“No vamos a meter a ninguna mujer en la cárcel”. “La mujer no es criminal sino víctima”. Conclusión: la mujer es subnormal. Al menos,
parece que no es responsable de sus actos: tampoco se encarcela a una mantis
religiosa.
Lo peor de este arranque de demagogia es que quita todo mérito
a las mujeres que prefirieron su propia muerte a la de su hijo, o las que se le
entregaron en cuerpo y alma sin importarles su coeficiente intelectual o la
mayor o menor oportunidad de su llegada. Todo acto de injusticia acaba
arrastrando consecuencias indeseables.
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