12 octubre 2025

Ni la menor duda

 …creo que hasta el cambio de relaciones entre Guido y yo empezó el día en que me avine a ocultar algo a mi marido.



Guido era su jefe, con el que empezó a tontear hasta que se impuso la cordura (Valeria, en Cuaderno prohibido)


11 octubre 2025

El sentido de la historia

La historia no tiene un fin en sí misma, sino que se halla, el fin, fuera de ella, en la eternidad. Es, pues, como cabía esperar en Berdiaev, una visión cristiana de la historia. La cual no es más que un eón dentro del plan divino, puesto en marcha, este eón, por la libertad humana. Concretamente, dice Berdiaev, es la libertad para el mal lo que pone en marcha la historia, lo que nos hace suponer que el autor piensa que, si el hombre no hubiera empleado su libertad para el mal, probablemente no tendríamos historia sino otra cosa. Pero eso no lo deja claro.

Según Berdiaev, nos hallamos empezando la época que sucede al Renacimiento, caracterizada por una nueva barbarie cuyas caras más visibles son el capitalismo y el socialismo, éste consecuencia de aquél. La edad antigua se habría caracterizado por una vida del hombre a ras de naturaleza, dando a este concepto un carácter negativo, opuesto a lo espiritual. Fue en la Edad Media cuando el cristianismo se encargó de llenar de espiritualidad al ser humano, el cual acumularía unas fuerzas que desplegó en el Renacimiento, época de creatividad y de libertad, pues él considera que en el mundo medieval esta libertad se encontró represada, no sabemos por qué, o al menos a mí no me queda claro. Pero el Renacimiento se empeñó en volver a lo clásico, cosa que ya no era posible dentro de la nueva espiritualidad cristiana. Por eso acabó por agotarse y aquí estamos, en una nueva barbarie que espera su nueva edad media (título de una de sus obras más conocidas y poco editadas).

He dicho dos veces que algo no me quedaba claro, pero no quiero dar la impresión de que el libro es oscuro. Antes bien, estas tesis quedan bien explicadas y no dejan de resultar convincentes en lo fundamental. Como filósofo de la historia, fue Berdiaev uno de los mejores intérpretes de su tiempo.

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06 octubre 2025

Suele olvidarse

que la aceptación es una de las formas capitales de la realización de la libertad. […] Sigismunda no prefiere, no elige. Como decíamos, su modo de elegir consiste en la manera de aceptar. O, si se quiere, obedecer; en ello cifra su libertad. Recuérdese [sic] las palabras que dice Auristela a Periandro: “Mi albedrío lo es para obedecer” (I, 106).

Luis RosalesCervantes y la libertad, segunda parte, capítulo III


O, como diría Kierkegaard, “su libertad es inclinarse ante el poder eterno”.

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04 octubre 2025

Pasma

Un tipo pide cinco mil dólares para no matar a un concejal. Unos niñatos salvajes se dedican a quemar vagabundos. Dos italianos preparan un golpe en una sastrería. Lo que no imaginaban los detectives de la comisaría del distrito 87 es que iban a liquidar los tres asuntos de una carambola triunfal, después de muchos afanes, sonados fracasos y algunos muertos. En definitiva, el Ed McBain de costumbre, cruzando tramas de modo rocambolesco e insertando otras más de comedia, como la del detective Meyer y su antojo de llevar a los tribunales a una escritora que le ha copiado el nombre para titular una novela. Los detectives más simpáticos del universo negro, sin duda. Y lo mismo hay que decir del narrador. Sólo Ed McBain podría abrir así un capítulo:

A nadie le gusta trabajar en sábado.

Tiene algo de indecente, va contra la naturaleza humana. El sábado es el día que antecede al domingo y el más idóneo para dar una patada a las tensiones […] Con un sábado tan encantador, qué mejor que encender un fuego en la chimenea de tu pisito, encender un cigarrillo y olvidarse del mundo…

Y así. Lo que no obsta para que las situaciones, objetivamente, sean tan violentas como las que más en este género. Hay quien exagera el punto trágico. McBain lo desdibuja con su narración casi coloquial y sus diálogos chispeantes y resulta incluso más eficaz.

El título, por su parte, responde a otro de los rasgos de este autor, y es que los policías no son solo protagonistas por investigar y resolver el caso, sino por ellos mismos y sus circunstancias, reflejadas, ya digo, con una retranca tan fina como amable, en las antípodas del héroe de Mankell, por ejemplo, siempre tan agonías.

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01 octubre 2025

Es interesante que Azaña

diga a Rivas Cherif, en marzo de 1936, que

el pánico de un movimiento comunista es equivalente al pánico de un golpe militar*,

porque ahora se nos quiere hacer creer que tal peligro no existía y fue un invento de las derechas.



*Carta del 29.03.1936, citada por del Rey y Álvarez Tardío en Fuego cruzado.

 

29 septiembre 2025

Los espíritus violentos

se sirven de los hombres ilustrados cuando quieren triunfar sobre el poder establecido, pero cuando se trata de mantenerse en él, suelen mostrar un desprecio grosero por la razón.


Mme. De Staël, La literatura y su relación con la sociedad, segunda parte, capítulo III.

28 septiembre 2025

Ripley en peligro

Patricia Highsmith utilizó a este personaje, Tom Ripley, para gozarse en eso que los reac llamamos inversión de valores. El estafador y asesino disfruta de la empatía que tiene todo protagonista con el narrador y acaba librándose de las trampas de los antagonistas, como los buenos de toda la vida. Y los lectores normales no podemos evitar el asco cuando habla de sus crímenes (en conversaciones o a través del narrador) con la frialdad de Herodes Antipas, “a Juan lo decapité yo…” y tal. Por más que sea muy amigo de sus amigos y muy cariñoso con su esposa.

De todos modos, no sé las otras, que solo conozco por el cine, pero esta última salida de Tom Ripley resulta fallida. La trama, que conecta con anteriores episodios, es mínima, y las conversaciones con la mujer, la criada y los amigos aburren a las ovejas. Esto es que Ripley vive en un pueblo de Francia con su mujer Héloise y se ve de pronto acosado por un tipo que se ha instalado allí y que no para de insinuarle que conoce su historial criminal. Ripley a duras penas mantiene la calma pero la suerte acaba favoreciéndole de modo bastante chusco. La Highsmith que conozco se halla presente a través de algunos detalles macabros, como los trajines con un cadáver descabezado. Poca cosa para lo que ha sido.

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26 septiembre 2025

La primera vez que leí

1984 no me chocó la idea de una tiranía socialista que instalara pantallas espía en cada casa; lo que me resultó poco creíble es que siguieran funcionando al cabo de un año.



