Julianillo Valcárcel es un bastardo del conde-duque de
Olivares, llamado en realidad Enrique, a quien su padre colma de prebendas que
a él le traen sin cuidado. Su drama es el de su amor por la dama Leonor: drama
porque él ya está casado (lo han casado) con una Juana. Y Leonor, que le
corresponde, sabe también que lo suyo no puede llegar a buen término. Hay una
desavenencia al final del acto segundo, cuando Julián piensa que ella se
entiende con un tal don Abel. Pero vuelven a entenderse, hasta el punto de
recurrir Leonor al disfraz de hombre (otro tópico del teatro barroco). Pero a
Leonor le entra la responsabilidad y a Enrique la calentura.
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