A través de la ropa, las mujeres dan a entender muchas cosas que, por lo demás, mantendrían ocultas; en ella ni el detalle más insignificante se ha añadido o quitado sin premeditación, ni siquiera en la muchacha más pobre.
Aforismo de Hugo von
Hoffmanstahl, en El libro de los
amigos.
No digamos ya los detalles significantes. Si alguien quiere
comprar la mercancía al uso, según la cual una se viste para agradarse a sí
misma, allá con su inteligencia.