30 octubre 2012

Moral revolucionaria


Sobre el marqués de Poza, personaje de Don Carlos, de Schiller:

Poza ama a la humanidad y, enamorado de sí mismo, se entusiasma con sus acciones, que han de servir a la dicha de la humanidad. Evidentemente ama también a su amigo Carlos, pero lo ama como un representante del todo: "En el alma de mi Carlos creo un paraíso para millones" (verso 4257 y sigs.). El amor a la humanidad se traga el amor al individuo y así el marqués cae en el fatal defecto de "atentar contra la libertad ajena, descuidar el respeto a los derechos de otros y ejercer no pocas veces un despotismo muy arbitrario" (II, 261).

La moral revolucionaria traiciona en lo particular lo que pretende conseguir para la totalidad, a saber: la libertad. Por una parte exige que el hombre se convierta en su propio fin y, por otra, lo convierte en medio de sus cálculos. Tras las máscaras de la lucha por la libertad se esconden "la violencia, el secreto" y "el afán de dominio" (II, 261)

Rüdiger Safranski, Schiller o la invención del idealismo alemán 


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28 octubre 2012

Miscelánea nacionalista


A los indignados les gustan las máscaras de V de vendetta. Aquello fue una de las mayores apologías del terrorismo jamás filmada. Tal vez la mayor victoria de ETA no sea Bildu, sino la generalización de su discurso entre una juventud que, sin duda, tiene razones para sentirse incómoda, pero que ha de ir con cuidado a la hora de elegir maestros.

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Según Juaristi, en ABC, el término vascos referido a los nuestros no se generalizó hasta fines del XIX. Sí: recuerdo que en el Siglo de Oro eran siempre vizcaínos y que Cadalso, en las Cartas marruecas, los llama cántabros. No es que sea un argumento en contra del nacionalismo, pero conviene conocer estos pormenores.

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No conozco tan a fondo el catalán y el valenciano como para pronunciarme sobre su identidad o su distinción como lenguas. Pero es curioso que asumimos la identidad cada vez que oímos un apellido de fonética levantina y decimos: "será catalán". Como experimento sociológico, a partir de ahora, en esos casos, yo diré: "será valenciano". Al fin y al cabo a los catalanes, que defienden la identidad, no les molestará tal nimiedad onomástica.

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25 octubre 2012

Matrimonio, Laforet, nacionalismo


Presentan una ILP a favor del matrimonio blindado. Me parece bien, porque una legislación divorcista no contenta a todos, contra lo que pensaba Julián Marías: supone una toma de partido por parte del Estado; una toma de partido que no permite contraer, civilmente, un matrimonio indisoluble; todo lo más indisoluto, por la voluntad de los cónyuges reafirmada cada día, o porque uno de ellos va y se muere. Si se busca el pluralismo, una pluralidad de matrimonios es la solución. A la espera de que nuestras cabezas se ablanden por fin.

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Estupendo Olegario González de Cardedal con su artículo sobre Carmen Laforet (es de 2010, pero lo descubro ahora). Ya suponía que lo de la "mujer en fuga" estropearía clamorosamente lo más trascendente de su vida. Suerte que don Olegario pone las cosas en su sitio. Me veía yo tan solo... Ah: y de todo el artículo, lo mejor el párrafo final de la propia Laforet.

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Y yo que estaría dispuesto a respetar el nacionalismo catalán (o el vasco) si asumieran el pasado y tomasen en serio la historia... Algo así como "fuimos España. Nuestra cultura, nuestros hombres, nuestras gestas, fueron españolas hasta anteayer. Pero ya no lo somos. Fue bello mientras duró. Que tengáis un feliz resto de vuestra vida sin nosotros". En lugar de eso, tratan de justificarse con historietas sonrojantes al lado de las cuales los bestsellers de Ken Follet rezuman rigor científico. Para no hablar de la retórica abertzale, claro. De las dos retóricas, la de los comunicados y la de las balas.

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23 octubre 2012

Enhorabuena a los del Tribunal Constitucional y a los de Eusko Alkartasuna:

La Cuba cantábrica está más cerca.

Reiteraré mis felicitaciones a los de EA cuando se hayan convertido en los nuevos Payáes, Fariñas y Zapatas. Los del TC seguirán con sus plácidas digestiones hasta el día de la sentencia que no marra.

