La sombra del camino sinodal es alargada: hasta Macarena Olona se ha inventado un partido que es un sínodo: “Caminamos Juntos”. Recuerdo a Leo Harlem: ah, aquellos tiempos en que los gimnasios se llamaban Espartaco, Shotokan…, en vez de raros combinados de letras y números. Hubo un tiempo en que los partidos se llamaban Partido comunista de España, Acción Popular, todavía hoy PSOE, PP… Cómo vamos a tomar en serio una política donde los partidos se llaman Podemos, Sumar, Caminamos juntos… Todavía Vox tiene una reminiscencia clásica que le da cierto empaque… Es la adolescencia prolongada de nuestros días, llevada a la política.
Por cierto, qué hago yo oyendo un reportaje-tertulia sobre
si Podemos y Sumar presentan o no candidaturas conjuntas (Al tanto, tertulia semanal de The
Objective)… Solo por el prestigio del medio, claro. Algo nos rentará o
dejará de rentarnos, cuando esta gente (Constantini,
Garat…) se ocupa de ello.
...
Más interesante me resulta la conferencia de Marta Pessarrodona sobre el Grupo de
Bloomsbury, el de Virginia Woolf,
Keynes y otros plumíferos que fueron germen de la izquierda actual (homosexuales,
pacifistas…). La escritora catalana, de ideas nada afines a las mías, me temo,
se mantiene en un campo puramente intelectual (“no sé cuál fue la clase de relación
de Virginia Woolf con Vita Sackville-West, ni me importa”) y
traza una buena semblanza de lo que fue el grupo.