Muy agudo Carlos Esteban en La Gaceta (“La pulsera”, 25 de septiembre de 2025)

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25 septiembre 2025

Por qué lloraba

 ¿Por qué lloraba Jesús, el todopoderoso, el omnisciente, el Salvador que derrotó la muerte con su Resurrección? ¿Y por qué lloraba justo antes de resucitar a Lázaro?

Al recordar cómo al final luchaba por respirar el cuerpo deteriorado de mi padre, lo entendí por fin. Jesús sollozó porque la muerte es horrible, toda muerte, incluso la muerte de un hombre bueno, incluso la muerte de alguien que se va con Dios. Jesús lloraba porque la muerte, igual que el Alzheimer o la infertilidad, no es lo que él quiso para nosotros. No formaba parte del plan original de Dios. Jesús nos salvó de la muerte final; crea un bien mayor a partir del dolor de la muerte; pero la muerte nos sigue horrorizando porque así es la propia naturaleza de la muerte: horrible.

Colleen Carroll Campbell, Mis hermanas las santas, “Llorando con Jesús”



22 septiembre 2025

Francisco Franco. Biografía histórica, vol. 6

Este volumen 6º abarca desde los años 50 hasta la muerte del personaje. De la Cierva habla de “segunda victoria” de Franco para referirse a los acuerdos firmados con Estados Unidos en 1953 y la subsiguiente admisión de España en la ONU en 1955, acontecimientos que suponían la desautorización de hecho de la oposición republicana en el exilio. La erradicación del hambre es vista también por el autor como un hito en la historia de España. A mediados de los 60, con el desarrollo, empieza también la decadencia personal de Franco, que comienza a delegar poder e personas como Fraga, López Rodó o Carrero Blanco. La enfermedad y muerte es narrada pormenorizadamente, apoyado en el testimonio del doctor Pozuelo. El libro de Francisco Franco Salgado-Araujo, Mis conversaciones privadas con Franco, es seguido también por el autor como fuente de primer orden.

La interpretación personal no está ausente del libro, pero se reduce al mínimo. Predomina, como cabe esperar, una visión positiva del personaje, mencionando los errores cuando se los estima como tales. Al tratarse de una biografía y no de la crónica del régimen, los hechos históricos son narrados con suma brevedad, salvo los que atañían de modo decisivo a la evolución del régimen, como la cuestión del Sahara.

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19 septiembre 2025

Habas positivistas

Digo habas por lo de que en todas partes cuecen y por lo que hemos tenido que soportar los católicos a propósito del famoso Índice de libros prohibidos.

Augusto Comte redactó una lista de cien títulos, los únicos que los positivistas ortodoxos podían consultar con cierta utilidad, ya que el “korán” [sic] positivista lo decía todo.

(En Vintila Horia, Los derechos humanos y la novela del siglo XX, capítulo 2, 9)



17 septiembre 2025

Piensa bien y acertarás

 No me avergüenzo de haberme equivocado… o, al menos, me importa muy poco, por no decir nada, en comparación con lo que sentiría si pensara mal de él o de sus hermanas. Permíteme ver las cosas del modo más favorable, del modo en que todo resulta comprensible.

Jane, en Orgullo y prejuicio, capitulo XXIV

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15 septiembre 2025

Puede

 --Lo que no quita que, en la práctica, las mujeres alcancen escasa talla como ajedrecistas… Para que se haga idea: en la Unión Soviética, donde el ajedrez es pasatiempo nacional, sólo una mujer, Vera Menchik, llegó a considerarse a la altura de los grandes maestros.

--¿Y a qué se debe eso?

--Puede que el ajedrez requiera demasiada indiferencia respecto al mundo exterior.

(En Arturo Pérez-Reverte, La tabla de Flandes, capítulo XI)

 


13 septiembre 2025

Sarah:

 Jesús nos ha dicho que somos la sal de la tierra, no el azúcar del mundo

En Se hace tarde y anochece, capitulo 17



12 septiembre 2025

Un dato

Los sucesos de Amberes [saqueo e incendio de la ciudad por los españoles amotinados] fueron terribles, en efecto. Con todo, Y para poner las cosas en su contexto, conviene subrayar que aquel no fue el único ni el más terrible de los saqueos que sufrieron las ciudades flamencas, y que tampoco fueron los españoles los más salvajes a la hora de saquear. Cuatro años más tarde, los ingleses llegarán a Malinas, ciudad fiel en ese momento a España, y la someterían a ¡un mes! continuado de saqueos, violaciones y asesinatos, sin dejar escapar ni una iglesia, ni una casa. Aún más: llegaron al extremo de arrancar las lápidas de los sepulcros para venderlas después en Inglaterra.

José Javier Esparza, Tercios, capítulo 18



09 septiembre 2025

Otro que salió por piernas

Hasta Pau Casals, que yo pensaba que habría salido en el 39, salió antes, huyendo de la Barcelona republicana y de las amenazas de muerte de los asesinos anarquistas.

Henry Kamen, citado por Jesús Laínz, La gran venganza, capitulo I.

(Previamente había escrito: “Los exiliados más famosos de entonces huyeron de la República, no de Franco: Juan Ramón Jiménez, Ortega, Marañón, Menéndez Pidal, Salvador de Madariaga”).




06 septiembre 2025

Censura franquista

 (En 1977, el grupo británico Sex Pistols lanza el LP titulado Never mind the bollocks, que en español viene a decir “Me importa tres cxxxxxx”)

Las tiendas de discos [británicas] se negaron a vender el álbum, las emisoras no lo radiaron… Tuvo que venderse dentro de una bolsa negra. La policía inglesa envió agentes tienda por tienda poniendo tiras adhesivas negras sobre la palabra bollocks. Se multó a las tiendas que desafiaron al sistema y lo exhibieron en sus escaparates.

En Jordi Sierra i Fabra, Historia del rock, capítulo 19

¿Y aquí? Yo, al menos, lo vi en poder de un compañero mío de colegio, sería poco más de esa fecha, 78 o 79. Ya teníamos “libertá y democracia”, pero para Otegui y los suyos era todavía el franquismo…



05 septiembre 2025

Fórmulas

Cuando nos esforzamos por ser piadosos, que es lo que debemos hacer, las fórmulas de oración tienen una gran ventaja, que es apartarnos de una piedad egocéntrica, moderar las emociones, darnos paz, recordarnos quiénes somos y dónde estamos, llevarnos hacia un modo de ser más sereno y más puro, y a un hondo e imperturbable amor de Dios y de los demás, que en eso se encierra toda la ley y la perfección de la humana naturaleza.

