03 abril 2024

Galdós visto por sí mismo

No se trata de una biografía propiamente dicha, sino de una semblanza al hilo de lo que Galdós dejó escrito en cartas y memorias. Es más bien la historia de su obra que la de su vida, y de hecho solo se habla de pasada de una hija suya, sin decir de quién la hubo ni cuándo. Sí que empieza por presentarnos al Galdós joven, más paseante que estudiante, pero más que nada para darnos cuenta de sus primeros escritos en la prensa. El resultado es la visión que de Galdós han dado los manuales: comienzos con novelas de tesis, naturalismo a partir de La desheredada, sesgo “espiritualista” en sus últimas producciones, teatro y “Episodios Nacionales” a lo largo de toda su trayectoria. Su documentación sobre el terreno, tanto para las novelas como para los Episodios (hay abundantes fotos, algunas de las cuales nos presentan al novelista en tierra de moros, documentándose para los episodios de la guerra de África). Su recepción de las críticas (interesante la relación con Pereda, siempre un amigo a pesar de las diferencias político-religiosas), sus manías anticlericales y su aprecio por la caridad y la justicia, reflejado todo en sus obras…

Con respecto al naturalismo, ceo que Carmen Bravo-Villasante se queda corta al valorar novelas como Lo prohibido o El doctor Centeno como meros productos naturalistas: creo más bien que Galdós enlaza con Cervantes al presentar personajes capaces de virtud y hasta cierto punto heroicos en lo cotidiano. Galdós era más cristiano de lo que él pensaba, con todo su anticlericalismo y su falta de fe, y lo es más en novelas como esas que en sus cristianos sin Iglesia de sus últimos años.

Se lee con gusto el volumen, no solo los párrafos galdosianos sino también el propio texto de la autora.

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