28 octubre 2025

Leo esto

 y pienso en lo que le habría gustado a Netanyahu.

Toda la república puede ser lícitamente castigada por el pecado del rey. Si el rey declarase una guerra injusta a otro príncipe, puede el que recibió la injuria saquear y proseguir todos los otros derechos de la guerra hasta dar muerte a los súbditos del rey, aunque ellos sean inocentes. Después de que el rey ha sido instituido por la república, si él comete alguna insolencia, es imputable a la república. Por esta razón tiene la república el deber de no encomendar esa potestad, sino al que justamente la ejerza y use de ella, pues de otra suerte se pone en peligro. […]

La república tiene autoridad no solo para defenderse, sino también para vengarse a sí misma, y para exigir reparación por las injurias. Se prueba, porque como dice Aristóteles en el libro tercero de los Políticos, la república no podría conservar suficientemente el bien público y el propio Estado, si no pudiese vengar la injuria e infundir respeto a los enemigos. Sin esto los malos se harían más prontos y audaces para inferir injuria, si viesen que podrían hacerlo impunemente…

Francisco de Vitoria, en Relecciones. Citado aquí.

 


Lo tenían también muy claro, por cierto, las potencias aliadas tras la Segunda Guerra.

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