que Shakespeare presentaba problemas y Calderón
presentaba soluciones. Hamlet vacila sobre el “ser o no ser”. Segismundo dice
cómo tiene que “ser” la vida. Por eso todo nuestro teatro es el teatro de la
afirmación y la Esperanza.
Me gusta. Es, de nuevo, Pemán
en el artículo “Pureza y encarnación de nuestras letras”, en el volumen citado
aquí los días anteriores.