10 junio 2016

Anacleto se divorcia


Anacleto se divorcia es una broma gruesa a costa de la implantación del divorcio en los años de la República. Juega sobre todo con el carácter del macho hispánico, que seguirá considerando suya a la mujer de la que acaba de divorciarse a pesar de haberse dejado convencer para llevar a cabo la desconexión. Ante la perspectiva de que Baldomera se case de nuevo, Anacleto se muestra susceptible cada vez que alguien hace una alusión taurina. Esta supuesta incapacidad de los españoles para el divorcio puede hacer hoy también sonreír, pero amargamente. La pieza, en efecto, ha perdido toda frescura y solo algunas de sus situaciones tienen gracia. No podemos por menos de sentirnos de acuerdo con la tesis final, que viene a ser que el amor conyugal es más fuerte de lo que se pretende y es capaz de superar egoísmos y desavenencias, pero todo es demasiado superficial y previsible. Los personajes son andaluces para que tenga más gracia oír hablar de er divorsio, y Paco Martínez Soria, que protagonizó una buena versión cinematográfica con el título de El alegre divorciado, recurrió al disvorcio para remedarlo. En fin, Pedro Muñoz Seca estuvo mucho más inspirado con don Mendo.

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