Me deshice del mozo y
conté las rosas que provenían de Wally. Catorce. Eso me complació. Siempre me
ha gustado recibir rosas, pero la habitual docena me suena demasiado a encargo
de floristería. Si son catorce las que se envían es que realmente se lo ha pensado.
En Muriel Spark, Merodeando conaviesa intención