Newman, Sermón 20, en Sermones parroquiales, 1



03 septiembre 2025

...como si estuvieran haciendo

 algo malo y complicado a la vez, algo así como cometer un adulterio en ruso.

(En El mundo, la carne y el padre Smith, de Bruce Marshall)

A ver si va a ser por eso por lo que la aristocracia rusa aprendía francés…

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01 septiembre 2025

Orient Express

Aunque tanto el título como el autor evoquen la intriga, estamos en realidad ante el otro Greene, el de El poder y la gloria, el de los conflictos humanos. En realidad él lo había titulado El tren a Estambul, pero se ve que el nombre del clásico convoy era más comercial para los editores foráneos. Una de Job: por qué los justos llevan las de perder. La candidez vencida por el egoísmo, el idealismo vencido por la frivolidad y la raza despreciada a quien solo le queda el lucro como medio de supervivencia. Al pronto parece que nos vamos a ver ante una novela de protagonista colectivo, pero pronto la acción se centra en unos pocos viajeros. La joven paria se llama Coral Musker, el comerciante judío Carleton Myatt y el comunista evadido doctor Czinner. El escenario, de Ostende a Estambul pasando por Colonia, Viena y Subotica, donde ocurren los sucesos que han de precipitar un desenlace dramático que para los supervivientes será solo un episodio curioso.

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28 agosto 2025

De la recta intención al escándalo cierto

Hay dos clases de agnósticos: los que lamentan no poder creer en la revelación, pues comprenden su belleza y su justicia; y los que se alegran de no necesitar creer en ella, porque así pueden matar, robar, oprimir, y lujuriar sin temor a ser castigados cuando mueran. A mi entender, la mayoría de los autores modernos dignos de mérito pertenecen al primer grupo. Cuando Lytton Strachey escribió acerca de los defectos que encontraba en los caracteres del cardenal Manning, de Florence Nightingale, del general Gordon y de la reina Victoria, estoy dispuesto a creer que no le guiaba un impulso menos noble que el deseo de hacer conocer imparcialmente la verdad. Sin embargo, se equivocó en un doble aspecto. Como hombre inteligente que era, debiera haber sabido que lo verdaderamente sorprendente no es que el cardenal Manning fuera en algún momento un hombre ambicioso y de pocos escrúpulos, sino que un hombre ambicioso y de pocos escrúpulos llegara a ser un cardenal Manning. Porque, el que un pecador se remonte a la práctica de la virtud es prueba mucho más contundente de la gracia de Dios, que no prueba de la inevitabilidad de la victoria satánica el que un hombre virtuoso caiga una o dos veces en el pecado. La segunda cosa que debiera haber sabido Strachey es que, por muy elevada que sea la intención que le dicta, el derrotismo es en definitiva un peligro para la sociedad. Lo es, porque la mayoría de los lectores son tan estúpidos que no saben ver el fin moral perseguido por el autor, como es el conocer y dar a conocer la verdad, y, en cambio, llegan a la conclusión de que nadie en el mundo obra inspirado por un desinteresado amor a Dios o a la humanidad, sino que incluso los mejores hombres son, consciente o inconscientemente, interesados y egoístas, y que ellos serían uno locos si no se volviesen también egoístas e interesados. Tome, por ejemplo, a Mr. Noel Coward, cuyas comedias están teniendo tanto éxito. Yo estoy seguro de que a ese joven autor le guía una santa intención y que escribe sus comedias en calidad de sermones, pero no estoy nada seguro,en cambio, de que sea ese el espíritu con que el público va a aplaudirlas.

Padre Smith, en El mundo, la carne y el padre Smith, de Bruce Marshall, capítulo XVI




26 agosto 2025

Narración de Arthur Gordon Pym

Poe se embarca (nunca mejor dicho y tal) en una de marineros y le sale bastante bien, pero se le nota el paño y pronto se ve que no es una Isla del tesoro o cualquier historia de Julio Verne o Emilio Salgari. Conforme avanzamos, lo macabro, lo inexplicable o lo vagamente sobrenatural va asomando, hasta que cobre protagonismo en la última parte. Por otra parte, la falta de costumbre hace que los episodios trepidantes coexistan con los tediosos: con estos últimos me refiero a largas descripciones de lugares y costumbres. Sobre el final, disputant auctores: ¿no pudo concluirla, lo dejó así adrede?, y si fue esto último, ¿fue por desidia o con plena intención de dejarnos tan intrigados como lo estaba la propia humanidad con respecto al continente antártico por aquellos años?

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23 agosto 2025

El mundo, la carne y el padre Smith

Una bienintencionada y simpática novela en torno a la actividad pastoral de un sacerdote católico en un medio protestante (un pueblo de Escocia) desde principios de siglo hasta casi la Segunda guerra mundial. La lucha contra “el mundo y la carne” hace a veces descorazonar al padre Smith, pero Dios le concederá ver con frecuencia el fruto de su trabajo, lo que le hace superar los momentos bajos. A ello ayuda también la amistad con los otros sacerdotes de su diócesis.

En su sencillez, resulta más realista (más cercana al “pecador medio”, por así decirlo) que las titánicas luchas entre el pecado y la gracia que nos presentan Bernanos y compañía. Tanto Smith como sus hermanos de sacerdocio y los fieles de ambas iglesias poseen visos de realidad que tampoco vemos en las grandes construcciones existenciales de nuestro tiempo y menos en los peleles de la narrativa hispanoamericana contemporánea, por ejemplo. Aunque solo sea porque estos personajes (los de Marshall) son capaces de virtud tanto como de pecado y de apreciarla cuando la ven (la virtud). El humor latente es otra de las bazas del autor, un humor que se advierte ligado al optimismo sobrenatural propio de la fe católica y que se sobrepone a dramas muy reales que incluyen injusticia y muerte.

En definitiva, la novela edificante que uno daría como regalo de fin de curso a un estudiante, en la época en que eran capaces de entender un libro.

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30 julio 2025

Desde la dimensión intermedia

Mercedes Salisachs es especialista en tipos que triunfan profesionalmente, pero en su vida familiar y amorosa no cosechan sino una fenomenal cadena de desgracias y desengaños. Es el caso de Felipe Arcalla, abogado y escritor, protagonista de esta novela de 2003. Lo de la dimensión intermedia es porque Felipe nos cuenta su vida desde la lucidez que le otorga su situación entre la vida y la muerte, ya que ETA acaba de asesinarlo. Esto sirve como un macguffin para arrancar la trama pero también, al final, para cambiar a una narración omnisciente que nos permite saber la verdad sobre determinados personajes que no eran lo que parecían. De paso, se da a la historia un final cristiano.

