Es curioso, en efecto, el concepto que tiene Daniel Cassany de la lectura crítica:
identificar la ideología subyacente a un escrito. Y ya está. Nada de cuestionar
las afirmaciones vertidas en el texto contrastándolas con la realidad y
debatiéndolas para buscar su mayor o menor fundamento. Eso se queda, supongo, para
quien piensa que existe una verdad.
No lo ha inventado él, es cierto. Es muy típico de la nueva
izquierda. No hay más que ideologías. Si utiliza términos como matar o similares hablando del aborto, eureka:
se trata de un ultracatólico.
Al final, estamos ante lo menos parecido a una lectura
crítica: la descalificación previa. Etiqueta y a otra cosa. Y si la etiqueta es
homófobo, sexista o franquista,
cárcel a poder ser.
__