En fin, volviendo al libro. Lo que resulta más razonable son
esos temores suyos de que España acabara convirtiéndose en un país fascista.
Cosa que no sé si podría haber sucedido, sobre todo en el caso de que los
alemanes hubieran ganado la guerra. Pero creo que era conocer poco a Franco (él, en cambio, les conocía a
ellos demasiado, me refiero a los que pretendían que se levantara de la silla,
y por eso no lo hizo). Gran parte del libro está dedicado a lamentar que una
parte del Movimiento (la Falange) usurpara la representación de todas las
demás, con sus consignas y sus símbolos. Para quien se dedica al periodismo,
además, si esa parte ejercía la censura, la cosa era especialmente sangrante:
de hecho, Juan Aparicio, director
general de prensa y propaganda, es aquí la bestia negra, con cuernos y rabo. Y
le entiendo perfectamente, pues todos sabemos lo que molesta que metan las
zarpas en lo que tú has escrito; o que no te lo dejen publicar ni siquiera en
tu medio, como le sucedió a don Torcuato
más de una vez. Por eso termina el libro en tono jubiloso, narrando la llegada
del Semíramis con los españoles
liberados de su prisión en la URSS.
Pues resulta que el citado Aparicio, ejerciendo las prerrogativas de su cargo, había indicado
qué periódicos podían cubrir la vuelta de los prisioneros, y excluyó al ABC, al cual y a cuyo director (el
propio Luca de Tena) tenía ya
bastante tirria. De modo que, yendo de perro a puñetero, que se dice, don Torcuato viajó en privado a Estambul y
consiguió embarcar en el Semíramis,
de modo que pudo entrevistar a placer a todo hijo de vecino y ser testigo de
las primeras conversaciones por radio de los prisioneros con sus familias. Para
rematar la faena, publicó en forma de libro las memorias del capitán Teodoro Palacios, que ejerció de algún
modo de líder entre los condenados a aquel infierno;
libro que se convirtió en éxito de ventas y recibió el Premio Nacional de
Literatura.
La travesía a Chile, de donde su padre fue nombrado
embajador, la estancia y la accidentada vuelta, así como la corresponsalía de ABC en el Londres de la segunda guerra
mundial constituyen asimismo puntos fuertes de este volumen, bien escrito y en
un tono que aspira a ser equilibrado en cuanto a los juicios a los personajes.
De todos modos, prefiero sus novelas.
__