29 noviembre 2024

Baladas de primavera

Estas baladas tienen el aire de canciones populares, como es habitual en la etapa modernista de Juan Ramón. Abundan las composiciones con estribillo o con versos que retornan total o parcialmente. Es curiosa la frecuencia del eneasílabo, tenido por uno de los versos más raros en español; no los he contado, pero fácilmente hacen la mitad del libro. E incluso menudean los decasílabos, que tal bailan.

Los temas no se alejan de lo que sugiere el título. Predominan los oros y los violetas en una colección básicamente paisajística, llena también de olores y sonidos, además, de, por supuesto, flores y otros elementos del reino vegetal, tan definitorios de la primavera. La serenidad tendente a la melancolía es el estado de ánimo que impera, compatible con el gozo de la naturaleza. Hay un amor en sordina y una muerte que asoma alguna vez. Hasta qué punto el paisaje es imagen de todo esto se lo dejo a los psicoanalistas de la poesía.

Pertenecen a esta colección algunos de los poemas más conocidos del de Moguer, como “A caballo va el poeta…”, “Canta, pájaro lejano” “Almoraduj del monte” o “Verde verderol”.

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