Como es costumbre en Salisachs, se ofrece un panorama de la historia española contemporánea paralelo a la peripecia privada. Menudean los pellizcos de monja contra el régimen de Franco (ya se sabe, ese peaje que los de derechitas se sienten obligados a pagar por serlo, y que viene engrosando el capital ideológico del socialismo durante tanto tiempo) y que, de nuevo, le perdono por sus críticas a las lacras de la transición y la democracia.

Para no leer con depresión. Y, en todo caso, para acompañar con algún buen número de humor después de cada tramo de lectura.

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27 julio 2025

Puede ser

(Juan Ignacio Luca de Tena se refiere al abandono del trono por parte de Alfonso XIII)

No nos engañemos. La inmensa mayoría de la opinión, ofuscada y engañada por una campaña difamatoria, estaba entonces contra al rey. Se ha dicho que pudo y debió resistir y que si España quiso entonces suicidarse no era razón suficiente para darle gusto. Pero es que la Corona no se limitó a aceptar los deseos del país, sino que hizo posible, con su actitud, el movimiento salvador iniciado cinco años después. La guerra civil que ganamos en 1939 se hubiera perdido en 1931. De 1936 a 1939, los españoles luchamos contra una realidad nefasta. En 1931 hubiéramos luchado contra una ilusión que para la mayoría significaba entonces la República. Y en política es poco prudente luchar contra una ilusión. Fue cinco años después cuando, agotada la paciencia, agotados los sufrimientos, agotada la capacidad de resistencia pasiva de los españoles contra los hombres que estaban deshonrando a España y a la misma República; fue cinco años después cuando los españoles –lo mismo los monárquicos como los que no lo habían sido—optaron heroicamente por la guerra. […] el régimen republicano representaba una provocación a la dignidad de los españoles, de la religión y de los hogares. Había conculcado la unidad de la patria. Gracias a la abnegada actitud tomada el 14 de abril por el rey de España, la monarquía secular seguiría siendo una solución natural e histórica. […] El rey no podía ni debía ponerse al frente de la inevitable guerra civil, ni provocarla en 1931.

Citado por Torcuato Luca de Tena, Papeles para la pequeña y la gran historia, capítulo XII.

Pero es fácil decirlo después, pasada y ganada la guerra, como si el rey hubiera previsto todas las jugadas de aquella partida.

 

 


24 julio 2025

Decía Ortega hace un siglo

En estos tiempos que cuentan con complicadas técnicas para todo, sólo se hace una cosa al buen tuntún: vivir. Así ha llegado la individualidad humana al más extremo rebajamiento –a la cultura democrática.

(En el artículo “Primores de lo vulgar”, de 1916, recogido en El espectador, II. En nota a pie de página se cura en salud por la blasfemia: “Cuanto hay de noble en el derecho democrático, hay de innoble en la moral, las costumbres, el arte y los nervios democráticos”)



22 julio 2025

Jean Valjean

Termina Los miserables llevando al paroxismo la carga folletinesca, con su “¡madre!, ¡hijo!” incluido (en este caso “¡padre!, ¡hija!”). Jean Valjean mantiene hasta el fin su ideal de anonadamiento personal y entrega a los demás, aceptando ser víctima de prejuicios y sacrificando su amor a Cosette. Los candelabros del obispo se erigen en símbolos de esa santidad de los nuevos tiempos. El componente épico-histórico se halla en los primeros libros, con Enjolras y sus compañeros defendiendo la barricada (espero que alguien me explique un día cómo se hace una revolución desde una barricada). Los fervores del autor y el mitin de Enjolras hinchan esta parte, mientras que los episodios siguientes (el agotador periplo de Valjean por las alcantarillas, con Marius a cuestas) son estirados con la más tediosa de las digresiones de Hugo, sobre las aguas fecales de París, ya me contarán, y con la descripción de las galerías subterráneas. Es evidente que al autor le pagaban por páginas, y que debió de embolsarse un buen pico. Esto hace que sea un libro fácil de editar en versiones reducidas, de las que debe de haber a decenas.

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18 julio 2025

Pijaitos

En Imán, de Sender, encuentro este localismo aragonés, con el que motejaban a san Josemaría en el seminario por ser muy aseado. Viene a equivaler a “señorito”.



16 julio 2025

Cuentos valencianos

Esta edición carece de referencias sobre cada uno de los cuentos, que suponemos publicados primeramente en la prensa de la época, como era lo habitual. Predomina el costumbrismo (“Dimoni”, “El femater”, “Guapeza valenciana”), pero también se adentra en la fábula y en la fantasía (“La apuesta del esparrelló”, “La puerta del cielo”, “El establo de Eva”), presumiblemente inspirada en consejas populares. El anticlerical que fue Blasco Ibáñez se refleja en algunas figuras grotescas de curas, pero lo cierto es que lo grotesco predomina en casi todas las piezas, sobre todo en los finales trágicos que mueven a la risa o al desprecio de unos personajes que se buscan su ruina por cabezotas o atolondrados.

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12 julio 2025

Cuaderno prohibido

Valeria en la crisis de los cuarenta: un marido más preocupado por sus caprichos otoñales, cual convertirse en guionista de éxito, que por la felicidad conyugal de ella; un hijo y una hija que empiezan a desafiar su autoridad… Total, que a Valeria se le antoja empezar un diario, como a una adolescente cualquiera.

La narración sorprende con un arranque diría que distópico, pues el kiosquero le vende el cuaderno de tapadillo, ya que “está prohibido”. No sabemos por qué, pero el hecho es que, en efecto, el diario parece tener un poder maléfico, pues la lleva a una introspección que revela… ¿su verdad?, no, sino su debilidad. Poco a poco Valeria se sume en un abismo de autocompasión y victimismo que perjudica a la relación con su familia y la lleva a buscar la felicidad en brazos de su jefe, otro cuarentón insatisfecho.

El desenlace a lo Casablanca es algo escéptico, pero nos muestra a una Valeria que se sobrepone al ridículo que estaba a punto de hacer y opta por la relativa felicidad que proporciona la fidelidad a los vínculos contraídos, por encima de estúpidos romanticismos extramatrimoniales y cuarentones. Más de un lector lo lamentará, quizá también la propia autora, pero yo brindo por la decisión de Valeria. Por cierto: un futuro nieto tiene la culpa.

