No sé si es lo más parecido a la felicidad, pero sí que puedes
pasar un rato estupendo. Y eso habiendo visto en cien versiones (cine,
telefilm, dibujos, cómic, cuento infantil ilustrado) la historia del “marinero”
que llega a la posada del Almirante Benbow cantando lo de la botella de ron y
temiendo la visita de otro “marinero” con una sola pierna.
Stevenson tenía el don de contar historias, no cabe duda. Aunque
tenga que hacer alguna trampa, como cambiar de punto de vista cuando el
narrador principal, Jim Hawkins, está ausente del fortín donde se defienden los
buenos, se lo aceptamos con toda tranquilidad. El caso es que siga el
espectáculo.
Y la de vocabulario marinero que aprendes…
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