Por entonces me pareció una originalidad, porque todavía no
sabía que todo artista country que se precie ha de grabar su álbum de
Navidad. Supongo que recopilaciones como esta habrá a cientos. Pero no tantas
en España en 1981. Aquí oí por primera vez algunos carols muy populares
en los Estados Unidos: así Silver Bells, en las armonías vocales de Tompall & the Glaser Brothers; The Christmas Song, interpretada por Sonny Curtis, un tipo que estuvo en la banda de Buddy Holly, creo que como
bajista, y que no decepciona como cantante; Winter wonderland, en las
voces de Dave & Sugar, o Rudolph the red nosed raindeer, en
que Nancy Sinatra acompaña a Mel Tillis. El propio Tillis
hace lo que puede en White Christmas, y es mucho, pero sufre, claro, la
comparación con Bing Crosby; O holy night, que creo que es
una adaptación de una pieza francesa, a cargo de Helen Cornelius, que sale
airosa de las notas altas. Salvo en esta última, la simbología más superficial
de la Navidad es lo que predomina: campanas, renos, nieve. Hay también algo de
amantes nostálgicos, como un Blue Christmas, en la voz de un tal Eddy Raven, que no la maltrata; y la aportación de la estrella del momento, Johnny Lee, Please come home for Christmas.
Y hay un par de cosas más conocidas por estos lares: un tal Joe Sun machaca sin piedad Silent night, o sea Noche de paz; y el
hijo de Hank Williams entona con grave voz de vaquero rudo el Little drummer boy, nuestro tamborilero. Puedo ponerme cursi y decir que me
han acompañado toda una vida, durante esos días tan entrañables.
Últimamente, la tecnología me ha permitido ampliar el repertorio.
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