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10 julio 2025

Perlas vosslerianas (y III)

El sentimiento del honor de los soldados y de los oficiales era, en este ejército, un fundamento más importante que la disciplina. “Por la honra pon la vida, y pon las dos, honra y vida, por tu Dios”, era un conocido proverbio militar. Con harta frecuencia se daban motines, pero rara vez actos de cobardía. Y no, ciertamente, por su composición y organización, sino por la idea de que era honroso servir al rey de España, este ejército, que se componía de españoles y extranjeros, de voluntarios y de gentes procedentes de levas, fue un verdadero ejército nacional, el primer ejército nacional de la Edad Moderna. Este ejército, que era considerado una escuela de honor, en que los tránsfugas y parias podían ganar de nuevo la consideración social, pasó a constituir un ejemplo para el resto de las naciones. Era también puerto de refugio para todo género de aventureros. Y precisamente en ese azar de honores y derrotas se veía su valor educativo, confortador, rehabilitador ante Dios y ante los hombres. En la aventurosa carrera militar, los sanos de espíritu y los valientes se sentían a sus anchas, los débiles mal, y los frívolos adquirían la gravedad de que estaban faltos. Servir en el ejército español no fue solo una escuela del honor y de la aventura, sino también un penal donde iban a purgarse delitos pasados. Junto a los voluntarios militaban los penados, ora en la infantería, ora en galeras. En una galera real termina sus días Guzmán de Alfarache, y sólo ahí llega a la plena conciencia de su vida y a un íntimo arrepentimiento. El autor de la famosa historia escribe: “La vida del hombre milicia es en la tierra: no hay cosa segura ni estado que permanezca perfecto, gusto ni contento verdadero”. (Pp. 123-124)

Cuando se ha empezado […] a estudiar sin prejuicios la influencia de la Inquisición y de la censura sobre la literatura española y las bellas artes, se ha puesto en claro, con gran sorpresa, que dicha influencia es escasísima. La presión ejercida sobre el pensamiento, que consideramos hoy como algo intolerable, apenas la sintieron entonces ni siquiera las mejores cabezas ni los espíritus más delicados. Y eso que debe tenerse en cuenta que los españoles distaban mucho de tener una mentalidad servil, pues experimentaron siempre un gran placer en sublevarse, protestar y desobedecer… (Pp. 139-140)




07 julio 2025

Perlas vosslerianas (II)

[En el drama español] lo mismo que en un sueño, lo sublime se desarrolla, naturalmente, al lado de lo ridículo, y la gravedad más profunda junto a las vulgaridades y las burlas, llegando incluso a hacerse, por ese contraste, más profunda la profundidad de lo ensoñado. Así logra la poesía española, del contraste de lo excelso con lo vulgar, su unidad espiritual y artística. Se parece al claroscuro, que forma del blanco y negro su unidad y su mundo. (P. 57)

                                                                            

Esta historia nos enseña

que para Dios todo es fácil,

y que en el mundo es posible

ser un hombre santo y sastre.

 

(Santo y sastre, de Tirso de Molina, citado en p. 72, que sigue:)

En la manera de ver el mundo, y en el arte de los españoles, lo divino está en íntima relación con lo humano, y el héroe tiene junto a sí al bufón como amigo inseparable…

                                                                            

[Hablando de los Ejercicios espirituales de san Ignacio y extendiendo a la cultura española la cosmovisión subyacente]

En una palabra, el hombre, señor de los animales y de las cosas, con el único fin de servir a la gloria de Dios, fue el ideal teocrático de una vida, a la vez espiritual y militar, según el cual se encaminan el monje y el soldado, el hidalgo y el noble, el rey y, con él, toda la nación. La gloria del hombre se eleva así hacia la gloria de Dios, la cual, a su vez, glorifica el sentimiento humano del honor. (p. 121)



04 julio 2025

Obras de misericordia con cabeza

Si el que llega es un caminante, ayudadle con cuanto podáis; pero no permanecerá entre vosotros más que dos días, o, si hubiera necesidad, tres. Si quiere establecerse entre vosotros, teniendo un oficio, que trabaje y así se alimente. Si no tiene oficio, proveed conforme a vuestra prudencia, de modo que no viva entre vosotros ningún cristiano ocioso.

Didaché o Doctrina de los Doce Apóstoles, 12, 2-4



01 julio 2025

Perlas vosslerianas

De mi segunda lectura de Algunos caracteres de la cultura española, de Karl Vossler, que en su momento dije me resultó difícil de resumir, anoto algunos pasajes de interés.

 

La literatura [española] es en el siglo XVI, y especialmente en el siglo XVII, completamente distinta de lo que fue en la Edad Media, y, si no me equivoco, siente usted [Hugo von Hofmannsthal] más afición por esta poesía barroca que por la medieval. Pero hay un gran motivo que persiste y actúa en la literatura de ambas épocas a través de todas las vicisitudes de su historia y de los distintos estilos: es lo que pudiéramos llamar sentimiento metafísico del honor o, quizá mejor, militarismo religioso. (P. 10)

En la España de entonces [Siglo de Oro] se literalizaba* la vida y se vivía la literatura. Si no, ¿cómo hubieran podido surgir Don Quijote y esta Dorotea? Las dos obras son un espacio poético que se superpone a la vida de un hombre, que se introduce en ella, que la colorea, la eleva, la adorna, la hermosea, la embriaga y también la falsea, hasta que, ante la muerte y la eternidad, se desploma todo su esplendor. (P. 47)

*Sic en la traducción de Austral. Hoy diríamos más bien literaturizaba.

…que seamos como los españoles de los grandes tiempos fueron: que nos sintamos dichosos de vivir, que seamos exaltados y hasta —¿por qué no—frívolos, impresionables y blandos, pero también vigilantes siempre en lo tocante a las cosas eternas. […] En estos tiempos de relajamiento y molicie [1924], a los que estamos condenados, se recrea uno de buen grado en una literatura y un pensamiento como los españoles. (P. 48)

Para el francés, tiene la palabra, en alto grado, un valor activo, práctico y eminentemente realista. Para el español, mucho menos. (P. 58)



28 junio 2025

El idilio de la calle de Plumet y la epopeya de la calle de Saint-Denis

Victor Hugo se interna ahora en el territorio de la picaresca, con Gavroche, el hijo de los Thenardier abandonado a su suerte en la calle, y sus amigos del milieu, como se dirá más tarde. Exhibe de paso sus conocimientos sobre la jerga delincuencial, a la que dedica además una de sus, a estas alturas, ya difícilmente soportables digresiones. Este mundo de la delincuencia callejera se toca con otros dos, uno de índole privada cual es el del romance entre Marius y Cosette y otro de carácter político como el de las barricadas de la revolución liberal de junio del 32. Porque el chico y la chica por fin se encuentran y se entregan a uno de los más azucarados idilios que recuerda la historia de la literatura. Pero Jean Valjean, que no se siente seguro en París, decide embarcarse para Inglaterra con su pupila, lo que ocasiona en los enamorados el desgarro que cabe esperar, al tiempo que Valjean sufre un terrible ataque de celos. En fin, en las barricadas acaban confluyendo los miserables por su pobreza: Gavroche, Éponine, Mabeuf; el miserable por amor, Marius, y los idealistas amigos de Marius. Ninguno de ellos, como personaje, vale la mitad de los de Galdós o Tolstoi, pero el tremendo folletín se sigue leyendo con emoción.

