Lo que me gusta de Meg Meeker es que no se arredra ni ante los tabúes más establecidos de nuestro tiempo. Si tiene que pasar por encima del famoso “derecho a ser feliz”, pasa. Esto va, como todo en su libro, para los padres que están considerando el divorcio. “Ella” es su hija.
Algunas veces esa perseverancia que usted va a mostrar por amor a ella
exigirá continuar viviendo con su alocada madre. Tal vez signifique sacrificar
su propia felicidad en favor de la de ella. Esto es lo que hacen lo héroes. Es
lo que su hija espera de usted.