No se trata de una biografía propiamente dicha, sino de una
semblanza al hilo de lo que
Galdós
dejó escrito en cartas y memorias. Es más bien la historia de su obra que la de
su vida, y de hecho solo se habla de pasada de una hija suya, sin decir de
quién la hubo ni cuándo. Sí que empieza por presentarnos al
Galdós joven, más paseante que
estudiante, pero más que nada para darnos cuenta de sus primeros escritos en la
prensa. El resultado es la visión que de
Galdós
han dado los manuales: comienzos con novelas de tesis, naturalismo a partir de
La desheredada, sesgo “espiritualista”
en sus últimas producciones, teatro y “Episodios Nacionales” a lo largo de toda
su trayectoria. Su documentación sobre el terreno, tanto para las novelas como
para los Episodios (hay abundantes fotos, algunas de las cuales nos presentan
al novelista en tierra de moros, documentándose para los episodios de la guerra
de África). Su recepción de las críticas (interesante la relación con
Pereda, siempre
un amigo a pesar de las diferencias político-religiosas), sus manías
anticlericales y su aprecio por la caridad y la justicia, reflejado todo en sus
obras…
Con respecto al naturalismo, ceo que Carmen Bravo-Villasante se queda corta al valorar novelas como Lo prohibido o El doctor Centeno como meros productos naturalistas: creo más bien
que Galdós enlaza con Cervantes al presentar personajes
capaces de virtud y hasta cierto punto heroicos en lo cotidiano. Galdós era más cristiano de lo que él
pensaba, con todo su anticlericalismo y su falta de fe, y lo es más en novelas
como esas que en sus cristianos sin Iglesia de sus últimos años.
Se lee con gusto el volumen, no solo los párrafos
galdosianos sino también el propio texto de la autora.
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