Este es uno de los libros más famosos de Azorín,
supongo que porque es uno de los que más han contribuido a forjar el mito (o la
realidad) de la Generación del 98. En esas lecturas los nombres más
citados son los de Cadalso, Larra y Joaquín Costa, es
decir, los que hicieron una crítica global de la supuesta o real decadencia
española, los que con mayor agudeza fustigaron sus vicios y vivieron
intensamente el afán por regenerar el país. Y también los que con mayor
frecuencia se citan como antecedentes de la famosa generación. Está también muy
presente Gracián, cuyo pensamiento ha sido con frecuencia comparado con
el de Nietzsche, uno de los grandes inspiradores de Azorín y sus
coetáneos. Y Saavedra Fajardo, el gran pensador político de la España
del Barroco. Junto a ellos, figuras menores como fray Antonio de Guevara,
cuyo Menosprecio de corte y alabanza de aldea tenía que ser por fuerza
muy apreciado por Azorín, tan fascinado siempre por los encantos de la
existencia sencilla; y José Mor de Fuentes, autor de una autobiografía
hoy olvidada y protagonista del capítulo más largo de esta serie.
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