En la Ética a Nicómaco, Aristóteles tiene palabras
bastante claras en relación con cierta polémica reciente.
La burla es una especie de insulto, y los legisladores
prohíben ciertos insultos, y quizás debieran prohibir también ciertas burlas [...]
En cuanto al bufón, es una víctima de su afición a hacer reír, y no se respetará
ni a sí mismo ni a los demás con tal de conseguir hacer reír, aun a costa de
decir cosas que un hombre de buen gusto no diría, y algunas ni siquiera
escucharía.
(Libro IV, 9)
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