¿Es posible que los curas que dicen "Dios
misericordioso y eterno" (en la Colecta de la Misa) no se den cuenta de la
incoherencia de los dos adjetivos en ese contexto? La coincidencia de todopoderoso
y misericordioso en el número de sílabas y en el sufijo les viene al
pelo para no mencionar un atributo que les resulta antipático (¡oh, Dios un dictador!,
¡ah, Dios como Franco!, ¿qué van a pensar?). Pero, para evitar el churro
textual, podrían decir "Dios misericordioso y benigno", o algo así. Ahí
queda la sugerencia.