En los últimos 80 descubrí en Radio 3 el programa Toma 1,
de Manolo Fernández, dedicado a la actualidad de la música country.
Allí me enteré de que existía un movimiento, dentro de ese género, denominado nuevos
tradicionalistas. Se trataba, supongo, de recuperar el sonido clásico
después de unos años de apogeo del country-rock. Recuperarlo dentro de
lo que cabe, supongo, porque es muy fácil distinguir a un George Strait
o a una Reba McEntire de un Ernest Tubb o una Maybelle Carter,
aunque sólo sea por la instrumentación.
Entre las estrellas de ese movimiento figuraba Randy Travis. Tenía dos posibilidades a mi alcance: hacerme con Old 8 x 10,
el disco que le había proporcionado más fama, o con No holdin´back, que
era lo último. Cedí a la sugestión de lo último. La voz de Randy era
equiparable a la de cualquier clásico, en efecto, tipo Merle Haggard o Hank Snow, y la cinta contenía buenas canciones, de las que destaco las que
abrían ambas caras: Mining for coal y It´s just a matter of time,
esta última una vieja pieza de soul de Brook Benton. Por el contrario,
no me convenció su interpretación de Singing the blues. La que cierra el
disco, Have a nice rest of your life, ("Que tengas un feliz resto
de tu vida sin mí; estoy orgulloso de haber sido parte de tu historia") me
sirvió hace poco para componer un discursito decente para despedir a unos
alumnos de bachillerato que se graduaban. Nunca sabes qué papeletas
puede solucionarte una canción.
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