11 septiembre 2023

La epopeya de Gilgamesh

Bueno, al parecer el nombre Gilgamesh es paroxítono, según el benemérito editor del poema en Penguin. Yo solía decir Gilgamésh, con acento en el mesh. Pero es cierto que si pronuncias los versos con acento en el ga quedan más eurítmicos. No es bobada.

Digo benemérito porque es admirable eso de dedicar la vida a un idioma arcaico con caracteres endiablados como el acadio o el sumerio, y quemarte la vista entre tablillas. Como decía el Gallo, hay gente pa tó.

Se trata de un poema épico del tercer milenio antes de Cristo que se va desvelando a medida que se descubren nuevos fragmentos. Con lo que hay tenemos una idea bastante aproximada. El citado editor, Andrew George, tapa los agujeros, hasta donde es posible, con versiones provenientes de fuentes diversas, como hizo Menéndez Pidal con el Cantar del Cid.

El argumento del poema es asequible en un susurro a Google (aquí por ejemplo) y los temas, amistad, amor, muerte, poder, no sé si les suena. Lo único difícil son los nombres de algunos personajes. Me suena la diosa Ishtar, por Conan (Howard era tan copión como Víctor Mora, a la hora de inventar nombres). Sí, porque esto es un cuento de dioses y hombres, como los de Homero. Tres milenios creyendo en tonterías. Espero que no nos tiremos otros tres creyendo en los cien géneros y en la transexualidad. En todo caso, lo mejor que dejó el politeísmo fue literatura.

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