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21 octubre 2012

Pastoral americana

Y, ¿qué tiene de malo la vida de los Levov? ¿Qué hay en este mundo menos reprensible que la vida de los Levov? Pastoral americana concluye con estas preguntas, no necesariamente irónicas, lo que quiere decir que Philip Roth renuncia a dar respuestas. Toda su novela es una gran pregunta. El Sueco, Seymour Levov, es hijo de un inmigrante judío de esa nacionalidad, y ha heredado el emporio de fabricación de guantes de su padre. Es un americano triunfador, ya desde su infancia y juventud, como deportista admirado por todos sus compañeros, y además luego se casa con una miss Nueva Jersey. Pues bien, va su hija y le sale terrorista. Pastoral americana es el libro de mayor extensión, que yo sepa, dedicado a la tópica pregunta: "¿en qué hemos fallado?", hecha por unos padres responsables a quienes un hijo les sale rana. Y la pregunta queda abierta porque Roth no toma partido por nadie. Aunque la novela concluye con la risa floja de una profesora liberal que se goza en el fracaso del modus vivendi de la alta burguesía de su país, la fe marxista tampoco es la respuesta, tal como Roth plantea aqui las cosas, sino parte del problema, o más bien una de sus consecuencias. En mi opinión, toda la novela es una ilustración de aquello que decía no sé quién: "Hemos estado tan preocupados por darles a nuestros hijos lo que nosotros no tuvimos, que nos hemos olvidado de darles lo que sí tuvimos". Los Levov creen bastarse a sí mismos, y haber creado las condiciones para que todo ruede a pedir de boca. Judíos como eran, no aprendieron nada de lo de la torre de Babel.

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19 octubre 2012

Hoy se celebra

la memoria litúrgica del beato Jerzy Popieluszko. Nos acogeremos a su patrocinio frente al totalitarismo que viene y que ha entrenado bien a sus hordas.

Y en España tan bien que ya sólo Malta, entre los países europeos, nos aventaja en fracaso escolar. Los pedagogos socialistas deben de estar corroídos por la envidia, intentando averiguar cómo lo hacen, los tíos.


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17 octubre 2012

¿Es la escuela lugar apto para Dios? ...


Aun suponiendo que la palabra e idea de Dios fueran las trampas máximas de la historia humana, habría que preguntarse de dónde nacen tan permanente error o engaño. Es también lugar apto para percibir, identificar y descifrar las posibles huellas, signos, palabras de Dios en la historia, y no menos lugar apto para analizar toda cultura, arte, pensamiento y humanidad nacidos de la fe en Dios. Y al pensar tanta gracia, pensar también la inhumanidad que resulta con su posible o real degradación. 

Olegario González de Cardedal, "La escuela: ¿lugar propio para Dios?", en Educación y educadores. 


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16 octubre 2012

La verdadera historia del PSOE

El título parece anunciar un libro polémico, pero no hay tal. Es cierto que el punto de vista es distante y levemente crítico, pero Juan Carlos Girauta consigue mantenerse en un notable nivel de objetividad. A lo mejor lo digo porque no me gusta el PSOE.

Hay una maldición en ese partido que hace que prevalezca siempre su facción más fanática. Hubo un momento, con Felipe González al frente, en que pareció que iba a asimilarse a los partidos socialdemócratas europeos, pero el golpe contra Rumasa no hizo sino augurar una vez más lo peor. Fue, con todo, un período más marcado por la corrupción que por el sectarismo. Este se acentuaría luego, como bien sabemos, con Zapatero en la presidencia.

Girauta utiliza una técnica peculiar que consiste en insertar biografías de los más relevantes líderes socialistas entre la historia propiamente dicha. Pablo Iglesias, por supuesto, es el primero, y Rosa Díez la última, pasando por los Largo, Prieto, Negrín, Besteiro... A Nicolás Redondo se le concede un lugar no desdeñable, así como a Rodolfo Llopis, el último líder prefelipista. La revolución del 34 es calificada con toda propiedad como golpe de estado. No así el 13 de marzo de 2004, que se queda en infamia y "la más feroz campaña de desestabilización política de nuestra historia reciente". Por eso digo lo de la objetividad. Afirmar que el cerco de las sedes del PP y la violación de la jornada de reflexión no eran sino la segunda parte del 11-M sería excesivo para un hombre tan moderado como Girauta...


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13 octubre 2012

Dulcinea


La idea de Dios como conciencia del universo no creo que sea muy ortodoxa, pero la de Dulcinea como la imagen que Dios tiene de mí, es cuando menos interesante.

No es este mi yo deleznable y caduco; no es este mi yo que come de la tierra (y al que la tierra comerá un día) el que tiene que vencer; no es este, sino que es mi verdad, mi yo eterno, mi padrón y modelo desde antes de antes y hasta después de después; es la idea que de mí tiene Dios, Conciencia del Universo. Y esta mi divina idea, esta mi Dulcinea, se engrandece y se sobrehermosea con mi vencimiento y muerte. Todo tu problema es este: si has de empañar tu idea y borrarla y hacer que Dios te olvide, o si has de sacrificarte a ella y hacer que ella sobrenade y viva para siempre en la eterna e infinita Conciencia del Universo. O Dios o el olvido.

