la historia auténtico interés. La cosa se reduce a unas cuantas anécdotas traídas por los pelos, que recuerdan vagamente las peripecias habituales en la picaresca. Otra cosa es el estilo: en ese aspecto, impecable. Alonso conserva el sabor inconfundible del castellano clásico sin que deje de ser una narración fluida, quiero decir que al mismo tiempo tienes la impresión de leer una novela actual y de saborear a un Salas Barbadillo o un Espinel. Esto es un mérito y hay que reconocérselo. Es una gozada de prosa.

La novela es burdelera, pero no carga las tintas, menos mal. Aunque quizá se haya contenido porque se la publica una colección destinada a los jóvenes. Tampoco (segundo milagro) carga las tintas en la crítica al estamento clerical. Todo el mundo es aquí un sinvergüenza, pero en todo momento se tiene la sensación de que es un juego, un divertimento.

Me gusta el detalle del reencuentro entre amo y mozo, pero se echa de menos una mayor profundidad. El que el público vaya a ser joven creo que no es un obstáculo para ello. En fin, toda novela que tenga algo que ver con Lázaro de Tormes sufre la desventaja de la comparación con el original. ¿Quién sería el que escribió aquello?

Nota redactada en febrero del 2002.

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02 abril 2007

La existencia oscilaba siempre entre el beso y la llaga.

A José María Gironella le dieron el premio Nadal del 46 por su novelón Un hombre. Por mí podía haber escrito sólo esa frase y haberse ahorrado todo lo demás.

01 abril 2007

Propongo un proceso de paz

entre el parlamento español y la Real Academia de la Lengua: los académicos no presentarán enmiendas a las leyes emanadas del Congreso y los diputados se abstendrán de elaborar el Diccionario de la lengua española.

Trato inspirado por aquel cantinero zumbón que puso este letrero en su bar:

El dueño de este local ha hecho un pacto con los bancos del lugar: ellos no venderán vino y yo no prestaré dinero.

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