Me pregunto si alguna de las novelas publicadas en la posguerra
española, como las que recibieron el premio Nadal, o el Planeta, aparecería con
una nota en la que alguien tratara de orientar al lector para interpretarla en
un sentido afecto al régimen.
Lo digo porque en El caos y la noche, de Henry de
Montherlant, edición española de 2009, un tipo se ha creído obligado a escribir
un cómico apéndice que pretende disuadir al lector de leer la obra como una
apología del franquismo, ya que, según él, ocurre lo contrario.
Y lo cierto es que a ningún lector con dos dedos de frente,
al llegar a la página 186, se le habría ocurrido hacer una interpretación política,
pro o antifranquista, de esta magnífica novela de corte existencial.
No sé si hacen reír o llorar. O expeler otro tipo de materia
orgánica.
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