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23 junio 2025

Imán

No es una crónica de la guerra de Marruecos, sino la traslación convincente y desgarrada de lo que uno llega a pensar y sentir cuando solo le queda matar o morir. Lo que sorprende al lector actual (a mí, vamos) es que no es una llantina antibelicista ni una exaltación patriótica, sino que Viance (el personaje que nos hace de cámara subjetiva) es más bien un nihilista que enfrenta lo inevitable con el aguante de quien echa un pulso con no se sabe quién sin pensar en la derrota. Tras el desastre de Annual, Viance echa a andar hacia un frente, luego otro y otro, con encuentros pintorescos, cual un Cabeza de Vaca sin esperanza ni ideales. Como en las memorias de éste, el escenario desértico parece propicio a la alucinación y el borrado de límites entre fantasía y realidad. Sender narra todo esto con sequedad, como si de unos apuntes se tratara (de hecho dice que se trata de unos apuntes) pero cuidando siempre, y con éxito, de no ceder en calidad y eficacia narrativa. En realidad es esta maestría la que nos hace continuar en un relato cuyas variaciones son escasas.

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20 junio 2025

Sammy, 1972-1974

Este volumen reúne tres historias desarrolladas en diferentes ámbitos relacionados con el mundillo gangsteril. La primera, entre pandillas de contrabandistas de alcohol que nutren al tinglado de embarcaciones situadas a la distancia pertinente para desafiar la Prohibición. La segunda, en una tópica dictadura americana con guerrilleros y todo, con Jack teniendo que “formar” al ejército del dictador, que tiene prisionera a su madre sin que esta se entere. Y la tercera en Sicilia, con un Sammy y un Jack haciendo de vengadores de un puñado de viudas que pronto demuestran que quizá no necesitaban protectores. Como es habitual en las series francobelgas, hay un componente didáctico, sobre todo en la tercera historia, que nos pasea por ciertos usos y lugares del país.

Una vez más, me complace que esta gente se relaje fumando y bebiendo en vez de chupando ramitas, y anoto un guiño del guionista: en un momento dado, un médico dice que no cree que el paciente, a quien han tiroteado, se muera, porque supondría tener problemas con la censura. Vamos, que Franco mandaba también en Bélgica, si ustedes me entienden…

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09 junio 2025

Perlas victorhuguianas, IV

El escepticismo, esa caries de la inteligencia…

“¿No se ha casado usted nunca?”. “Se me olvidó”, dijo.

Leer en voz alta es afirmarse a sí mismo lo que está leyendo. Hay personas que leen muy alto y parece que se están dando su palabra de honor de que es cierto lo que leen.

…con todas las formas más deliciosas de la mujer en ese momento preciso en que se combinan aún con todos los encantos más candorosos de la niña, momento fugitivo y puro que sólo pueden expresar estas dos palabras: quince años.



07 junio 2025

Perlas victorhuguianas (III)

Existen, sabido es, ateos ilustres y fortísimos […] En cualquier caso, aunque no crean en Dios, son unas inteligencias tan grandes que son la demostración de Dios.

[Tiene sentido, pero no creo que los ateos del tiempo de Víctor Hugo fuesen unas inteligencias tan grandes. Ni los de cualquier otro tiempo.]

…con las penas de los castigados y la sonrisa de los premiados [se refiere a las monjas que hacen penitencia por los pecados de la humanidad]

Nunca había sido mala, lo cual es una bondad relativa.

¿Es que siempre hay que andar proscribiendo algo? ¿Qué salimos ganando con quitarle el oro de la corona a Luis XIV y raspar el escudo de armas de Enrique IV?



04 junio 2025

Perlas victorhuguianas (II)

No podemos impedir al pensamiento que vuelva a una idea como no se puede impedir al mar que vuelva a una orilla. Para el marinero, eso se llama la marea; para el culpable se llama el remordimiento. Dios hace crecer el alma como el océano.

El señor Madeleine solía ir a las tres a ver a la enferma. Como la puntualidad era bondad, era puntual.

El velo que llevan es noche tejida

[Casi una greguería, ¿no? Se refiere a unas monjas penitentes, vistas por él con ojos de progresista escandalizado]

[Aquí, en cambio, el progresista menosprecia las filosofías ateas]

Lo curioso es el aire altanero, superior y compasivo que esa filosofía a tientas adopta frente a la filosofía que ve a Dios. Es como si oyésemos exclamar a un topo: ¡Qué pena me dan esos que hablan del sol!



03 junio 2025

Perlas victorhuguianas

 (Selecciono algunas frases de Los miserables que me parecen afortunadas o dignas de consideración)


…de la misma forma que es imposible amar demasiado, no es posible orar demasiado.

[Jean Valjean, tras sus conversaciones con el obispo de Digne]

¿Le decía al oído una voz que acababa de cruzar la hora solemne de su destino; que ya no había para él término medio; que, si no era en adelante el mejor de los hombres, sería el peor; que, por así decirlo, ahora tenía que subir más alto que el obispo o caer más bajo que el galeote; que, si quería volverse bueno, tenía que volverse ángel; que, si quería seguir siendo malo, tenía que convertirse en monstruo?

…rebosante de esa caridad que consiste en dar, pero que no contaba, en igual grado, con la caridad que consiste en entender y perdonar.

Le parecía que podían verlo… Por desgracia, lo que quería dejar fuera ya había entrado; lo que quería cegar, lo estaba mirando. Su conciencia.

Su conciencia, es decir, Dios.



 

01 junio 2025

Al este del Edén

Cinco años después de su lectura, me atrevo a abordar el comentario de esta novela. Creo que las reseñas más difíciles son las de los libros que has entendido a medias y las de los que te han parecido excepcionales por su calidad. ¿Por dónde empiezo?, es la pregunta que se hace uno ante estos últimos.

