Pues, ¿qué tiene de
malo [ser ladrón]? ¿No es peor ser
hereje, o renegado, o sodomita, o matar a su padre y a su madre…?
Ser hereje hace tiempo que es un timbre de gloria, más que
de infamia. De la sodomía, excuso a ustedes decirles. Parece que matar al padre
todavía está como mal visto, salvo en sentido figurado, y desde luego no cuando
se trata de que el viejo muera con dignidad
(y nos deje a nosotros con mayor dignidad todavía). Ahora se asocia el título
de renegado con la libertad, pues el eslogan publicitario del vehículo de
marras dice algo así como “la libertad es mi bandera”. No cabe duda de que eso
lo rehabilita definitivamente.
Ahora bien, el concepto de renegado conlleva necesariamente
la infidelidad, lo que me hace temer que una vez más la libertad se concibe
como hacer lo que me sale de los huevos,
y digo esta grosería no por hacer el reverte, sino por poner de relieve que
semejante comportamiento significa aparcar el cerebro y someterse a la
dictadura de las vísceras. O sea, que de libertad, nanay.
__