Es dudoso que Bécquer
y Mary Ann Evans llegaran a
conocerse, ni siquiera a través de sus obras. El caso es que este personaje de Middlemarch expresa algo asombrosamente
coincidente con el Poesía eres tú del
sevillano, y prácticamente en el mismo momento (Middlemarch es de 1870, año en que muere Bécquer). Sólo me temo que
el pobre Gustavo se quedaría hecho
polvo ante la crueldad final de la autora…
--Ser poeta significa
tener un espíritu tan ágil como para que no se escape ni una sombra, tan ágil como
para sentir que la inteligencia es simplemente una mano que toca con magnífica
y ordenada variedad las cuerdas de las emociones, un espíritu en el que el
conocimiento se convierte al momento en sentimiento, y el sentimiento vuelve a
lanzar destellos como un órgano nuevo de conocimiento. Pero uno solamente puede
ser así a rachas.
--Pero se olvida de
las poesías --dijo Dorotea. –Creo que son necesarias para completar al poeta.
Comprendo lo que dice sobre el conocimiento que se convierte en sentimiento,
pues parece ser precisamente lo que me ocurre a mi. Pero estoy segura de que yo
nunca podría escribir un poema.
--Usted misma es un
poema, y esa es probablemente la parte más importante de un poeta, la que
revela su genio en sus mejores momentos –dijo Will dando muestras de una originalidad
que todos compartimos con la mañana, la primavera y otras eternas renovaciones.
George Eliot, Middlemarch,
capítulo XXII
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