31 mayo 2012
Indignación
"Me temo que en estos tiempos lo único que está a la altura de las circunstancias es la indignación ciudadana ante la desvergüenza", proclama Forges. Bueno: habría que ver cuántos de esos ciudadanos se indignan porque no les hayan puesto a ellos donde lo hay. Porque los políticos, banqueros y empresarios provienen de la sociedad, a no ser que interpretemos que se trata de una casta parásita, genéticamente determinada a comportarse como aves de rapiña, tal lo que pensaban los nacionalsocialistas de los judíos.
Indignarse cuando los otros se lo llevan tiene poco mérito. Uno se retrata cuando le ponen junto a la pasta.
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