31 octubre 2025

Calisto


Ahora podemos comprender de modo preciso qué es el erotismo. Consiste en desgajar el primer elemento, la sexualidad, para obtener una gratificación pasajera y prescindir de los otros tres
[amistad, proyección comunitaria, relevancia]. Ese desgajamiento puramente pasional destruye el amor de raíz, lo priva de su sentido pleno y su identidad. Por eso es violento, aunque parezca cordial y tierno. Pongo en juego la sexualidad a solas porque me interesa para mis propios fines, y prescindo de la amistad. En realidad, no amo a la otra persona; deseo el halago que me producen algunas de sus cualidades. Dejo, asimismo, de lado la expansión comunitaria del amor. No presto atención a la vida de familia que está llamado el amor a promover. Me recluyo en la soledad de mis ganancias inmediatas. Por eso reduzco la otra persona a mera fuente de gratificaciones para mí. Esa reducción desconsiderada es violenta y sádica. Puedo jurar amor eterno a esa persona, pero serán palabras vanas, pues lo que entiendo aquí por amor no es sino interés por saciar mi avidez erótica.

En Alfonso López Quintás, La palabra manipulada, primera parte, capítulo 1.