14 abril 2013

Roncar "comme il faut"


(Un compañero de prisión le pide a Steinhardt, durante la noche, que le cambie el sitio, porque no puede soportar los ronquidos del vecino)

Me resulta muy fácil, ya que he estado en la celda 80 en Gherla con un hombre decente y culto, el general Constantinescu-Taranu, imbatible campeón de ronquidos de todos los tiempos y de todas las cárceles. El ruido que producía era tan penetrante, insoportable y terrible que ya ni te planteabas la cuestión de poder dormir con él en la misma celda. Sobre todo porque no producía un ruido uniforme y continuo, sino una inagotable serie de cañonazos, siempre distintos, siempre sorprendentes: una verdadera panoplia de un artista cuyo estilo se renueva constantemente. Después de algunas semanas de convivir con él, acababas por dar algunas cabezaditas, pero sólo a ratos, como esos capitanes de barco que ni siquiera después de muchos años consiguen librarse del mareo.


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