Miguel de Unamuno, Vida de don Quijote y Sancho 

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12 octubre 2012

La última



Yevgueni Zamiatin escribió en Nosotros (1921) la primera de esas pesadillas que prevén un fin totalitario de la historia. La suya llegó, como la soviética a la que parodiaba, tras una revolución. 


-¡Es una locura! No tiene pies ni cabeza. ¿No veis que estáis preparando una revolución?

-Sí, una revolución. ¿Por qué no tiene ni pies ni cabeza?

-Porque no puede haber revolución. Porque nuestra revolución fue la última y no puede haber otra. Todo el mundo lo sabe...

Vi esbozarse el triángulo irónico y agudo de sus cejas:

-Querido amigo, eres matemático, eres además filósofo matemático; dime cuál es la última cifra.

-¿Cómo? No te entiendo, ¿qué ultima cifra?

-Pues la de encima, la última, la mayor...

-Pero, I, es absurdo. El número de cifras es indefinido, no puede existir una última cifra.

-Entonces, ¿por qué hablas de última revolución? No hay última revolución, el número de revoluciones es siempre infinito. El último es para los niños: el infinito les asusta y tienen que dormir tranquilamente por la noche...

-Pero ¿qué sentido tiene, en nombre del Bienhechor? ¿Qué sentido tiene si todo el mundo es feliz?

-De acuerdo, pero ¿después?

-Es ridículo, es una cuestión pueril. Cuéntale un cuento a un niño, díselo todo y te preguntará: "¿Y qué pasó después? ¿Por qué?"

-Los niños son los únicos filósofos valientes. Y los filósofos atrevidos son obligatoriamente niños. Hay que ser como los niños, siempre hay que preguntar: "¿Qué pasa después?"

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10 octubre 2012

Secretum


El protagonista de esta historia, como suele ser habitual entre los de su autor, vive entre el presente y el pasado, siendo al mismo tiempo un humanista del Renacimiento y un rebelde que va a ser condenado a muerte por haber elegido morir. Sí, pues tal es la paradoja de esta distopía, donde la humanidad ha superado la muerte como si se tratara del sarampión, se ha puesto una inyección de inmortalidad y castiga con la muerte a quien decide vivir al viejo estilo, es decir, a tiempo limitado. El Acusado (no tiene otro nombre nuestro hombre) no se rebela contra nada, por más que sus enemigos intenten demostrar lo contrario. Que sea inmortal quien quiera serlo, pero yo quiero tener la libertad de amar y de morir. El tiempo y el amor, en efecto, han sido abolidos junto con la muerte en esta sociedad. Y nuestro acusado intuye que, de algún modo, sólo el amor le dará una eternidad que merezca la pena, mientras que los otros no son más que muertos en vida.

A la ya de por sí barroca escritura de Antonio Prieto se suma aquí una estructura bastante compleja. El punto de vista narrativo es múltiple y el autor se complace en algunos juegos experimentales muy propios de su época (1972), como esos monólogos que concatenan la última palabra de una frase con la primera de la siguiente. Es un virtuosismo narrativo que quizá complique innecesariamente la novela, ciertamente minoritaria, pero con una interesante lectura a lo divino, muy ratzingeriana diría yo, si damos la interpretación adecuada a ese Amor y a esa Palabra que, nítidamente distintos, se erigen sin embargo, conjuntamente, en vehículo de salvación.


(La imagen es de la edición de 1972; no he encontrado ninguna de la de 1986, que es la que he leído y que, al parecer, introduce algunos cambios. Véase esto.)

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09 octubre 2012

Amor verdadero, dulce monotonía

Los días comenzaron así a hacerse semejantes a sí mismos, en un dichoso círculo sin fin en cuyo interior conocieron los fugitivos el amor verdadero. Acabó el verano y vino el otoño; acabó el otoño y vino el invierno. Sólo las largas conversaciones con el viejo mago rompían la dulce monotonía de sus existencias.

En José Javier Esparza, El dolor

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07 octubre 2012

Grafiti:


"No queremos la paz, queremos la victoria".

Esto podría suscribirlo fácilmente un etarra, a despecho de su propia propaganda. Pero raramente un demócrata. Lo que dice mucho acerca de quién está más convencido de su causa.

En efecto, suena demasiado... radical, ¿no? En una de aquellas manifestaciones contra el chalaneo con ETA, me pareció oír gritar: "No queremos paz, queremos libertad". Me dije que vaya, por fin estábamos dejando de consumir papel de fumar. De nada vale una paz con concesiones a los criminales, y hay que decirlo bien alto. Pero un acompañante me corrigió con un gesto de cierta reconvención: no, hombre, dicen "ya tenemos paz, queremos libertad".

