Espero con toda el alma que no te cases nunca... Ya sabes lo que pienso: que hay una nobleza en el hecho de sacrificar algo por un bien común. Los sacerdotes -cuando eran verdaderos sacerdotes- nunca se casaban, y lo que tú y yo pretendemos realizar nos exige algo semejante al sacerdocio.
(En Henry James, Las bostonianas)
Mira por dónde hasta las feministas son capaces de comprenderlo, cuando quieren.