Tal vez algunos me echarían en cara que hago una lectura reduccionista; pero, si piensas, como don Langlois, no solo que “si hay alguien que pueda aproximarse con objetividad y libertad al rostro oculto del enigma, ese es ciertamente el hombre que piensa y vive en la fe de Jesucristo”, sino que la esencia del arte narrativo está en “la recreación del acto libre, del albedrío humano que se mueve dramáticamente entre las solicitaciones del bien y el mal, y de cara a un Dios presente o ignorado que es el sentido final de nuestra elección libre”, entonces el decir que Al este del Edén me parece una de las novelas más cristianas que se han escrito es el elogio más completo que se puede hacer de una obra literaria.

“Cristiano”, según este punto de vista, implica también buen hacer artístico, ya que el arte se acerca a la Verdad a través de la estética. Una mala biografía novelada de un santo sería una obra muy bienintencionada, sin duda, pero no una gran novela cristiana. Y Al este del Edén no es la mala (aunque trepidante) novela que creía Vargas Llosa, sino una producción equiparable a las grandes del siglo XIX.

Se ha hablado de Caín y Abel y del hijo pródigo. Algo hay de eso, incluso implícito en el título y en el nombre del protagonista, Adam Trask. El mal parece triunfar sobre su hijo Cal mientras que el bien lo hace sobre Aron, pero no todo es tan sencillo, por supuesto. Hay que contar con condicionantes de todo tipo, como son las actitudes del padre hacie ambos, la figura de la madre descarriada o las distintas sensibilidades de cada hermano hacia el pecado.

Todo pecador es redimible… con su propia cooperación, y así como Cathy, la madre, rechaza la gracia y se hunde conscientemente en el mal hasta el fin, Cal se abre al perdón de su padre (Adam, pero también Dios, aunque eso no se diga de modo explícito). Steinbeck, por tanto, no cae en la herejía progresista que lanza sobre la sociedad o sobre los genes toda la responsabilidad del mal: Cathy es responsable de su perdición y Cal de su vuelta a la casa paterna, figuradamente hablando.

¿Y qué decir del chino Lee? De algún modo es la voz de la eterna sabiduría, que está ahí y uno puede seguirla o no, y que (no es más que un criado) no te va a forzar a hacerlo, aunque nunca abandone su solicitud por la familia.

Y no me aventuro a decir más (por ejemplo, de otros personajes como la familia Hamilton) porque ya digo que me separan cinco años de su lectura. En todo caso, me pareció que, con este relato, Steinbeck estaba muy cerca de la fe católica, si no la tenía ya.

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29 mayo 2025

Marius

Thenardier, con todo lo canalla que fuese, salvó la vida en Waterloo a un oficial napoleónico que se convirtió en yerno de un burgués acomodado, el cual le obligó a entregarle a su hijo. El hijo, Marius, se entera ya adolescente de que tenía un padre glorioso y abandona a su abuelo para reivindicar la memoria del progenitor aun a costa de vivir en la pobreza. Un día ve a una joven que acostumbra a sentarse con su padre en una barriada de París y se enamora perdidamente. La suerte liga al padre y la hija por un lado y a Marius por otro con una familia de indigentes, los Jondrette. El lector que no sea más que medio tonto habrá reconocido pronto en los primeros a Jean Valjean y Cosette, pero no resulta tan fácil reconocer en los Jondrette a los Thenardier, porque Hugo se reserva la sorpresa para el momento cumbre.

Esa tercera parte de Los miserables presenta, internamente, dos partes a su vez: una descriptiva, donde Víctor Hugo se dedica a trazarnos el perfil de varios grupos sociales del París del XIX, en los que se encuadran los personajes: el de los golfillos (gamins), el de los jóvenes posrevolucionarios, el de los ladrones; y otra parte narrativa, un auténtico thriller, donde Hugo se muestra como todo un Alejandro Dumas, llevándonos de emoción en emoción en un enfrentamiento a muerte entre Valjean y Thenardier.

Y, para llevar la tensión al límite, Javert.

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25 mayo 2025

El cuento del Grial

Perceval sale de casa de su madre con la ambición de llegar a ser un caballero, a ser posible uno más de la corte de Arturo. Lo consigue en poco tiempo, pues se revela como un guerrero extraordinario, capaz de tumbar a los más prestigiosos del oficio. Como en otras producciones de este tipo, el relato avanza por adición de aventuras, siendo la más famosa la estancia en el castillo del Rey Pescador, donde contempla el paso de una comitiva que lleva unos misteriosos objetos: una lanza de la que sale siempre sin consumirse una gota de sangre, un grial (al parecer una fuente o bandeja, en esta primera salida de tal recipiente) y otro que ahora no recuerdo, tal vez un plato. Como sabemos después, mucho habría cambiado la historia si Perceval se hubiera atrevido a preguntar por la finalidad de esa procesión. Siguen nuevas aventuras, pero, en esta versión inconclusa que hemos recibido, el protagonismo pasa en seguida a Gauvain, sobrino del rey Arturo, que se enfrenta a caballeros con malas pulgas y a doncellas traidoras.

Si hacemos caso a los expertos, esos relatos artúricos encierran un gran simbolismo. Lo cierto es que, si prescindimos de eso, se trata de productos bastante anodinos, a no ser que uno tenga imaginación para representarse “los pendones y estandartes y banderas, los castillos impugnables, los muros y los baluartes”, que decía Jorge Manrique. Y peor aún si leemos, como es el caso, una traducción en prosa: es como si te cuentan una película en vez de verla.

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23 mayo 2025

La señora March

“Patricia Highsmith española”, dicen. No está mal traído. Creo que la diferencia, entre otras cosas, un aire más burlón. Algunas de las cosas que le pasan a la señora March no nos las habría contado así la de Texas, siempre tan sombría ella. Tampoco deja de haber un toque socarrón en ese llamar siempre “la señora March” a la protagonista (hasta casi “borrarle el nombre”, como dicen algunos), incluso cuando narra escenas de la infancia, cuando otros habrían echado mano del nombre de pila (que, por cierto, no conocemos hasta el final: una filigrana más).

La tercera persona narrativa se ciñe al punto de vista de ella: con sus ojos vemos cucarachas, vecinas sangrantes y cuadros con figuras cambiantes, y con nuestros propios ojos vemos que estamos ante una mujer desequilibrada, sin que nos lo cuenten otros personajes, que seguramente lo intuían. Su paranoia, o como se llame técnicamente, la lleva de acongojarse por el pensamiento de que su marido (novelista) se ha inspirado en ella para un personaje desagradable hasta la obsesión por creerle un asesino. El final es hasta cierto punto previsible pero el interés no decae, aunque quizá no haya para tanto como dicen los de la solapa.

