He de reconocer que Daniel
Cassany expone bastante bien todo lo relacionado con los nuevos medios llamados digitales. Tal vez sea un libro condenado a la caducidad más o menos
próxima; porque esos medios evolucionan a un ritmo tremendamente rápido, como
él mismo admite. De hecho, el whats app
no aparece aquí, porque el libro es de 2011. Y lo que vendrá.
Sin embargo, uno se pierde fácilmente si no tiene al lado un
ordenador y un tutor (humano) que le vaya orientando en esa selva. Si conoces
los blog, la wikipedia, facebook o twitter, el libro puede contribuir a mejorar
tus habilidades. Otra cosa son las plataformas educativas, los eportafolios, los webquest y otras diabólicas herramientas que apenas me sonaban.
Cassany insiste
mucho en que la enseñanza está atrasada en cuanto al uso de estas técnicas, anclada en el papel. Y sí, sería maravilloso contar con todo el equipo necesario para implementar, como ahora dicen, una enseñanza cibernetizada a la altura de los tiempos. Ah,
pero lamentablemente hay dos factores con los que Cassany no cuenta: las pelas y el civismo. Si su libro hubiera
salido hace diez años, no dudo de que no se habrían escatimado fondos para
dotar a cada mesa de su ordenador, a cada aula de su pizarra digital… Pero
ahora hay que economizar hasta las fotocopias. Y, por otra parte, los medios
materiales habrán evolucionado mucho, pero el alumnado, en treinta años, ha
dado pasos importantes hacia la tribu prerromana, en cuanto a sus modales, de
modo que resulta temerario dejar cualquier dispositivo frágil en sus manos.
Otra pega: su concepto de la lectura crítica. Pero esto lo
dejo para otra ocasión.
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