Me entero por Jesús González Maestro de la obra dramática de Gonzalo Torrente Ballester. Solo conocía un título, El viaje del joven Tobías. Maestro dedica una conferencia a Lope de Aguirre, otro de sus dramas, que, como los demás, tuvo un éxito nulo. Al menos puede presumir de parecerse a Cervantes, que entró en la literatura por el teatro pero acabó ocupando un puesto en el Parnaso gracias a la novela.
Maestro comienza haciendo una de sus afirmaciones… ¿cómo se
dice tirada de la moto en fino?, pongamos detonantes: que la literatura no
aporta conocimientos sino que los requiere. Temerario me parece. No sé si
aporta conocimientos, que me parece que sí, pero en todo caso aporta
enriquecimiento. Si no, no merecería la pena perder una hora de tiempo con
ella, aunque tampoco lo sea todo,
como quería el autor de esta última frase.
Luego enfoca el drama de Torrente desde el concepto buenista (de Gustavo) de la libertad (Maestro,
en efecto, es un fiel buenista). Creo que el concepto aristotelicotomista de la
libertad es mucho más completo y definitorio que este, y desde luego no hace
falta inventar pedantemas como libertad
genitiva, dativa y ablativa para comprender que gozamos de
libre albedrío como seres humanos y que lo ejercemos en la medida en que las
condiciones materiales y morales de la sociedad nos lo permiten. De hecho, el
conferenciante ya comienza diciéndonos que la libertad es, según su escuela,
aquello que nos dejan hacer para conseguir el poder sobre los demás. Lo que da
buena fe del reduccionismo con que conciben tan noble concepto.
Entonces, Lope de Aguirre, constituido en poder, lo que hace
es ejercer su libertad ablativa, que es la que tiene el gobernante para limitar
la libertad de los demás por el bien de la sociedad. Ahora, bien, Lope de
Aguirre lo hace en tirano, limitando la libertad no para el bien sino para el
provecho de su propia persona. Cosa que se llama dictadura. Y aquí va y, puesto
a poner ejemplos de tal, me mete en el mismo saco al botijo con patas de Corea
del Norte y a Franco.
Aquí lo abandoné, por supuesto.