José Ramón Ayllón diserta sobre Etty Hillesum, Edith Stein y Natalia Ginzburg. Autoras de grandes virtudes humanas. Dice de la Ginzburg que su comunismo fue de tipo romántico, o algo así. Lo sería. Pero me resulta difícil concebir cómo una persona de la calidad que nos muestra aquí el conferenciante puede abrazar esa ideología con ingenuidad. Sobre todo una persona que se ha visto envuelta en las convulsiones de aquellos años. Por aquel entonces (segunda guerra mundial) estaba bien claro lo que significaba el comunismo. Y, como vio bien Nicolae Steinhardt, decir “no lo sabía” no es una excusa válida. No le aplicaré las duras palabras que siguen, tal vez por aquello de C. S. Lewis de que el diablo manda los errores a pares, para que queriendo escapar de uno caigamos de lleno en el otro.