me recuerdan ese triste atardecer
en que tuve que decirte otra vez
que repetía octavo de EGB.
Por quinta vez lo he de repetir,
como repito siempre siempre por tu amor:
mientras tú no apruebes yo no aprobaré:
somos estúpidos, pero estamos enamoraos.
O tempora! Qué malos tiempos le tocó vivir a aquel chaval cuyas cuitas glosaba mi amigo. Hoy no necesitaría pasar por ese mal trago de la repetición de curso para estar siempre con su amada. Ambos promocionarían juntitos por decreto o por decisión de la junta evaluadora. Adelante, adelante juntos, hasta la inopia titulada.
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