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19 mayo 2025

Sin tiempo para el adiós

Es un repaso bastante exhaustivo de los autores que tuvieron que abandonar su patria en un momento dado, por culpa de los totalitarismos del pasado siglo (o, en el caso de España, por culpa de su propia ideología totalitaria , aunque eso no lo dice la autora, claro, lagarto lagarto): alemanes, austríacos, yugoslavos, húngaros, polacos, italianos, rumanos, rusos, españoles, judíos de la diáspora y algún irlandés en busca de mejores prados, unidos por una experiencia que se vive de modos muy diversos, entre la desesperación y el aprendizaje. Va a ser difícil acordarse de todos, pero hay nombres tan ilustres como Musil, Zweig, Joseph Roth, Thomas Mann, Milosz, Nabokov o Joyce. Curiosamente, olvida a Vintila Horia, no sé si por una ignorancia no culpable o por alguna inquina personal. Utiliza como fuente, por lo general, los propios testimonios de los autores, ya sean obras de ficción en las que se vertía la propia experiencia o bien memorias y diarios.

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14 mayo 2025

Absceso

Pío Baroja publicó este artículo en el Diario de Navarra el 1 de septiembre de 1936. Lo cita el ABC del 24 de junio de 1939, lo que no es que sea mucha garantía, pero le daremos el beneficio de la duda. (Mantengo la puntuación y alguna otra pequeña irregularidad del original).

 

UNA EXPLICACIÓN

Yo no sé si en este momento en que en España no se oye más que el estampido de los cañones y el crepitar de los fusiles y ametralladoras, vale la pena de [sic] que un escritor dé una explicación de sus ideas, que veo que se comentan por ahí sin exactitud.

Yo no soy un escritor sistemático. Mi pensamiento ha sido siempre el intentar ver en lo que es.

Meses antes del advenimiento de la República, a mí me asombraba el que la mayoría de los escritores y profesores de Madrid, Ortega y Gasset, Unamuno, Azorín, Marañón, no vieran que detrás de la República tenía que venir un intento de revolución social y de comunismo, en parte dirigido por los judíos de Moscú.

A mí me parecía un hecho casi matemático. Yo muchas veces dije a los amigos:

--Si la república burguesa viene, o tendrá que ametrallar a la gente de la calle, o tendrá que pactar con ella.

A todos los que decía esto, me achacaban de [sic] pesimista o de reaccionario.

Tanto lo creí así, que el día que se marchó el rey, estuve en la redacción de Ahora con un amigo para saber noticias, y los redactores me dijeron:

--Baroja, estamos de enhorabuena. Ya tenemos la república.

Yo no creía que estábamos de enhorabuena, y se lo dije al director:

--Yo pienso lo contrario de ustedes, le indiqué. Supongo que la República va a ser un desastre, pero como no me parece bien, dimito porque no puedo engañar. Voy a dejar de escribir en el periódico. Así lo hice durante un tiempo.

Al comienzo, Marcelino Domingo, este maestro de escuela pedante, aseguró que iban a imitar a Thiers y a constituir una república conservadora, como Francia después de la guerra del 70. Ni ellos mismos saben lo que han hecho después. Han ido solamente arrastrados por las aguas del río, sin saber a dónde.

Primero había que hacer Cortes Constituyentes. Todos los políticos ansiaban que llegara el momento de brillar, de mostrar su arte de histriones. La gran batalla oratoria terminó con una Constitución ridícula, la número 13 de España. De esa Constitución no se pudo llevar a la práctica absolutamente nada.

La cuestión era lucirse, charlar con luz y taquígrafos, según la medicina de don Antonio Maura.

El parlamentarismo no ha demostrado más, sino que es un buen medio para los arribistas, para los ambiciosos que van a hacer su carrera.

Con la gran batalla política y parlamentaria, vino lo que se llamó el enchufe y vimos a ministros, a subsecretarios y a diputados echándoselas de conquistadores en automóviles charolados, con cupletistas y camareras en restaurantes y cabarets, en una cachupinada continua.

Estos Petronios de escalera de servicio no veían el interés del país sino el éxito, y para obtener el éxito ante el público, cualquier cosa puede venir bien. En España se dice, cuando en las corridas hay muertos y heridos, que hay hule. En un ambiente de sensacionalismo así, es imposible que se haga nada serio. Se dicen las cosas más absurdas. Así un concejal socialista de Madrid ha asegurado que la prehistoria es una ciencia reaccionaria. Lo mismo ha podido decir que la geografía es comunista.

Toda esta algarada parlamentaria la ha jaleado la Prensa, porque para ella las reseñas de los escándalos del Congreso son un ingreso que ocasiona poco gasto.

Después del primer bienio, tuvimos el segundo tan malo como el primero. Fue la lucha entre el león y la serpiente. El león Lerroux y la serpiente Azaña. ¡Qué león! El león era un viejo tonto, vacuo, con unos cuantos lugares comunes en el cerebro. La serpiente, un ateneísta pedantesco, que manejaba unos cuantos tópicos manidos de literatura francesa.

El león acabó como un presidente de un casino de jugadores de ventaja, en un asunto de tahúres, con un reloj que le regaló un judío holandés y una promesa de unas pesetas que no se las dieron.

La serpiente hizo su nido en el Palacio Real y pensó cambiar las decoraciones, para él poco lujosas, y ser algo como el Rey Sol de la República. ¡Pobre gente! Y todo ha estado a la misma altura. El pueblo se ha sentido mixtificado tomando como reales unas bambalinas de cartón.

Las oficinas de la Reforma agraria tenían trescientos o cuatrocientos empleados con sueldo, y para todos ellos, para recorrer España y estudiarla en el terreno, un automóvil Ford. Marcelino Domingo no iba nunca a las sesiones de la Reforma agraria, a la que tenía tanto cariño en público. Quizá tenía que escribir sus magníficos dramas en el ministerio.

Toda esta decoración falsa, toda esta mentira que, si no la ha engendrado la República, le ha dado una vida, hace que la gente, creyéndola una gran cosa, se lance a matar y a morir.

El talento de Azaña y el sentido jurídico de Sánchez Román y la democracia del adiposo judaico Ossorio y Gallardo, que era gobernador de Barcelona cuando se fusilaba obreros, y la austeridad de Largo Caballero, consejero de Estado de R. O. cuando la Dictadura, el republicanismo de Alcalá Zamora, que fue monárquico, y el de Maura, que también lo fue, y el comunismo de Valle-Inclán, que fue carlista; toda esta serie de bolas recalentadas por una Prensa de gente mediocre, forma como absceso y tiene valor para mucha gente del pueblo, que cree que defiende con eso la civilización y el porvenir de España.

Este tumor o este absceso, formado por mentiras, es de desear que lo saje cuanto antes la espada de un militar.