Vaya.

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05 octubre 2012

Salvadora de Olbena

Los personajes de Azorín parecen llegados a un limbo de los justos, a una sosa eternidad donde las cosas, naturales o artificiales, se dirían decorados puestos allí para que las almas no se sientan demasiado desplazadas, como la habitación neoclásica de 2001 Odisea del espacio. En Salvadora de Olbena el tren de la 1,45 es como una familiar barca de Caronte que lleva a ese lugar, que en este caso lleva el nombre de Olbena, donde no hay movimiento ni por tanto futuro y donde se habla sin cesar del pasado.

Un limbo de los justos, sí, porque en Azorín no hay villanos ni héroes, pero no porque cada uno participe de la maldad y de la virtud en diversas proporciones, sino porque no son más que juguetes de un destino que no es trágico ni feliz, sino que simplemente se complace en ser. Las poses más o menos dramáticas que podían haber adoptado en el pasado parecen ahora, en esta estación definitiva, puros juegos de niños: así sucede con un Don Juan en la novela homónima, o aquí con esta especie de mujer fatal llamada Salvadora.

Hoy se sigue discutiendo si las novelas de Azorín lo son realmente, lo que, vista la historia literaria del último siglo, lo convierte en uno de los mayores innovadores. Porque eso ya no se discute con Joyce, Proust o Kafka. De cara al público (en el que me incluyo) quizá le falte que este capte la diferencia entre unas novelas y otras, porque lo cierto es que, al igual que Cunqueiro, tan diferente por otra parte, parece escribir siempre variaciones sobre lo mismo.

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04 octubre 2012

Hace tiempo que vengo al taller

Luis González Platón es poeta y lector, y por eso lee la zarzuela como nadie. Es una estupenda noticia su aterrizaje en Blogger; tanto, que ya lo he enlazado con el verso siguiente a este "hace tiempo que vengo al taller". Muchos de los que nos dedicamos a la docencia lo hemos pensado tantas veces, sin acertar a expresarlo como Ramos de Castro: "... y no sé a qué vengo".

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01 octubre 2012

La enseñanza en España o La tina de la colada

Cuando era chico vi en la televisión un sainete titulado La tina de la colada. Se trataba, me parece, de espabilar a un mozo gandul entregándole un pergamino con una lista de tareas a las que debía de atenerse estrictamente, sin pensar en hacer otra cosa ni omitir ninguna. La gracia está en que su hermana mayor se cae un día en una enorme tina de la que le resulta imposible salir sin ayuda. Llama al mozo pero este arguye: “eso no está en mi pergamino”, y no hay manera de sacarlo de ahí. Naturalmente, hay que hacer un anexo en el pergamino para que el chaval se digne socorrer a su hermana.

Algo así sucede en la profesión docente. Desde que desembarcó en España la pedagogía progresista, los profesores hemos sufrido humillaciones sin cuento a cargo de la burocracia instalada en la administración educativa. No voy a hablar del desarme unilateral frente a la indisciplina en las aulas, porque para qué más. Quiero referirme aquí a otra cosa: hemos pasado de ser maestros a ejercer de funcionarios que hacen cumplir el pergamino. El nuestro no se llama así, se llama programación didáctica, porque ya sabemos lo aficionada que es esta casta al circunloquio. Páginas y páginas de fárrago que coinciden en su mayor parte con el currículo o plan de estudios, lo que las hace redundantes y enteramente prescindibles, como se ve en el caso finlandés, donde no existen (y tampoco la función inspectora, todo hay que decirlo. Recordemos que Finlandia suele ocupar los primeros puestos en calidad educativa; del que ocupa España no hablo por mero pudor). El caso es que todo, todo y todo lo que vayas a llevar a la práctica en el aula debe figurar en el pergamino, y pobre de ti si no es así. Si suspendes a un aspirante a bachiller y este alega que entregar el examen a boli o distinguir las mayúsculas de las minúsculas “no está en el pergamino”, el alumno compartirá título con los que han echado horas de estudio en su casa para conseguirlo, aunque no sepa colocar un paréntesis y entienda malamente lo que escribe. Y tú serás desacreditado por tus propios superiores desde el anonimato, kafkianamente, sin consideración. Aunque seas el profesor Holland redivivo.

Por eso me pone triste ver a mis colegas salir a la calle para protestar porque les acortan la ración. Están en su derecho y quizá yo hiciese lo mismo en otras circunstancias. Pero, por lo que a mí respecta, no quiero dinero. Exijo lo que es nuestro, lo que nos pertenece desde antes de que se inventaran las pagas extras. Un rearme moral del profesorado. Ya.

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