13 enero 2010

Bajón

En Las mil y una noches hay un cuento sobre un pulso entre dos graciosos profesionales: -¿qué broma les gastarías -le dice uno al otro- a esa hilera de tíos que están ahí proveyéndose en las letrinas? -Pues -propone el primero- pasaría con una escoba haciendo como que barro y les iría pinchando el trasero con ella. El otro se espanta: -Por Alá que eres basto y no tienes imaginación. Mírame a mí. Y acto seguido coge y empieza a repartir una flor a cada uno de los acuclillados. La indignación de estos ("¿es que por ventura piensas que estamos aquí celebrando una fiesta?") provoca la carcajada de los presentes.

Me gusta La Gaceta por su valentía y por los sabrosos scoop con que nos obsequia últimamente. Por eso me sorprende el bajón de categoría que supone el titular de portada de su suplemento dominical, Época: "Bibiana Aído, nuestra insoportable tonta". El recurso al insulto directo es una falta, no sólo de educación, sino también de creatividad y de ingenio. Habría sido más eficaz otro par de adjetivos en sentido positivo pero claramente irónicos, yo qué sé, esa turbadora doncella o algo así.

Lo que no quiere decir que yo también piense lo mismo de la miembra de marras, por supuesto; y de más de uno de sus colegas y coleguesas.
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