…es injusto que las mujeres buenas padezcan las cargas y los riesgos de
la maternidad mientras las egoístas gozan de las ventajas que les confiere su esterilidad
voluntaria. Por esto convendría que se les impusiera a éstas por lo menos algún
servicio social tan incómodo y útil como el que se niegan a realizar.
La maternidad como milicia, je. No está mal traído. Al fin y
al cabo, como estamos viendo, la renuncia a tener hijos corre paralela a la
renuncia a defender a la patria. Y
en la lucha entre sociedades o clases sociales religiosas y heroicas,
con sociedades tan racionalistas y calculadoras que sus miembros no puedan
decidirse ni a defenderlas con las armas ni a perpetuarlas con la maternidad,
no cabe duda de que las últimas tendrán que sucumbir.
(Ambas perlas de la incorrección política en Ramiro de Maeztu, La crisis del humanismo, capítulo “Muerte y resurrección”)