Estas líneas de Vicente Aleixandre a Leopoldo Panero
(y no me extraña que a Aleixandre también le gustara decir bastadas en
la intimidad; como para idealizar a los poetas a estas alturas), saludando la
llegada de la república, resultan proféticas con respecto a lo que ocurrió
después:
... Sí, chico, por mí que viva la joven doncella [la
república] ¿Te atreves a violarla?
Él no estaba para esas cosas, me temo; pero sus camaradas
bien que le tomaron la palabra.